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Trump aumenta presión en disputa comercial entre EEUU y China

La amenaza de aumentar los aranceles ha sido alimentada por la furia ante las tácticas de Beijing y por la confianza en la economía

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Trump aumenta presión en disputa comercial entre EEUU y China
Donald Trump

Según los estándares de Donald Trump, el domingo pasado comenzó tranquilamente. Su primer tuit fue sobre el nombramiento de un nuevo jefe del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) estadounidense. Su segundo fue para lamentarse del resultado de la carrera de caballos del Derby de Kentucky, después de que el ganador original fuera controversialmente descalificado.

Después lanzó la bomba: en dos mensajes más, el presidente estadounidense incrementó la presión sobre Xi Jinping, su homólogo chino, con respecto a sus importantes negociaciones para ponerle fin a una disputa comercial de un año de duración entre los dos países. Si Beijing no dejaba de intentar “renegociar” las disposiciones previamente acordadas del borrador del acuerdo, escribió el presidente, los aranceles estadounidenses de los productos chinos valorados en cientos de miles de millones de dólares aumentarían este viernes. Después de meses de indicar que las conversaciones comerciales estaban progresando, la sugerencia del presidente de que el acuerdo estaba en peligro sacudió a los mercados mundiales y desconcertó a dirigentes políticos a nivel mundial.

De acuerdo con altos funcionarios de la administración y con personas informadas sobre las negociaciones, los iracundos mensajes del Sr. Trump no surgieron de la nada. Fueron motivados por la ira ante un percibido cambio de opinión por parte de China en cuanto a algunos compromisos que había hecho anteriormente durante las conversaciones; por una confianza cada vez mayor en que la economía y los mercados estadounidenses podrían soportar más confrontaciones si fuera necesario; y por la política: el presidente tenía que demostrarle al creciente número de halcones con respecto a China en Washington que no se conformaría con un acuerdo deficiente.

“El presidente es el que tiene que vender este acuerdo, poniendo en riesgo su reputación y, posiblemente, la elección de 2020”, comentó Derek Scissors, un experto residente del Instituto de Empresa Americano (AEI, pos sus siglas en inglés), un grupo de expertos con sede en Washington. “Él no va a correr ese riesgo si siente que lo están engañando”, agregó.

En días recientes, los negociadores estadounidenses han culpado directamente a China por el estancamiento de último minuto. “En el transcurso de, más o menos, la última semana hemos visto una erosión en los compromisos por parte de China”, les dijo Robert Lighthizer, el representante comercial estadounidense, a los periodistas el lunes.

El Sr. Lighthizer no especificó en cuáles áreas Beijing había retirado sus promesas, pero personas familiarizadas con las negociaciones señalaron que incluían dos temas en el centro de la disputa: codificar en la ley protecciones para la propiedad intelectual estadounidense y evitar la transferencia forzosa de tecnología.

Otro problema fue que los negociadores del Sr. Xi no habían proporcionado un texto completo en chino de un posible acuerdo, lo cual irritó aun más a Washington.

Steven Mnuchin, el secretario del Tesoro estadounidense, dijo que había habido “algunas señales” de un cambio chino durante las negociaciones en Beijing la semana pasada. Pero cuando él y el Sr. Lighthizer regresaron a casa el fin de semana “parecía que estábamos dando marcha atrás”. Entonces los dos negociadores estadounidenses “pusieron al día” al Sr. Trump, precipitando sus tuits.

Desde entonces, ambas partes han mantenido abiertas limitadas oportunidades para las negociaciones. El Sr. Trump se negó a suspender las conversaciones, y Beijing decidió seguir adelante con los planes de enviar a Liu He, el principal negociador del Sr. Xi, a Washington a fines de esta semana, aunque con un retraso de un día y con una delegación más pequeña.

“China se volvió codiciosa y quería renegociar partes enteras del acuerdo”, comentó una persona familiarizada con las conversaciones. “La pregunta es si Liu viene a Washington con un ‘mea culpa’, diciendo que está preparado para negociar todos los asuntos pendientes, o si vendrá a decir que si EEUU intensifica la presión, China lo hará de la misma manera”.

Otros cuestionan tales afirmaciones, citando enmiendas chinas relacionadas con una serie de regulaciones existentes, incluyendo las que regulan las marcas registradas y la competencia leal, y una nueva ley de inversión extranjera. “Liu He es un negociador honesto y sincero”, comentó James Zimmerman, un socio con sede en Beijing del bufete de abogados Perkins Coie. “No me puedo imaginar que él haya incumplido términos que están claros”.

A pesar de la pérdida de confianza de los últimos días, numerosos analistas creen que China y EEUU quieren evitar una nueva ronda de aranceles. “A Beijing todavía le gustaría lograr un acuerdo comercial que tenga el potencial de calmar la fricción en la relación y de colocarla en una posición más estable”, opinó Bonnie Glaser en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), un grupo de expertos con sede en Washington. “Es significativo que Liu venga: si Liu no contara con el apoyo de Xi, lo habrían retirado”.

Una persona cercana al equipo negociador chino estuvo de acuerdo con esa opinión. “A Liu He se le ha confiado la realización de este acuerdo. Ése es su mandato”, indicó la persona. “Abandonar las negociaciones no te acerca más a lograrlo”.

Andy Rothman, un estratega de inversiones en Matthews Asia, cree que el Sr. Trump también preferiría tener un acuerdo en vez de una total guerra comercial. “Una escalada deprimirá las ganancias corporativas estadounidenses y perjudicará a los consumidores estadounidenses, conduciendo a un mercado de valores débil”, indicó el Sr. Rothman. “Pero el presidente de nuevo ha decidido tratar las conversaciones entre las dos economías más grandes del mundo como si se tratara de un acuerdo de bienes raíces en Manhattan”.

Para un sinnúmero de ejecutivos estadounidenses que habían tenido la esperanza de que un acuerdo que pusiera fin a la incertidumbre se firmara tan pronto como esta semana, la repentina amenaza de nuevos aranceles es profundamente preocupante. David French, de la Federación Nacional de Minoristas (NRF, por sus siglas en inglés) comentó: “Nos preocupa que esto empeore y que, en lugar de un régimen arancelario que dure algunos meses, veamos un régimen arancelario que dure años”.

©The Financial Times Ltd, 2019. Todos los derechos reservados. Este contenido no debe ser copiado, redistribuido o modificado de manera alguna. Diario Libre es el único responsable por la traducción del contenido y The Financial Times Ltd no acepta responsabilidades por la precisión o calidad de la traducción.

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