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Economía naranja

Para saber su significado hay que preguntarle al recién investido presidente de Colombia o a los economistas que forman parte de su equipo

Existe una estrecha relación entre la “economía naranja” y las “mentefacturas”, pero no las busquen en los diccionarios económicos tradicionales. Para saber su significado hay que preguntarle al recién investido presidente de Colombia o a los economistas que forman parte de su equipo.

El presidente Iván Duque dijo en su discurso de toma de posesión que está comprometido con “la economía naranja para que nuestros actores, artistas, productores, músicos, diseñadores, publicistas, joyeros, dramaturgos, fotógrafos y animadores digitales conquisten mercados, mejoren sus ingresos... y atraigan los ojos del mundo”. Ya antes, durante sus años en el BID, Duque la había descrito en un libro titulado “La Economía Naranja: una Oportunidad Infinita”. Equivale a “economía creativa”, basada en la generación de riqueza por medio del “talento, la conectividad y la herencia cultural”. O, dicho de otro modo, se busca diversificar la producción y las exportaciones “para que además de las manufacturas produzcamos mentefacturas y reducir la dependencia en las materias primas, agregando valor y posicionando nuestras marcas, diseños y sellos de calidad”.

Según el BID, la economía naranja abarca editoriales, libros, revistas, periódicos, literatura, bibliotecas, cine, televisión, artes, turismo cultural, ecoturismo, deportes, diseño, artesanías, software, arquitectura, publicidad y moda. Uno de los retos para promoverla es la escasa valoración que la sociedad asigna a algunas de esas actividades, lo que hace preciso fortalecer las instituciones vinculadas a ellas, consolidar sus infraestructuras y darles participación en los debates estratégicos sobre el desarrollo.

Pero ¿por qué naranja? Duque responde diciendo que ese color siempre es asociado con la cultura, la creatividad y la identidad. Eso, por supuesto, es allá en Colombia. Aquí, dada nuestra politización, sería probablemente morada, o del color del partido que estuviera en el poder en ese momento.

gvolmar@diariolibre.com