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Momento peligroso para la república estadounidense

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Momento peligroso para la república estadounidense
Fotografía de archivo de Brett Kavanaugh. (FOTO EFE EPA JIM LO SCALZO)

Por FT View

La confirmación de Kavanaugh a la Corte Suprema pondrá a prueba las barandas constitucionales

Los escépticos quienes temían que la investigación del FBI la semana pasada era una farsa para obtener los votos de dos o tres republicanos titubeantes ahora se sentirán reivindicados. Los agentes no hablaron con Brett Kavanaugh, el candidato a la Corte Suprema quien, según tres mujeres, había cometido actos de conducta sexual inapropiada, ni con Christine Blasey Ford, su principal acusadora. Donald Trump, el presidente estadounidense, dijo que los agentes podían hablar con quien quisieran. Esa afirmación resultó ser falsa.

En un período de cinco días, el FBI concluyó un informe que no buscó el testimonio de varios testigos potencialmente importantes. Se le había dado un plazo de apenas una semana. Su apresurada conclusión fue suficiente para que Jeff Flake, el senador republicano saliente de Arizona quien solicitó la investigación, votara por el Sr. Kavanaugh.

Lo mismo sucedió con Susan Collins, la republicana de Maine, quien se declaró satisfecha de que el FBI no hubiese encontrado apoyo adicional para las acusaciones contra el Sr. Kavanaugh. Expresó la piadosa esperanza de que él desempeñara un papel unificador en la muy dividida Corte Suprema de EEUU. Dada la forma en que el Sr. Kavanaugh ha llegado a la Corte, las posibilidades de que eso suceda son infinitesimales.

El ascenso del Sr. Kavanaugh a la Corte Suprema representa un punto bajo en la política estadounidense y la crisis de sus instituciones públicas. Independientemente de la veracidad de las acusaciones, el candidato del Sr. Trump proyectó desprecio hacia el proceso. En lugar de buscar vindicación a través de una investigación creíble, denunció los cargos como un acto de venganza por parte de los Clinton. Siendo un joven abogado, el Sr. Kavanaugh desempeñó un papel importante en el equipo de Kenneth Starr que investigó a Bill Clinton. Pero el testimonio del candidato, que pareció una audición para el martirio político, fue suficiente para calmar las dudas del Sr. Trump sobre su capacidad de respuesta.

Debería haber provocado profundas reservas sobre el temperamento del juez. A partir de ese punto, el apoyo al Sr. Kavanaugh se convirtió en la prueba decisiva de lealtad hacia el Sr. Trump.

La batalla también le dio al Sr. Trump una nueva brecha para polarizar a los estadounidenses. El Sr. Trump afirmó que George Soros — el multimillonario que había sido utilizado como “silbato para perros” antisemita en una Hungría bajo el mandato de Viktor Orban — les había pagado a las manifestantes. El Sr. Trump también dijo que actualmente es un momento muy aterrador para ser un hombre joven. Otros jóvenes también podrían ser víctimas de falsas acusaciones.

La república estadounidense se encuentra en un momento increíblemente peligroso. Las encuestas muestran que más de la mitad de EEUU ahora se opone al nombramiento del Sr. Kavanaugh. Los críticos dicen que es un ‘verdugo’ con toga que es incapaz de juzgar los casos de forma justa o imparcial.

Entre estos casos se podrían incluir decisiones históricas que afectarían la capacidad del gobierno para enfrentar el cambio climático, restringir el acceso de las mujeres al aborto, eliminar los límites a la posesión de armas, restringir el matrimonio entre personas del mismo sexo y ampliar el papel del dinero en la política. Es difícil ver qué impedirá que la Corte Suprema se hunda en el partidismo tóxico que se ha tragado las otras dos ramas del gobierno.

¿Qué se puede hacer para evitar una mayor deterioro institucional?

Los esfuerzos deben comenzar con la premisa de qué no debe suceder. Los demócratas deben resistir la tentación de brindar un eco liberal de la política de tierra arrasada del Sr. Trump. Su propósito es provocar los miedos primitivos. Así que cuando los demócratas dicen reflexivamente “siempre créanle a la mujer”, sólo están sirviendo a los propósitos del Sr. Trump. En su lugar, deben defender el principio de la inocencia hasta que se demuestre la culpabilidad.

Los individuos valen según el contenido de su carácter, no según la tribu a la que están asignados. El Sr. Trump podría estar incitando a la división de género y raza. Los demócratas deben luchar en nombre de todos los estadounidenses por el futuro de la república constitucional.

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