Efectos de Odebrecht

Como si se tratara de la apertura de los sobres en la entrega los Oscars, se aguarda con ansiedad la revelación definitiva de los nombres incluidos en la lista de Odebrecht. Y se ha hablado mucho de las consecuencias políticas, pero menos de los efectos económicos.

Como las acciones de las compañías dominicanas no se compran y venden en el mercado financiero, no disponemos de índices que nos permitan conocer las variaciones en su valor que pudieran haber sido provocadas por el caso Odebrecht. No hay, sin embargo, una evidencia definida de que esté teniendo un efecto significativo. De hecho, las obras contratadas con esa firma, cuyo retraso o cancelación pudiera impactar sobre la actividad económica, se han seguido desarrollando.

Esa situación contrasta con la prevaleciente en otros mercados financieros, en los que la existencia de cuestionamientos políticos tiene una mayor incidencia sobre las expectativas de los empresarios e inversionistas. Un ejemplo de ello son los descensos en los índices bursátiles en los EE.UU. cada vez que el presidente Trump incurre en uno de sus frecuentes traspiés. En América Latina, en cambio, han pesado más otros eventos, como el menor crecimiento de la economía china, el destino del acuerdo transpacífico o los pronunciamientos proteccionistas estadounidenses. Incluso en Brasil, epicentro del escándalo, su declive económico estuvo más vinculado a la disminución de los precios de los principales productos de exportación y a las tribulaciones de Petrobrás, el consorcio petrolero estatal.

Pero puede influir también que en Latinoamérica las prácticas administrativas irregulares se dan como un hecho normal, parte de la forma como opera la economía, y el aparato productivo ha sido moldeado durante años por esa circunstancia. Desde ese ángulo, Odebrecht es sólo un caso más, se piensa que otros muchos han ocurrido, y se cree que otros más sucederán en el futuro.

Gustavo Volmar