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¿Por qué asumimos más riesgo?

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¿Por qué asumimos más riesgo?
Riesgos en las finanzas personales. (FOTO: SHUTTERSTOCK.)

Mentalmente estamos preparados para no perder nuestro laboriosamente ganado capital. En ocasiones somos capaces de correr riesgos por encima de lo que nuestra razón acepta. ¿Por qué?

Casos de bancos quebrados o de esquemas Ponzi (como Telexfree) son ejemplos de que los humanos podemos llevarnos más de otros que de nuestro subconsciente.

He visto con pena cómo amigos pierden dinero sin ni siquiera haber sopesado el riesgo. Me he preguntado qué hace que el humano accione de esa manera. La razón principal que encontré es la tendencia a ver el riesgo disminuido.

Por muchas razones llegamos a creer que nuestro dinero estará seguro, a pesar de tantas experiencias y alarmas que puedan verse. Detallaré a continuación algunas razones por las que vemos achicado el riesgo, a pesar de todo.

• Poco capital. Cuando lo que podemos perder no es importante para nuestra subsistencia, el riesgo a correr no es relevante. Ganar la lotería es un ejemplo típico. Si calculamos las probabilidades quizá nunca pusiéramos un centavo en ese tipo de inversión. Es un caso exagerado, pero pasa igual cuando decidimos arriesgar parte de nuestro capital en un negocio, es más fácil si su pérdida no hace que nuestra calidad de vida disminuya.

• El vendedor es encantador de serpientes. Al que muchos llaman un gran vendedor, porque le vende arena a un árabe en medio de su propiedad... situada en el desierto. Ese personaje que nos pone todo a la mano y nos quita toda duda racional. Para mí no es un gran vendedor porque no lo quiero ver ni cerca, pero seguirá engañando a muchos. Nuestro cerebro se convence con este tipo de personas y por lo mismo sugiero alejarlo de su subconsciente. Así no terminará invirtiendo en productos o instituciones que sobrepasan el riesgo que debería tomar.

• Conocer a los dueños. Veo cómo muchos se ponen la mano en la cabeza cuando descubren lo que dueños de instituciones financieras han hecho con su dinero. La confianza desarrolla el peligro. Nuestro capital no debe manejarse por amistad, sino por razón. Poner nuestro dinero en manos de otros requiere análisis. Altas tasas de interés o promesas de retornos por encima de la media del mercado indican mayor riesgo. Debería ser una obligación del inversionista saber en qué invertirán el dinero. Luego sacar conclusiones de si es rentable el negocio para obtener mayores rendimientos que otros.

• Buena reputación de los dueños. No todo es oro cuando brilla. Principalmente en sociedades pequeñas, las personas consiguen una buena reputación financiera con relativa facilidad. No es siempre el caso, pero no deje de identificar bien lo que está sucediendo. Alguien que muestra riqueza no tiene que ser rico, menos si lleva un negocio manejando dinero de otros. La compra de propiedades y mostrar buena vida no es necesariamente muestra de bonanza.

• Tiempo en el negocio. Uno de los factores que muchos me exponen después de perder su dinero es: “esas personas tenían muchos años en el negocio”. Existen cambios en la vida y los mercados. La edad de una empresa no asegura su persistencia en el mercado. Es mejor ver sus estados de cuenta y cerciorarse de que estén utilizando bien el dinero de los ahorristas. Cuando la segunda generación crece suele necesitar más dinero del negocio... cuidado.

Son muchas las recomendaciones de cómo asumir los riesgos, no solo éstas. En mi libro Arco Iris Financiero puede encontrar más.

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