Presidente electo de Costa Rica enfrentará polarización sobre los derechos de los homosexuales

Por Jude Webber

Carlos Alvarado derrota al pastor evangélico que se oponía al matrimonio entre personas del mismo sexo

Carlos Alvarado, novelista, cantante de rock y exministro quien prometió defender los derechos de los homosexuales, enfrenta la tarea inmediata de unir un país polarizado después de una victoria inesperada sobre un pastor evangélico en las elecciones presidenciales de Costa Rica.

El candidato del partido gobernante de centroizquierda obtuvo el 61 por ciento de los votos, tras haberse contado aproximadamente el 96 por ciento de las boletas, dijeron funcionarios electorales. Esta cifra fue mayor que el 39 por ciento de su rival Fabricio Alvarado (sin relación), el ex presentador de televisión y predicador que logró una impactante victoria en la primera ronda en febrero.

Se esperaba que fuera una segunda ronda cerrada, aunque un sondeo de última hora todavía indicaba una ventaja saludable para Fabricio Alvarado. Al final, Carlos Alvarado logró una victoria el domingo de Pascua para el gobernante Partido Acción Ciudadana que se ha visto manchado por escándalos de corrupción.

El presidente electo enfrentará no sólo el reto de unir un electorado dividido, sino que también enfrentará el mayor déficit fiscal de la historia del país, de un 6.2 por ciento del producto interno bruto, y una tasa de desempleo que llegó al 9.3 por ciento a finales del año pasado.

Costa Rica, la cual disfruta de la reputación de ser un paraíso ecoturístico tan estable que no necesita ejército, también sufrió un repunte de los homicidios hasta una cifra récord a nivel nacional el año pasado, lo cual se le ha atribuido a un aumento en la violencia de las pandillas. Aunque muy por debajo de los niveles que existen en los países del triángulo norte — Honduras, El Salvador y Guatemala — el aumento del crimen se había convertido en una preocupación clave para los votantes.

Este hombre de 38 años de edad, quien será el presidente más joven en la historia moderna de Costa Rica, quien estaba detrás del pastor de derecha en las encuestas electorales y se esperaba que tendría dificultades para convocar a sus votantes al final del fin de semana feriado. Pero sus exhortaciones a los costarricenses a acudir en masa a las urnas funcionaron: la participación fue casi del 67 por ciento.

"Mi deber será unir esta república y construir un país mejor para todos", les dijo a sus simpatizantes.

No fueron palabras huecas: con sólo 10 de los 57 escaños en la asamblea legislativa, el Sr. Alvarado podría tener dificultades para lograr la aprobación de legislaciones. El partido Restauración Nacional de Fabricio Alvarado tiene 14 escaños.

El presidente electo, quien asumirá el poder el 8 de mayo, logró un repunte en la segunda ronda similar al que había llevado al presidente saliente, Luis Guillermo Solís, a la victoria en 2014. El Sr. Solís no pudo postularse a la reelección.

En las últimas semanas de campaña antes de la primera ronda, Fabricio Alvarado, de 43 años, pasó del último lugar con sólo el 3 por ciento de apoyo a ser el candidato a vencer después de su vehemente oposición a un llamado de la Corte Interamericana de Derechos Humanos para que los países de la región legalicen el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Las encuestas de opinión mostraron una oposición profundamente arraigada al matrimonio entre personas homosexuales en este país socialmente conservador, a pesar de la imagen relajada que proyecta con su lema "pura vida" y la apertura al tema del Sr. Solís.

Durante la campaña, los detractores de Fabricio Alvarado lo tildaron de fundamentalista peligroso. Intentó ampliar su atractivo anunciando un equipo de negocios que incluía figuras de otros partidos, entre ellos Edgar Ayales, un ex ministro de finanzas.

Mientras tanto, Carlos Alvarado perdió el respeto de algunos votantes debido a un gran escándalo relacionado con el cemento chino que dañó la popularidad del gobierno.

Aparte del polémico tema del matrimonio homosexual, las principales preocupaciones de los votantes fueron el desempleo, el costo de la vida, la seguridad y la corrupción. Las principales agencias de calificación han rebajado cuatro veces en cinco años la calificación de Costa Rica y la nueva administración, la cual se jacta de tener el primer vicepresidente afrocostarricense, deberá demostrar su determinación al realizar los recortes de gastos.

Financial Times