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Crisis en Haití
Crisis en Haití

Presidente de Haití combate escándalo de corrupción de US$2 mil millones de Petrocaribe

Jovenel Moïse está presionando para implementar cambios constitucionales en medio de la ira popular

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Presidente de Haití combate escándalo de corrupción de US$2 mil millones de Petrocaribe
Jovenel Moïse, presidente de Haití, gobierna un país sumido en un estado de anarquía por la constante inestabilidad política y las protestas.

En las paredes de Puerto Príncipe está garabateada una pregunta en creole: “Kot Kòb Petwo Karibe a?”: ¿Dónde está el dinero de Petrocaribe? Es una pregunta planteada por los manifestantes que han estado tratando de derrocar al presidente haitiano Jovenel Moïse durante un año.

Petrocaribe, creado en 2005 por el entonces presidente venezolano Hugo Chávez, permitió que las naciones caribeñas compraran petróleo venezolano a precios preferenciales. Se suponía que los países usarían el dinero que habían ahorrado para mejorar la infraestructura, pero más de una década después, Haití no puede demostrar lo que hizo con el dinero.

El año pasado, el tribunal de auditores de Haití informó que los funcionarios habían mal administrado hasta US$2 mil millones del efectivo de Petrocaribe y que una empresa administrada por el Sr. Moïse estaba involucrada en un cuestionable proyecto de construcción de carreteras.

En su modesta residencia alquilada en las colinas sobre Puerto Príncipe, el Sr. Moïse, un hombre de negocios de 51 años que se hizo un nombre como agricultor bananero, negó todos los cargos de corrupción.

“Era presidente de una compañía que tenía un contrato con el Estado”, le dijo al Financial Times. “Estás aquí en Haití. Ve a ver el proyecto. Verás que hay una carretera y que está construida en un 80 por ciento”.

Las protestas comenzaron en 2018 después de que el cineasta y activista haitiano Gilbert Mirambeau tuiteó una fotografía de sí mismo, con los ojos vendados, sosteniendo un cartel con la pregunta “¿Kot Kòb Petwo Karibe a?”

El tuit del Sr. Mirambeau se volvió viral y ayudó a impulsar el movimiento del Grupo Petro Challenger. El grupo ha publicado fotografías en línea de edificios a medio construir que según ellos deberían haberse completado con los ahorros de Petrocaribe.

Las protestas contra el gobierno del Sr. Moïse llegaron a un punto crítico a fines del año pasado. Entre octubre y diciembre, Puerto Príncipe estuvo paralizada. Miles salieron a las calles, enojados no sólo por las acusaciones de corrupción, sino también por la espiral inflacionaria y los nefastos servicios públicos. Más de 40 personas murieron en enfrentamientos entre los manifestantes y la policía. “Las fuerzas de seguridad bajo el mando del presidente Jovenel Moïse han usado fuerza excesiva”, concluyó Amnistía Internacional.

El Sr. Moïse ha respondido pidiendo una nueva constitución que le otorgue más poder a la presidencia. Según él, eso detendría las constantes disputas entre el ejecutivo y la legislatura y permitiría que el gobierno pudiera hacer más.

Pero debido a la historia de dictaduras de Haití, esa declaración es alarmante. Los críticos del Sr. Moïse señalan que las elecciones parlamentarias programadas para el pasado octubre fueron descartadas y que el Congreso ya no está en sesión. El Sr. Moïse está gobernando por orden ejecutiva.

El presidente culpó a la oposición, ya que no se había presentado para participar en una votación crucial sobre una nueva ley electoral. Dijo que el cierre del parlamento era una prueba del disfuncional sistema político de Haití, no de su sed de poder, y que no era nada nuevo. “Soy el quinto presidente de Haití en gobernar sin un parlamento”, explicó.

El Sr. Moïse dijo que una nueva constitución resolvería ese problema y que podría redactarse rápidamente. La última constitución fue escrita en menos de cinco meses. Después de ser redactada, sometería la nueva constitución a un referéndum, dijo. Sólo entonces convocaría nuevas elecciones al Congreso y consideraría renunciar. El Sr. Moïse insistió en que no buscaría un segundo mandato más allá de 2022.

La inestabilidad política en Haití ha sido un estribillo constante desde al menos la década de 1980 y posiblemente desde la independencia de Francia en 1804, cuando se convirtió en el primer país del Caribe en liberarse del dominio colonial y sólo el segundo en el hemisferio, después de que EEUU se declaró como república.

Durante casi 30 años hasta 1986 fue gobernado por dictadores de padre e hijo: “Papa Doc” y “Baby Doc” Duvalier. Desde entonces, el país ha sido sacudido por golpes de Estado, una intervención estadounidense, huracanes, un brote de cólera y el devastador terremoto de 2010.

Incluso para esos estándares, la situación actual es mala y esta vez ha sido causada en gran medida por el hombre. “La crisis política y los disturbios sociales están haciendo que las personas sean más vulnerables”, dijo Antoine Vallas, del Programa Mundial de Alimentos en Puerto Príncipe.

El Banco Mundial dice que 60 por ciento de la población de 11.1 millones de Haití vive por debajo del umbral de pobreza con menos de US$2.41 por día. La moneda, la gourde, se depreció 30 por ciento en 2019, la inflación es de casi 20 por ciento y la economía está estancada. “Casi 4 millones de haitianos no tienen suficiente para comer”, dijo el Sr. Vallas. “De ellos, alrededor de 1 millón de haitianos enfrentan hambre severa y necesitan asistencia humanitaria urgentemente”.

Para el Grupo Petro Challenger, éstas son las consecuencias de años de mala gestión y corrupción. Quieren que el Sr. Moïse renuncie y que los funcionarios estatales sean llevados a juicio.

Para muchos haitianos comunes, la reforma constitucional parece un mundo alejado de su realidad cotidiana de delincuencia, pobreza, apagones y escasez de agua.

“Son sólo palabras”, dijo Jaqueline Joseph, una madre de 32 años, mientras vendía ropa de segunda mano en las calles de Puerto Príncipe. “Ya no tengo fe en los políticos. Lo único que les interesa son ellos mismos”.

©The Financial Times Ltd, 2020. Todos los derechos reservados. Este contenido no debe ser copiado, redistribuido o modificado de manera alguna. Diario Libre es el único responsable por la traducción del contenido y The Financial Times Ltd no acepta responsabilidades por la precisión o calidad de la traducción.?

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