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La productividad del empleado industrial se multiplicó 14 veces en los últimos 20 años El desempeño e incidencia del sector industrial

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La productividad del empleado industrial se multiplicó 14 veces en los últimos 20 años
El desempeño e incidencia del sector industrial
Crecimiento de la industria dominicana. (GRÁFICA CEDIDA POR EL MICM.)

SANTO DOMINGO. El sector industrial de la República Dominicana es el segundo empleador de mano de obra en la económica dominicana, según un informe publicado por el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), el cual explica que en el 2016 empleó alrededor del 16% de la fuerza laboral del país; esto es, más de 730 mil personas. Sin embargo, el peso relativo del sector industrial en el mercado laboral ha venido menguando, bajando de su nivel máximo de 25.6% (1998) hasta el 16.5% del empleo en 2016.

El documento indica que de modo más marcado, la caída del empleo en la Industria Manufacturera (incluyendo la Manufactura Local y la de Zonas Francas) ha sido mayor, bajando de su máximo esplendor del 18.6% en 1993 hasta el 9.8% en el año 2016.

El informe que está firmado por Juan T. Monegro y Carlos M. Gratereaux, explica que ha habido una ganancia robusta en productividad de la producción industrial en general en los últimos 25 años. Esto ha sido decisivo en el mantenimiento del aporte del sector industrial al crecimiento de la economía nacional.

Apunta que la productividad de la industria dominicana, medida como el ratio del producto industrial por trabajador ocupado en el sector, ha dado un salto significativo a partir de la entrada del nuevo milenio, pasando de una productividad promedio de $0.079 millones de pesos por trabajador industrial (1992), a $0.165 millones en el 2000, elevándose hasta $1.017 millones de pesos en promedio en el periodo 2011-2016; o sea, en dos décadas la productividad se multiplicó por cerca de 14 veces. Estos avances podrían estar asociados a mejoramientos tecnológicos introducidos en los procesos y a la diversificación de productos que se ha registrado en el sector industrial.

El documento precisa que en la industria manufacturera dominicana no sólo se ha registrado una caída significativa en la participación en el PIB y en el empleo; además, en el último decenio se ha dado un aumento significativo del empleo informal. En el año 2000 cerca del 22% del empleo de la industria manufacturera era empleo informal, incrementándose hasta 29% del empleo sectorial en el 2016.

Explica que la tendencia sea que uno de cada tres empleos del sector industrial sea informal no es una buena noticia desde la perspectiva del aporte esperado del sector industrial al desarrollo sostenible. Esto, dado que la informalidad laboral está asociada a baja calidad del empleo y a un muy limitado impacto de este en términos de reducción de la pobreza y de inclusión social. Como se aprecia en el gráfico, la incidencia de la informalidad en el empleo industrial total se hizo más marcada a partir de la entrada en vigencia del DR-CAFTA, en el 2007.

El documento detalla que el Industrial es el segundo sector que más aporta al valor agregado, al empleo y al crecimiento de la economía dominicana, después del sector Servicios. Su crecimiento en los últimos 25 años fue 5.4%, promedio anual; similar al ritmo de expansión de la economía en su conjunto (5.5%).

Desde una perspectiva sectorial, la estructura económica dominicana (2016) está conformada así: Servicios (67.9%), Industrias (26.1%) y Agropecuaria (6.1%). De hecho, a lo largo del período considerado, el sector Servicios ganó incidencia en la estructura económica, a costa de pérdidas registradas de manera sostenida por los sectores Industrial y Agropecuaria.

El empleo

En lo que corresponde su incidencia en el empleo, la industria dominicana ocupa el segundo lugar. En el 2016, el mercado laboral estaba estructurado mayoritariamente por el sector Servicios (70.8%), Industrias (16.5%) y Agropecuaria (12.6%). Esto es, alrededor de 17 de cada 100 ocupados de la Población Económicamente Activa están en el sector Industrial.

Valor agregado y crecimiento industrial

El sector Industrial redujo su participación en el valor agregado de la economía en cerca de 9 puntos porcentuales, pasando de 34.8% (1991) a situarse en 26.1% en 2016. Este encogimiento en la participación en el valor agregado también se ha dado en el sector agropecuario: durante el período de referencia, este sector perdió participación en cerca de 7 puntos porcentuales, según la nueva metodología de las Cuentas Nacionales, pasando de 13.5% (1991) a representar el 6.1% en el 2016.

En lo que corresponde al sector Servicios, éste ha ganado terreno de manera sostenida en el transcurso de las últimas décadas en lo que respecta a su participación en el valor agregado: pasó de 51.7% (1991) a representar el 67.9% en el 2016. Esto significa que las actividades que componen el sector servicios aumentaron en conjunto en 16 puntos porcentuales su aporte al valor agregado de la economía.

Enfocando perspectivas: más y mejor industrialización

El crecimiento robusto y sostenido del sector industrial en el transcurso de los últimos 25 años (5.4%, promedio anual), basado en buena medida en un aumento sustancial en la productividad laboral; y, consecuencia de lo anterior, además: el aporte significativo de la producción industrial al crecimiento sobresaliente exhibido por la economía dominicana en ese lapso (5.5%, promedio anual); además, la participación significativa del sector en la generación de empleos, entre otros factores, son elementos que argumentan la importancia del desarrollo de la industria en la construcción de un país próspero y el logro de mejores condiciones de vida e inclusión social en la República Dominicana.

A través del documento publicado por las autoridades del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes aseguran que la visión está establecida, y hacia ella han de orientarse los esfuerzos de política industrial. Articulación productiva, innovación y una estructura productiva que genere crecimiento alto y sostenido, empleo digno e inserción competitiva en la economía global es una consigna establecida en la Estrategia Nacional de Desarrollo que vincula directamente al desarrollo industrial. Y que lleva a plantearse la cuestión de la calidad del crecimiento sectorial mismo. Debe ser un crecimiento con atributos de desarrollo sostenible.

Agregan que mantener a buen ritmo el crecimiento industrial, aumentar su incidencia en la economía y en la creación de empleos dignos, y mejorar la calidad como base para una inserción competitiva son apuestas ineludibles para desarrollar una industrialización de calidad, competitiva; éstos, son parte de los desafíos que se plantean al desarrollo industrial en los años por venir. Encararlos exitosamente traerá consigo inserción competitiva, y potenciará el desempeño comercial. Es en estos términos que postulamos que la mejor política comercial y de inserción competitiva es un desarrollo industrial de calidad, basado en un tejido productivo más homogéneo y más articulado (encadenamiento industrial).

Argumentan que lo anterior conlleva una vuelta a la política industrial. Más y mejor política pública, para que la industrialización se desarrolle con sentido y rumbo, sintonizada y en conexión con las cadenas globales de valor; se potencie la calidad y la competitividad, y haga más robusta la articulación entre las industrias. Entonces, el aporte de la industria al desarrollo nacional será más robusto, inclusivo y sostenible.