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El Niño que llevo dentro

Pienso que debería de haber una nueva clasificación para personas como yo agradecidas de la vida, a quienes se nos ha dado el don de ver solo la belleza aún en los lugares más sórdidos y extraños.

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El Niño que llevo dentro
Lo que soy es un niño atrapado en el cuerpo de un anciano. (LUIGGY MORALES)

Soy un anciano ....soy un anciano ....soy un anciano. Me he pasado la noche repitiéndomelo como un mantra, intentando amanecer convencido. He perdido el tiempo, no lo he conseguido. Lo que soy es un niño atrapado en el cuerpo de un anciano. A eso de las 340am cuando ya casi encontraba el sueño lo descubrí .

El nino que llevo dentro se niega a crecer, imposible que le controle sus sueños, atrevido hasta llegar a riesgos impensables, obsecado en creer en todas las utopías, con una fe en Dios que rompe moldes pues dice que frente al misterio en que vivimos, al caos en que como humanidad nos empecinamos en crear, tendremos un final feliz. Ese niño está vacunado con un optimismo enfermizo, es celebrador empedernido, ha perdido el miedo y planifica como si fuera a vivir 100 años. Se puso alas hace un buen tiempo y descubrió los aviones y que no había fronteras, que la única frontera o límite es el que nos imponemos nosotros mismos.

Hay días que ese niño como todo niño es incontrolable y comete muchas travesuras, pero aprendió desde muy temprano a reconocer sus errores y a pedir perdón.

Pienso que debería de haber una nueva clasificación para personas como yo agradecidas de la vida, a quienes se nos ha dado el don de ver solo la belleza aún en los lugares más sórdidos y extraños, de ver paisajes hermosos en escenarios lamentables, ese niño además intuye, adivina dónde está la pena, el dolor, y sin saber de dónde, encuentra el bálsamo para entregarse y curar muchas veces las más profundas heridas.....

El otro día me preguntaron que cuántos años tenía y les respondí, los años del cuerpo o los del alma?

Tengo la edad de la alegría porque conozco a plenitud lo que es el dolor y las lágrimas, tengo la edad de la compasión porque ya he recorrido un largo camino y he visto mucho, la edad de la aceptación entendiendo que en la medida que entendí que no somos iguales y acepto al otro como es, me ha sido más fácil comprender el mundo en que vivo y tengo la edad de la expectación, porque sé que en algún momento descubriré todos los secretos y moraré en la eternidad junto a los que amo.

No es fácil mi edad, sé que hay muchos como yo. Escribo esto para que no se sientan solos, somos privilegiados, desciendo de una abuela con las mismas condiciones de quién herede la risa , ella nunca supo que con ese regalo me lo daba todo. En ese tiempo demasiado niño- niño, no valoraba el precio de una carcajada, de una sonrisa que brota de dentro, de la complicidad de una mirada cariñosa.....ahora lo sé casi todo y no tengo más alternativa que agradecer siempre, por lo mucho y por lo poco que tengo, aunque este cuerpo se niegue a bailar merengues toda la noche.

Freddy Ginebra Giudicelli es un contador de anécdotas cuyo mayor deseo es contagiar su alegría y llenar de esperanza a todos aquellos que leen sus entrañables historias.