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Guía para consolidar tus deudas (3/3)

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Guía para consolidar tus deudas (3/3)

Por Alejandro Fernández W.

Analista financiero

Asumamos que se te otorgó el préstamo de consolidación. ¡Te felicito! Seguro sentirás que ya has resuelto todos tus problemas y que se te aprobó un “borrón y cuenta nueva” financiera. ¿Verdad?

De ser así, te equivocas.

Ciertamente, es un paso importante. No me cabe duda de la efectividad de las consolidaciones de deudas para abaratar, simplificar y encarar el endeudamiento. Pero... ¡Ojo! Es solo un primer paso.

Como parte del proceso de unificación, algunas entidades tienen prácticas y exigencias distintas en cuanto al cómo se cancelarán las deudas existentes y si el usuario podrá mantener abiertas sus líneas de crédito, como son las tarjetas.

Conozco de entidades que al momento del desembolso, contactarán a tus acreedores existentes para transferirles, con tu autorización obviamente, los recursos necesarios para saldar sus deudas.

Es importantísimo que no te mantengas debiendo otras deudas más allá de la nueva consolidada. En caso de que te hagan el desembolso de forma directa a tu cuenta, asegúrate que esos fondos se canalicen para cancelar líos, no para que te metas en alguno nuevo.

Cerciórate también de procurar y archivar de forma segura las cartas de saldo que te deben entregar las entidades a las que les cancelaste pasivos.

En ese mismo sentido, un mes después de cerrar tu operación de consolidación, es conveniente revisar tus historiales de crédito para confirmar que se hayan registrado como pagadas las tarjetas o préstamos que habías unificado.

Ojalá que fortalezcas, desde un primer momento, tu salud financiera de forma integral. A continuación algunas ideas.

¿Qué hacer con los ahorros?

Muchas veces las consolidaciones de deuda producen importantes ahorros, pues se cancelan deudas más caras, como las plásticas, con una sola a una tasa de interés bastante más baja.

Conozco un deudor, cuyos préstamos totalizaban RD$4,100,000 y que luego de consolidarlos, pagaba solo RD$44 mil cuando antes pagaba hasta RD$70 mil todos los meses. ¿Qué hacer con los RD$26 mil en ahorro mensual?

Una primera buena inversión del ahorro es crear, o fortalecer si ya existe, el fondo de emergencia que debe ser la piedra angular de sus finanzas personales.

Me refiero a un “clavito”, cuyo único propósito sea para responder a emergencias o imprevistos reales del hogar.

¿De qué tamaño? Para iniciar, ojalá equivalga a por lo menos un mes de los gastos fijos del hogar incluyendo, eso sí, la cuota del préstamo consolidador.

Es una buena idea recordar qué fue lo que nos llevó, inicialmente, a acumular el conjunto de “líos” que consolidamos.

De presentarse nueva vez en nuestras vidas, ¿volveríamos a resolver con deudas? ¿O con nuestros propios ahorros? La idea es que nos “autofinanciemos” y que la deuda bancaria o informal queden solo como un “Plan B” o “Plan C”.

Lo que debemos evitar, a toda costa, es disponer del ahorro para simplemente retomar un ritmo de consumo irresponsable o fuera de nuestro presupuesto.

¿Cómo lograrlo? Mi conocido decidió mentalizarse que él seguiría pagando la misma cuota de antes, pero los RD$26 mil, en vez de pagárselos a los bancos, se los pagaba a sí mismo, por vía de un agresivo y automatizado ahorro programado.

Bien constituido el fondo de emergencia, idealmente de tres a seis meses (dependiendo de cuán volátiles sean los ingresos del hogar), otra opción es invertir en nuestra propia deuda.

En otras palabras, en hacer abonos o pagos extraordinarios al único préstamo que ahora se tiene, para lograr saldarlo antes de tiempo. Créanme: Los ahorros en interés a pagar son cuantiosos.

¿Tijera con las tarjetas de crédito?

El proceso de consolidación debe servir como uno de simplificación. Tener menos compromisos de los cuales tenemos que estar pendientes, para poder enfocarnos en dónde más valor creamos.

Si la deuda consolidada se originó por un uso inadecuado del dinero “plástico”, entonces quizás lo ideal sea cancelar todas tarjetas de crédito existentes. Por lo menos hasta que se mejoren los comportamientos y las actitudes financieras.

Toca, sin embargo, cuidar el historial de crédito. En ese sentido, sí es conveniente contar, en adición al préstamo unificador, con una línea o tarjeta de crédito, que dará muestra y fortalecerá la flexibilidad crediticia y, por ende, el “score” o puntaje de crédito del deudor.

Una dieta económica

La consolidación también puede ayudarnos a desintoxicarnos financieramente, igual que como haríamos con una dieta extrema en un proceso de cambio de hábitos en nuestro plan nutricional.

El dinero, mientras más tangiblemente se sienta, más consciente estaremos de tenerlo... y del cómo lo gastamos.

Los estudios lo confirman: Una misma persona, en el mismo sitio y la misma condición, tenderá a gastar mucho más de una misma cantidad de dinero, dependiendo de si dispone de ella por vía de un límite en una plástica tarjeta de crédito a si manejaron los mismitos recursos, pero en billetes en físico.

¿La moraleja? Quizás sea una buena idea, durante las primeras semanas o meses de nuestro “reseteo” financiero, manejarnos con sobres de efectivo o con tarjetas de débito, para tener un mejor dominio y conciencia financiera.

Un nuevo plan financiero

Pasados unos meses de la consolidación, es una buena idea pasar revista a los ahorros que se han logrado, a los activos que se han creado (así sea un solo mes de fondo de emergencia) y a los cambios en nuestros comportamientos y hábitos financieros hasta la fecha.

No se trata, bajo ningún concepto, de llevar la austeridad a lo absurdo. Todo extremo es dañino. Si llevar el nuevo “modus operandi” se torna demasiado traumático o desagradable, se atentará con la sostenibilidad del nuevo “tú” financiero.

Dentro del presupuesto familiar se debe, necesariamente, considerar una parte para el gasto discrecional, de ocio o, como yo le llamo, la “chulería”.

Una forma efectiva para manejar el gasto discrecional es creando una cuenta de ahorro con tarjeta de débito solamente para ese propósito y de la que se pueda disponer sin el más mínimo reparo y con total libertad. Recuerde: “No sólo de ahorro vive el hombre”. ¡Definitivamente!

Doce meses después de firmar

Si el plan funcionó, al cabo de su primer año, el deudor que una vez se ahogaba en sus “líos” financieros, ahora disfrutará de un control de sus finanzas y hasta de una cierta holgura en cuanto a su liquidez.

Se debe seguir construyendo. Ya en vez de mantener un enfoque exclusivo en el destruir la deuda consolidadora, que quizás requiera más tiempo en lograr saldarse por completo, es un buen momento para explorar nuevos y opciones de inversiones, incluyendo las financieras.

La visualización puede ser una herramienta extremadamente poderosa. A esta altura, se acercará el momento donde se puede ir pensando en qué se hará con los recursos que en la actualidad se destinan a pagar préstamos.

En lo que se logra el saldo final, un buen paso a tomar es aprender a invertir nuestros recursos, por ejemplo a través de los puestos de bolsa y también de las administradoras de fondo de inversión.

No se requiere de grandes montos para iniciar ese proceso de educación bursátil. Con a penas RD$10,000 se puede iniciar el camino de aprendizaje y de cambiar la mentalidad de deudor a inversor.

El monto será pequeño inicialmente, pero el propósito de consolidar las deudas desde un inicio es que eventualmente lograrán eliminarse. Logrado esto, no serán pocos los recursos con los que contará nuestro nuevo inversionista.

Un momento para todo bajo el sol

Mi deseo es que cuando se haga el último pago del préstamo consolidador, quede marcado en su vida como su “Día de Independencia Financiera”. Márquelo en su agenda, y ojalá que desde que lo logre y en cada aniversario, aproveche para celebrar con los suyos.

Puedes escribirme a afw@argentarium.com.

3 a 6

MESES De los gastos fijos del hogar es el equivalente de lo que debemos tener en nuestro “clavito” o fondo de emergencia. ¡Debe ser tu primera gran inversión!