Paladín inesperado

Las uniones sindicales tienen un inesperado y poderoso aliado.

Con los datos de su última encuesta nacional de fuerza de trabajo, el Banco Central (BC) decidió salir al paso a las críticas de que el alegado crecimiento económico del país ha sido tergiversado por el avance de la informalidad.

Sus conclusiones chocan de frente con las de "algunos analistas y líderes empresariales", que afirman que "el ingreso promedio de los trabajadores formales es superior al de los trabajadores informales".

Agrega que los datos del 2013 revelan que eso es cierto sólo para el 12% compuesto por gerentes, administradores y profesionales, no para el restante 88% integrado por técnicos medios, empleados de oficina, operarios, proveedores de servicios y trabajadores no calificados.

Más aún, dice que los informales no sólo ganan más sino que laboran menos horas diarias.

Igual que los líderes sindicales, el BC refuta que para "formalizar" la economía haya que limitar los "beneficios adquiridos" de los trabajadores formales.

Por el contrario, poniendo la bola en la cancha de los empresarios, atribuye la decisión de laborar en la informalidad a los bajos salarios del sector formal, aparte de la falta de preparación técnica, las regulaciones y los impuestos, razones por las que dice que el porcentaje de informales no agrícolas subió desde el 46.2% al 50.6% del total ocupado entre el 2000 y el 2013.

Ya han habido reacciones en contra, señalando limitaciones metodológicas y diferencias entre los ingresos de los dueños de negocios informales y los de quienes laboran para ellos. Pero por el momento la interpretación dada por el BC a sus datos describe una situación en la que las ganancias de las empresas formales no llegan hasta sus trabajadores.

Para el BC, lo importante es que la gente trabaje, y "pueda sustentar a su familia", mejor si lo hacen con formalidad, pero bien también si lo logran siendo informales.

Gustavo Volmar