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La crisis existencial de Arabia Saudita y el auge del esquisto de EE.UU.

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La crisis existencial de Arabia Saudita y el auge del esquisto de EE.UU.
El Reino de Arabia Saudita busca precios más altos lo cual posiblemente impulse una mayor producción norteamericana. (FOTO ARCHIVO.)

Por Anjli Raval

El Reino de Arabia Saudita busca precios más altos lo cual posiblemente impulse una mayor producción norteamericana

Cuando el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, visite EE.UU. la próxima semana, liderará una nueva visión del desértico reino, mostrándolo como tecnológicamente inteligente, como religiosamente moderado y con una influencia global que va más allá de su destreza petrolera.

Debería agradecer a sus anfitriones por la oportunidad. Fue el auge del esquisto estadounidense lo que provocó un cambio estructural en la industria energética e indujo un colapso en los precios del petróleo, lo cual obligó a Arabia Saudita a enfrentar su dependencia económica a su riqueza de recursos.

No obstante, limitar la dependencia del Reino de los ingresos del petróleo en el futuro requiere mayores precios hoy para financiar reformas económicas y sociales radicales para ayudar a crear Arabia Saudita 2.0. El riesgo es que los precios optimistas del crudo les permitan a los productores de esquisto explotar sin restricciones, desafiando el dominio petrolero del país y, a la larga, poniendo en peligro el programa de modernización del país.

La crisis existencial de Arabia Saudita salió a la luz por primera vez en 2014 y nuevamente está lidiando con este dilema. Esta vez hay poco margen de maniobra.

"Arabia Saudita tiene ahora una ambiciosa agenda de reformas", dice Jason Bordoff del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia. "Pero los precios más altos han demostrado que pueden aumentar los suministros de esquisto aún más de lo que la gente cree".

La industria de esquisto de EE.UU. sufrió cuando el petróleo colapsó en 2014, pero un repunte de los precios — liderado por los recortes de producción orquestados por Arabia Saudita y Rusia — le ha dado nueva vida a un sector que se ha vuelto mucho más eficiente. La producción de EE.UU. — que se espera que sea más de 11 millones de barriles por día para 2019 — está superando la del Reino.

Mohammed Al Tuwaijri, ministro de economía y planificación de Arabia Saudita, dijo al Financial Times que la administración activa del mercado petrolero debe ser parte del futuro del Reino ya que los funcionarios planean canalizar el exceso de ingresos del crudo al Fondo de Inversión Pública (PIF, por sus siglas en inglés) de US$230 mil millones, que será el vehículo a través del cual Riad planea transformar su economía.

El país también quiere un mayor precio del petróleo a largo plazo para aumentar la valoración de la oferta pública inicial de la petrolera estatal Saudi Aramco, cuyas ganancias también harán parte del PIF. Pero incluso el Sr. Al Tuwaijri reconoce el impacto de la producción de esquisto de EE.UU. sobre los precios del petróleo.

Se espera que cerca de 4 millones de barriles por día de crudo estadounidense lleguen a los mercados de exportación a mediados de la década de 2020, frente a poco más de 1 millón de b/d en 2017, lo que significa que enviará niveles similares a Irak y Canadá, según la consultora Wood Mackenzie. La industria está debatiendo si el mundo podrá absorber estos volúmenes y cómo se redireccionará el crudo global.

Ya que Arabia Saudita está recortando la producción, hay señales de que su participación en el mercado de crudo estará bajo amenaza en sus mercados clave. "Hemos perdido algunos de nuestros barriles a China", sostiene un operador de Saudi Aramco.

China superó al Reino Unido y los Países Bajos para convertirse en el segundo destino más grande para las exportaciones de petróleo crudo de EE.UU. en 2017, lo que representa una quinta parte del aumento interanual total de 527,000 b/d en las ventas en el extranjero. Los refinadores chinos dicen que la tendencia continuará, ya que Beijing busca abordar parcialmente las quejas del presidente estadounidense Donald Trump sobre el déficit comercial entre los dos países.

"China está interesada en aumentar las importaciones desde EEUU", de acuerdo con una persona que trabaja para una refinería china. "La relación política encabeza la agenda".

La Agencia Internacional de Energía prevé que EE.UU. cubrirá la mayor parte del crecimiento de la demanda mundial en los próximos tres años. A medida que aumente la oferta estadounidense, se prevé que la necesidad mundial de crudo de la OPEP caerá por debajo de las tasas de producción actuales en 2019 y 2020.

Arabia Saudita está respondiendo con la expansión de la capacidad de refinación en todo el mundo, desde EE.UU. hasta China, para retener sus clientes de exportación y está aumentando sus capacidades petroquímicas para obtener más valor por cada barril de petróleo.

También se necesitará más petróleo saudí si la producción de otros miembros de la OPEP no cumple con las expectativas. El Reino aboga por una revisión del acuerdo nuclear de Irán con las potencias Occidentales, que podría incluir nuevas sanciones a las exportaciones de petróleo de Irán.

Pero Arabia Saudita depende principalmente de un crecimiento económico mundial más dinámico, el aumento del consumo de petróleo y el declive natural de las tasas de producción en los campos existentes para impulsar la demanda del crudo del Reino, según dos fuentes informadas por funcionarios sauditas.

El mismo príncipe Mohammed cree que los precios serán "significativamente" más altos el próximo año debido a estos factores solamente, dice una persona.

"No deberíamos asustarnos", dijo el ministro de energía saudí, Khalid Al Falih, en Davos en enero, aferrándose a una opinión que argumenta que el esquisto por sí solo no puede satisfacer la creciente demanda, salvo en el corto plazo.

Gary Ross, jefe de analítica global de petróleo de S&P Global Platts, dice que el truco para Arabia Saudita es convencer al resto del mundo de que están comprometidos a mantener los precios del petróleo a largo plazo. Se esperaba que el acuerdo de corte de suministro que lideró con Rusia se redujera hacia 2019, pero ahora se espera que Arabia Saudita impulse su ampliación.

"Al reducir las existencias excedentes, han elevado los precios a corto plazo, pero los precios futuros indican que las personas no creen que estén dispuestos a aguantar", agrega el Sr. Ross. "Tienen que generar confianza al mercado y decir que van a mantener el valor durante años".

Esta estrategia los enfrentaría con su rival Irán, que cree que Arabia Saudita está nuevamente subestimando el esquisto. Impulsar precios más altos, alcanzando US $70 por barril o más, sólo está acumulando más problemas.

"El esquisto sigue siendo el mayor desafío para los productores tradicionales", dice Mohammed Ali Emadi, asesor de la compañía petrolera nacional de Irán.

"Aunque el ministro Falih dijo que el esquisto es bueno para el mundo, es el gran nuevo competidor. Si el precio sube, habrá más esquisto disponible en el mercado. Se ha convertido en una alternativa permanente".

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