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Por qué las aerolíneas deberían cambiar el proceso de embarque

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Por qué las aerolíneas deberían cambiar el proceso de embarque
Airbus A350. (FOTO DE ARCHIVO.)

Por Michael Skapinker

Subirse al final debería ser visto como un privilegio, no como un castigo

“Su vuelo está listo para embarcar”.

Estas palabras deberían provocar alivio: ya estamos a punto de irnos. En cambio, todos parecen estar ansiosos. La gente se para y trata de avanzar, a excepción de aquellos que ya estaban haciendo cola.

¿Por qué hay tanto apuro? Un avión no es un autobús ni un tren. No se irá sin ti, siempre y cuando estés en la puerta de embarque. Si has registrado su equipaje, no se irá sin ti, incluso si no estás en la puerta de embarque. Escucharás tu nombre invocado en el sistema de megafonía.

Tampoco tienes que preocuparte por conseguir un asiento. Tu número de asiento está impreso en tu tarjeta de embarque. Y las primeras personas en subirse al avión tampoco pueden llevarse todos los auriculares.

Sin embargo, todos quieren ser los primeros en abordar. Yo también. ¿Por qué necesitamos subirnos antes que los demás? Para poder caminar sin obstáculos por el pasillo. Cuando te subes más tarde tienes que esperar a aquellos que están bloqueando el pasillo mientras intentan guardar su equipaje de mano en los compartimentos superiores de equipaje o mientras acomodan sus pertenencias en sus asientos.

Pero esto es sólo un inconveniente temporal que dura unos pocos minutos. Mientras esperamos, podríamos enviar un correo electrónico final o jugar un juego en línea de Scrabble.

La única razón real para subirse antes es asegurarnos de que podamos encontrar un lugar para nuestras propias pertenencias en los compartimentos superiores de equipaje. Algunas personas se suben al avión con no sólo una maleta con ruedas, sino también una computadora portátil y un bolso. Las aerolíneas prefieren que no documentemos las maletas y no se esfuerzan por hacer cumplir los límites del equipaje de mano.

Probablemente hay otros factores que provocan la ansiedad de embarque: los pasillos extremadamente estrechos, la sensación de estar rodeado tan de cerca por tanta gente y el reducido número de entradas en los aviones. Todo esto crea una inquietud que raramente siento, por ejemplo, cuando estoy esperando para subirme a un tren interurbano.

En un esfuerzo por reducir la aglomeración de gente, las aerolíneas han implementado varios métodos para escalonar el proceso de embarque. En diciembre, British Airways comenzó a dividir a los pasajeros en cinco grupos, comenzando con clientes de primera clase y con tarjeta de oro y terminando con aquellos en clase económica.

Algunos reaccionaron con enojo. De hecho, se publicó un informe que argumentaba que al forzar a los que gastaban menos a subirse al final, las aerolíneas habían creado un “camino de vergüenza”. Pero BA sólo está siguiendo el sistema utilizado por muchas aerolíneas en todo el mundo; American Airlines, por ejemplo, ahora tiene nueve grupos de embarque (con el personal militar en la parte superior de la jerarquía).

Ya que la mayoría de las aerolíneas no quieren que todos los pasajeros se suban al mismo tiempo, ¿hay otras formas de hacerlo? Los académicos han probado varias alternativas, incluyendo permitir que se suban los pasajeros que tienen un asiento de ventana primero, para que aquellos sentados en el pasillo no tengan que levantarse para dejarlos entrar.

Esta estrategia provocaría varios problemas. Primero significaría que los miembros de una familia tendrían que abordar por separado. Si bien las líneas aéreas generalmente piden que las familias con bebés se suban primero, estoy seguro que la mayoría de los padres preferirían no dejar atrás a un niño de nueve años para subirse antes al avión.

Otros estudios han sugerido que se debe llenar el avión desde la parte posterior. Las aerolíneas solían hacer algo parecido a esto, comenzando el proceso de embarque de la cabina económica desde la parte posterior, después de que los clientes de primera clase y clase ejecutiva habían encontrado sus asientos.

Tiene sentido comenzar en la parte posterior. Los pasajeros no obstruirían los pasillos para los que se subirían más tarde. Pero tal vez la solución es cambiar totalmente el sistema de embarque. Aquellos que pagaron menos se deberían de subir al avión primero. A los clientes más leales y mejor pagados se les podría vender la idea de que el embarque tardío es un privilegio. ¿Por qué dejar la comodidad del salón de primera clase para subirse antes de que sea necesario?

¿Eso haría felices a todos? ¿Podrían los pasajeros en los asientos más baratos consolarse a sí mismos por haber sido los primeros en subirse? Y con respecto a aquellos que gastaron más por sus asientos, ¿se sentirían más importantes haciendo esperar a los demás?

Todavía existiría el problema de encontrar suficiente espacio en los compartimentos superiores de equipaje, aunque eso es menos preocupante en la parte delantera del avión. De todos modos, las aerolíneas deberían comenzar a tomar medidas contra el exceso de equipaje de mano, para la comodidad de todos.

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