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Crisis venezolana
Crisis venezolana

La mejor oportunidad de Venezuela para revertir la tiranía

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La mejor oportunidad de Venezuela para revertir la tiranía
Oposición Venezolana. (FUENTE EXTERNA.)

Se debe proteger la constitución y comenzar el cambio de régimen.

Venezuela se encuentra en medio de dos crisis; la primera es de carácter humanitario, la segunda, constitucional. El país se ve sacudido por las enormes carencias de alimentos y medicinas. Los enfrentamientos entre manifestantes antigubernamentales y partidarios del presidente Nicolás Maduro han cobrado casi 100 vidas. El país está aislado internacionalmente y es probable que se aísle aún más: EEUU no ha descartado la posibilidad de prohibir las importaciones de petróleo. Las reservas de divisas también se están agotando. Es posible que el país caiga en impago de sus deudas este año. Sin embargo, a pesar de todo esto, el Sr. Maduro está impulsando su impopular y peligroso plan para elegir una “asamblea constituyente” que revisará la constitución.

Si no se toman pronto rigurosas medidas internacionales para evitar el desastre, el empobrecimiento del país podría volverse insoluble y su constitución se vería reducida a título de propiedad de una nueva dictadura. Los vecinos de Venezuela deben hacer todo lo posible para detener la asamblea y abrir el camino para una transición negociada.

La asamblea del Sr. Maduro será democrática sólo de nombre. Aunque todos los ciudadanos tendrán derecho a votar en las elecciones — previstas para finales de este mes — votarán por los representantes municipales, lo cual favorecerá a las zonas rurales donde el Sr. Maduro es menos impopular. También hay otras herramientas electorales que están diseñadas para ayudar al presidente. Una encuesta reciente muestra que más de dos tercios de los venezolanos se oponen a la asamblea, y creen que el Sr. Maduro debería dimitir. La asamblea es impopular incluso entre los seguidores del ex líder Hugo Chávez, incluyendo importantes funcionarios del gobierno, quienes han apoyado al Sr. Maduro en el pasado.

El presidente no ha definido cómo una constitución revisada ayudaría a resolver los problemas del país, y ha dejado abierta la posibilidad de que la asamblea sesione indefinidamente, lo que sugiere que podría convertirse en un parlamento solamente ratificador que reemplazaría al congreso electo democráticamente.

¿Cómo dejar atrás este estancamiento? El pasado fin de semana, más de 7 millones de venezolanos votaron en contra del proceso. La oposición planea boicotear la asamblea y ha convocado a una huelga general este jueves. Merece el franco apoyo internacional. La administración Trump también debería mantener abierta la posibilidad de un boicot al petróleo si se destruye la constitución, y debe estar dispuesta a utilizarlo.

Mientras tanto, es esencial reducir el costo de salida para el régimen de Maduro. El autoritarismo y las canalladas han hecho imposible que el gobierno encabece una Venezuela pacífica. También dificulta su salida segura y voluntaria.

Las democracias de la región, desde México hasta Argentina, tienen mucho que ganar si el Sr. Maduro dimite tranquilamente. Dos países en particular — Cuba y Colombia — podrían desempeñar un papel crucial. Esto se debe a sus papeles en el propio proceso de paz en Colombia, lo cual podría proporcionar un patrón para una transición en Venezuela. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, está familiarizado con los grandes jugadores, y esta semana visitó La Habana en un esfuerzo para coordinar una respuesta.

El punto de partida para todas las transiciones negociadas — ya sean en Irlanda del Norte, Sudáfrica o Colombia — es “conversaciones acerca de conversaciones”: establecer el dónde, el quién y el qué de las negociaciones de transición. El Sr. Maduro y su séquito, por ejemplo, pudieran sentirse cómodos en La Habana, lo cual haría de Cuba una buena sede. Quienes se han opuesto valientemente a Chávez primero y ahora a Maduro sospecharán que, si Cuba tiene un papel, el proceso está arreglado. El autoritarismo al estilo cubano es, después de todo, precisamente lo que la transición intentaría evitar. Pero la situación es desesperada, debe reinar el pragmatismo, y ahora es el momento de actuar.

Por FT View (c) 2017 The Financial Times Ltd. All rights reserved

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