Trampa del ingreso medio

Libre intercambio. ¿Se quedan los países "atrapados" entre la pobreza y la prosperidad?
El atraso económico tiene sus ventajas. Los recién llegados a la industrialización pueden seguir la ruta de sus antecesores y quizás saltarse algunos de los pasos. De esa manera, países pobres pueden estrechar la brecha con los ricos. Pero ese optimista principio de convergencia económica no siempre sucede. Algunos países pobres no logran despegar. Otros logran un rápido progreso y luego pierden el camino. El primer grupo con frecuencia se describe como víctimas de una "trampa de la pobreza". El segundo cada vez con mayor frecuencia se describe como "una trampa de ingresos medios".
Esta trampa, nombrada por Indemit Gill, del Banco Mundial, y Homi Kharas, ahora de la Institución Brookings, preocupa a los formuladores de políticas desde Malasia hasta México. Obsesiona a países que han escapado de la pobreza pero todavía esperan la prosperidad, amenazando convertir sus aspiraciones en desencantos y sus milagros económicos en un espejismo. La "pregunta en la mente de todos" es si la China, un ejemplo épico de convergencia, sucumbirá a la trampa, dice Eichengreen de la Universidad de California, Berkeley, Donghyun Park del Banco de Desarrollo Asiático y Kwanho Shin de la Universidad de Corea en un documento publicado el mes pasado.
Pero, ¿es la trampa de ingresos medios merecedora del nombre? ¿Hay algo especialmente traicionero acerca de los niveles de desarrollo a los que China se está acercando? A pesar de la popularidad del equipo, la teoría y las pruebas detrás de la misma son sorprendentemente débiles.
Primero, la teoría. Los países ricos presumen de las mejores tecnologías; los países pobres de los salarios más bajos. Los países de ingresos medianos no tienen ninguno. La intuición sugiere que ellos deberán luchar para competir con los países por encima y por debajo de ellos. Los países pobres también se benefician de transferir trabajadores de los campos que tienen exceso de trabajadores a las factorías donde resultan mucho más productivos. Pero una década o dos de un rápido crecimiento agotará el exceso de trabajadores del campo, obligando a los países a elevar la productividad de sus fábricas para que logren mayor progreso. Sus economías tendrán que enfrentan un salto complejo de un modelo de crecimiento a otro.
Pero la intuición puede despistar. Tanto el salario como la productividad existen en un continuum. Los países pueden permanecer "competitivos" en cualquier nivel salarial y de productividad, siempre que uno se mantenga alineado con el otro. La evolución de un modelo de crecimiento a otro es también continúo. Las fábricas no esperan a que el último trabajador desempleado haya abandonado el campo para empezar a mejorar la productividad de los trabajadores que ya están empleados. Por otra parte, en la medida que la fuerza laboral urbana crece, un flujo constante de recién llegados de las aldeas tiene un impacto proporcionalmente más pequeño. China es un buen ejemplo. A muchos les preocupa que ya haya agotado su excedente laboral y que se desacelere bruscamente. Pero según Louis Juijs del Royal Bank de Escocia, el movimiento de trabajadores entre la agricultura, la industria y los servicios solo contribuyó un 1.4 puntos porcentuales al crecimiento anual de China desde 1995 al 2012.
Hasta aquí la teoría, ¿qué acerca de las pruebas? Esta trampa de ingresos medios rara vez se define con suficiente claridad para ser comprobada. Algunos de sus proponentes alegan que los países de ingresos medios típicamente crecen con mayor lentitud que las economías más ricas y más pobres. Eso es una burrada. En todo caso, crecen más rápido. El gráfico de mano izquierda utiliza los gráficos de Penn World, que compara los ingresos en los países y en el tiempo entre 1950 y el 2010. Las economías con un ingreso per cápita de $13,000-14,000 (a paridad del poder adquisitivo) lograron en promedio un crecimiento por persona de casi 2.9% en una década. Eso es más rápido que el promedio de cualquier otro nivel de ingreso.
El MIT al que nadie quiere asistir
Por supuesto, estos excelentes promedios enmascaran muchos fracasos. Esos desencantos son el objeto de un par de publicaciones de Eichengreen y sus coautores. Analizan países de rápido desarrollo (que disfrutaron de crecimiento en el ingreso per cápita de por lo menos 3.5% durante siete años) que subsiguientemente sufrieron una rápida desaceleración (su crecimiento en los próximos siete años se desaceleró por lo menos en dos puntos porcentuales). En su más reciente publicación, ellos alegan que esa ralentización parece agruparse en los niveles de ingresos de $15,000-16,000 y $10,000-11,000 (medido a la paridad del poder adquisitivo), no muy lejano del nivel actual de China.
Ambas publicaciones son estudios enriquecedores y rigurosos de contracciones involuntarias. Pero no ofrecen pruebas convincentes de una trampa de ingresos medios. Su definición de ralentización es compatible con simple convergencia: crecimiento que se desacelera de 9% a 7% puede calificar como una ralentización, pero de ninguna manera constituye una trampa. Según su definición, hasta Singapur, uno de los ejemplos más brillantes registrados de recuperación del crecimiento, ha sufrido varias ralentizaciones drásticas.
Los autores exploran por qué los países de ingresos medios se desaceleran cuando lo hacen. Pero arrojan poca luz sobre si es más probable que lo hagan en lugar de otras economías. Su última publicación ignora a cualquier país con un ingreso per cápita menor de $10,000. Como los países ricos rara vez tienen un crecimiento mayor de 3.5% y los países pobres quedan automáticamente excluidos, no es de sorprender que las desaceleraciones que desenterraron se agrupen en los rangos de ingresos medios. Sí su método se aplica a países ricos y pobres, ¿qué revela? En el gráfico de mano derecha hemos hecho lo mejor posible para reproducir su método. El ingreso per cápita de $10,000-11,000 y de $15,000-16,000 ya no aparece como especialmente peligroso.
El desarrollo es un proceso largo y arduo, durante el cual las economías continuamente evolucionan en alcance al igual que en tamaño. Trampas potenciales acechan en cada nivel de ingreso. No hay razón para singularizar a los niveles medios. En una publicación reciente Kharas y sus coautores compararon la trampa del ingreso medio a las trampas que acechan a los golfistas. No todos los jugadores caen en ellas, pero todos los golfistas deben temerlas. Es una analogía que los gobernantes chinos obsesionados con el golf sin lugar a dudas aprecian. Pero las trampas no están confinadas a los seis hoyos del medio.
Fuentes
"Economic Backwardness in Historical Perspective: a Book of Essays", Alexander Gerschenkron, 1962.
"An East Asian Renaissance: Ideas for Economic Growth", Indermit Gill y Homi Kharas. World Bank, 2007.
"Globalization's Missing Middle", por Geoffrey Garrett, Foreign Affairs, 5 noviembre 2004
"When Fast Growing Economies Slow Down: International Evidence and Implications for China", Barry Eichengreen, Donghyun Park, Kwanho Shin NBER Documento de trabajo No. 16919, marzo 2011
"Growth Slowdowns Redux: New Evidence on the Middle-Income Trap", Barry Eichengreen, Donghyun Park, Kwanho Shin NBER document de trabajo No. 18673, enero 2013
"What Is the Middle Income Trap, Why do Countries Fall into It, and How Can It Be Avoided?", Homi Kharas and Harinder Kohli. Global Journal of Emerging Market Economies, septiembre 2011.
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De The Economist, traducido por Diario Libre y publicado bajo licencia. El artículo original en inglés puede ser encontrado en www.economist.com
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