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Las nuevas tribus radicales en la política

Liderados por Donald Trump y por Boris Johnson, los nuevos líderes de esta generación están llevando a sus seguidores en un recorrido que la mayoría de ellos nunca se hubieran imaginado que harían

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Las nuevas tribus radicales en la política
Boris Johnson

Imagínate que eres un republicano estadounidense promedio a principios de 2015. Siempre votas como republicano y, el resto del tiempo, simplemente sigues con tu vida cotidiana. En 2016, votas por los republicanos. Obviamente, las diatribas de Donald Trump acerca de los “violadores” mexicanos y acerca de su planificada prohibición de la entrada de los musulmanes al país son desconcertantes, pero tal vez simplemente representan su retórica de campaña. Tu voto resulta ser tu rito de iniciación en una nueva y radical tribu.

Para 2019, tú estás respaldando a un presidente que llama a los supremacistas blancos “muy buenas personas”; que ordena que los niños pequeños migrantes sean retenidos en jaulas separados de sus padres; y que les dice a unas congresistas de color que regresen a su país de origen. De alguna manera, has permanecido siendo parte del ‘recorrido’.

O imagínate ser un británico promedio en 2015. A ti no te gusta Bruselas particularmente, pero rara vez piensas en ello. (En las encuestas anteriores al referéndum del Brexit, por lo general, menos de un británico en 10 nombró a la Unión Europea [UE] como un tema político importante).

Cuando se te pide tu opinión, en general votas a favor de dejar la UE. Para 2019, tú estás respaldando a Boris Johnson en que suspenda el parlamento y se lance al abismo con un Brexit sin acuerdo.

En ambos países, se ha formado una nueva tribu dominante, que luego se ha radicalizado. Esto no era inevitable. Los líderes de cada tribu no han simplemente intuido lo que sus seguidores querían. Más bien, los líderes están llevando a los seguidores en un recorrido que la mayoría de los seguidores nunca se hubieran imaginado que tomarían.

El Sr. Trump no ha sencillamente revelado una tribu existente; él está creando una, día a día. Él ha convertido a la tribu republicana existente — más del 90 por ciento de sus miembros votaron por él — en una tribu de Trump. Es cierto que lo está haciendo recurriendo a tradiciones racistas que son tan antiguas como EEUU.

“Envíalos de vuelta”, por ejemplo, es un tropo diseñado para decirles a los inmigrantes, o a los nacidos en EEUU pero que no son de raza blanca, que no son ‘verdaderos estadounidenses’. El elemento nativista en la política estadounidense precede al Sr. Trump; pero fue su decisión priorizarlo.

Existen otros caminos en la historia estadounidense, otras direcciones hacia las que esto pudiera haberse dirigido. La mayoría de los republicanos anteriormente habían votado por presidentes a favor de los inmigrantes, como George W. Bush y Ronald Reagan, y muchos no tenían firmes opiniones sobre la inmigración antes de que el Sr. Trump irrumpiera en el escenario político. Es probable que se hayan preocupado más por los impuestos, por el aborto o por la atención médica privada, o tal vez rara vez pensaron en la política.

En otras palabras, un líder con excepcionales habilidades de comunicación puede alterar la mente de sus seguidores, de la misma forma que un buen anuncio publicitario puede hacer que ansíes algo que nunca antes había considerado. El Sr. Trump se comunica tan poderosamente que incluso también ha creado una tribu enemiga: él ha hecho un mejor trabajo movilizando a los liberales estadounidenses que cualquier líder liberal en la historia de EEUU.

La formasción tribal en el Reino Unido ha sido todavía más revolucionaria: una nueva tribu de quienes están a favor de salirse de la UE ha desplazado a la antigua tribu conservadora. (Aproximadamente cuatro de cada 10 conservadores votaron para permanecer dentro de la UE en el referéndum). La ‘tribu de salirse’ no tiene un evidente líder: Boris Johnson y Nigel Farage han estado compitiendo por el control desde 2016. Pero los de la ‘tribu de salirse’, y su contraparte, la ‘tribu de quedarse’, han eclipsado todas las identidades tribales anteriores: actualmente, más británicos se identifican como parte de una de las tribus que con cualquier partido o religión.

Todas estas nuevas tribus ayudan a salvar a sus miembros de la soledad. En nuestras atomizadas sociedades, cada vez hay más adultos que son solteros, que no se identifican con sus trabajos, y que no pertenecen a una clase económica clara, a una agrupación religiosa o a un sindicato. Especialmente para las personas de la edad del Sr. Trump que viven solas con sus televisores, las nuevas tribus proporcionan una comunidad de almas gemelas.

Las tribus no priorizan la legislación; quienes están a favor del Brexit no han ejecutado ninguna política, y el Sr. Trump no muchas, aunque los jueces que ha nombrado a la Corte Suprema moldearán a EEUU durante décadas, particularmente al bloquear las regulaciones ambientales. Para la mayoría de los miembros tribales, las tribus funcionan sobre todo como movimientos culturales, comparables con el punk en la década de 1970 o con la actual subcultura “incel” (el acrónimo en inglés de “celibato involuntario”) de hombres jóvenes iracundos.

Los movimientos no siempre son del todo serios. El escritor Fintan O’Toole ha comentado sobre las peculiaridades exageradas del Sr. Johnson, refiriéndose a su “cómica imagen pública que evade la distinción entre la realidad y el desempeño”. Lo mismo se aplica al Sr. Trump. La vocación de ambos es ser entretenedores.

Ambos hombres pudieran haber convertido sus tribus en movimientos inclusivos que atrajeran a sus oponentes. Al Sr. Johnson probablemente le hubiera gustado eso. En cambio, las tribus están en un proceso constante de radicalización, conforme construyen una identidad que las distingue de las tribus enemigas.

Cada vez que el Sr. Trump rompe un tabú estadounidense en relación con la raza, y se lleva a sus seguidores con él, es como si su tribu hubiera hecho un pacto de sangre comunal: los liberales los demonizan y, de esta manera, los partidarios del Sr. Trump se sienten unidos en una emocionante y transgresiva camaradería. No es sorprendente que el apoyo al Sr. Trump entre los republicanos haya aumentado después de que les dijo a las congresistas que abandonaran el país.

Actualmente los partidarios del Brexit han adoptado una nueva creencia radical: el único Brexit real es el Brexit sin acuerdo. Si no tener un acuerdo inflige dolor y caos en su propio país, y enfurece a los partidarios que quieren pertenecer a la UE, eso simplemente solidificará a la ‘tribu de salirse’.

Mientras tanto, las tribus siguen purificándose. Cualquier miembro que se resista durante cualquier etapa del recorrido — Theresa May, Paul Ryan, quizás incluso el propio Boris Johnson si no se sale de la UE el 31 de octubre — es tildado de “traidor”, expulsado por la borda y despojado de su identidad y de su comunidad. No es de extrañar que la mayoría de los miembros tribales permanezcan en el barco, sin importar cuán lejos de sus hogares originales los lleve el recorrido.

©The Financial Times Ltd, 2019. Todos los derechos reservados. Este contenido no debe ser copiado, redistribuido o modificado de manera alguna. Diario Libre es el único responsable por la traducción del contenido y The Financial Times Ltd no acepta responsabilidades por la precisión o calidad de la traducción.?

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