Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Terrorismo
Terrorismo

Niñas nigerianas son víctimas de cobarde asalto de Boko Haram

Expandir imagen
Niñas nigerianas son víctimas de cobarde asalto de Boko Haram
Fotografía muestra niñas desplazadas por Boko Haram durante un ataque a sus aldeas.

Ocurren nuevos secuestros cuatro años después de que los sucesos en Chibok conmocionaran al mundo

El grupo yihadista nigeriano Boko Haram tiene una larga lista de crímenes inconcebibles en su haber. Sus miembros han asesinado a un sinnúmero de niños en edad escolar, han convertido a muchos otros en atacantes suicidas y han secuestrado a miles de mujeres, niños y niñas. En los nueve años desde que lanzaron su insurgencia, han devastado gran parte de la empobrecida zona noreste del país, provocando una hambruna de una magnitud que no se había visto en Nigeria desde la guerra de Biafra en la década de 1960.

Sin embargo, ninguna de las atrocidades que han cometido conmocionó tanto al mundo como el secuestro en 2014 de 276 niñas del remoto pueblo de Chibok. Ese acto expuso los crueles extremos a los que iría el grupo en nombre de la yihad, causando terror en todo el mundo en el corazón de cualquier persona que tuviera una hija adolescente (incluyendo Michelle Obama, quien envió mensajes de simpatía en ese momento en Twitter).

Ahora, después de casi cuatro años, más de 100 alumnas han sido secuestradas de nuevo de sus dormitorios en la oscuridad de la noche en una escuela remota, esta vez en Dapchi. El momento del ataque le pone mucha presión al gobierno del presidente Muhammadu Buhari. Estos secuestros han ocurrido aproximadamente en el mismo momento en el calendario electoral que los trágicos eventos en Chibok, aproximadamente un año antes de las elecciones presidenciales.

Hubo muchas razones por las cuales el predecesor del Sr. Buhari, Goodluck Jonathan, no resultó reelegido, especialmente esas decenas de miles de millones de dólares en dinero procedente del petróleo que los miembros de su administración desviaron del Estado. Pero fue el manejo de Chibok por parte del Sr. Jonathan lo que finalmente definió la asombrosa ineptitud y negligencia de su presidencia.

El Sr. Buhari fue el principal beneficiario en las encuestas de 2015. Apostó su dura reputación a la promesa de restaurar la seguridad, probablemente convirtiéndose en el primer presidente nigeriano en obtener el poder no como resultado de una manipulación de la élite, sino mediante un mandato genuinamente popular basado en las expectativas de cambio. Ahora, después de tres años de mandato mediocre, muchos nigerianos creen que el ex gobernante militar ha desperdiciado su oportunidad. Para los rivales oportunistas, los secuestros son un regalo. Se han apresurado a establecer paralelismos con Chibok.

La respuesta inicialmente confusa de la administración recuerda la del Sr. Jonathan. En ambos casos, los oficiales de seguridad afirmaron haber rescatado a las niñas antes de confirmar luego que estaban "desaparecidas". En ambos casos, las escuelas de gobierno habían quedado desprotegidas, a pesar de la amenaza obvia planteada por un grupo cuyo nombre se traduce aproximadamente como "la educación occidental está prohibida". El ataque a Dapchi también refuta las repetidas afirmaciones de la administración del Sr. Buhari de que había derrotado técnicamente a Boko Haram. Pone de manifiesto hasta qué punto la nación más poblada de África sigue siendo no tanto ingobernable sino mal gobernada.

Dicho eso, el ejército de Nigeria se ha reorganizado y reabastecido. Está en mejor forma y ha reconquistado grandes áreas que antes controlaba Boko Haram. Evidentemente el grupo aún tiene la capacidad de sorprender. Además, los funcionarios de seguridad de todo África occidental advierten que se acerca una nueva ola de violencia, pues los yihadistas veteranos vuelven a la región después de luchar junto al Estado Islámico en el Medio Oriente.

Con o sin estos combatientes, Nigeria sigue sufriendo su yihad. Cuatro años después de su secuestro, 112 de las chicas de Chibok siguen desaparecidas. Su situación atrajo la atención de personas de todo el mundo, insensibles hasta ese momento al conflicto en el remoto noreste de Nigeria. A su vez, esto ayudó al gobierno a enfocarse en ganar la guerra. Hasta ahora, los secuestros en Dapchi no han provocado la misma indignación a nivel mundial. En Nigeria, esa ‘fatiga compasiva’ no puede ser excusa para la inacción.

TEMAS -