Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
columnistas

Camino de confrontación

El comportamiento racional de los seres humanos es uno de los postulados fundamentales de la ciencia económica. Aún las teorías de exuberante irracionalidad que se plantean para algunos mercados, entre ellos el de las acciones en las bolsas en que se cotizan, mantienen un sustrato de eventual racionalidad que emerge luego de las manifestaciones irracionales de corto plazo. La realidad, sin embargo, es que en ciertos contextos los efectos derivados de los sentimientos y las pasiones pueden superar a las actuaciones motivadas por la conveniencia económica.

El desborde de las actuaciones racionales en Cataluña y su secuela de violencia es un ejemplo de lo que puede suceder cuando el diálogo fracasa y el antagonismo triunfa. Un descontento nutrido por rencores ancestrales generó un reclamo de independencia respondido con argumentos jurídicos. El apego irrestricto a la legalidad, cuestionada por la otra parte, motivó al Estado español a utilizar los medios represivos a su alcance para impedir la consulta promovida por los separatistas. Organismos y funcionarios fueron emplazados a fijar sus posiciones al respecto, poniéndose a prueba sus lealtades, y teniendo en muchos casos que escoger entre sus obligaciones y sus preferencias. Haber llegado a ese punto es un indicio de una manifiesta incapacidad de arribar a soluciones nacionales negociadas.

Es probable que la mayoría de los dominicanos que hemos estado pendientes del asunto prefiramos que no se resquebraje la unidad de España, nación con la que afectivamente nos sentimos vinculados. Sabemos que las divisiones con frecuencia conducen a estados más débiles, imponiéndose barreras donde antes no existían y socavando la capacidad de enfrentar los retos de un mundo muy competitivo. Pero para que la racionalidad pueda manifestarse, deben moderarse las pasiones de las que está sembrado el camino de confrontación que ambas partes han estado recorriendo.