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Sábado de confesiones

Uso el celular como un jevito, mando wasaps a diestra y siniestra, me grabo mensajes, contesto correos, tomo fotos que subo a la red, hablo de la nube con propiedad y hasta aparento ser un joven viejo algunas noches en que decido celebrar la vida con doble intensidad

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Sábado de confesiones
Soy un anciano moderno que disfruta todos los adelantos de la posmodernidad y de las nuevas tecnologías. (ILUSTRACIÓN: LUIGGY MORALES)

No quiero que piensen que porque paso de los 75 años creo que todo tiempo pasado fue mejor, nada de eso. Tengo mi álbum de recuerdos, pero solo recurro a él cuando el presente en que vivo me abruma por su sordidez y siento que pierdo el equilibrio. Soy un anciano moderno que disfruta todos los adelantos de la posmodernidad, de las nuevas tecnologías, sé quién es Siri, Alexa es mi íntima amiga y viajo todo lo que puedo haciendo nuevos amigos para quizás la eternidad.

No estoy atado a la nostalgia, es más diría que estoy en la etapa del olvido y los amigos recuerdan para mí episodios que me extraña haberlos vivido... soy un presentista profesional, he repetido muchas veces que el futuro lo estoy viviendo hoy y que el pasado es solo referencia para no volver a cometer los mismos errores.

Como me gusta tanto el cine soy pana de Netflix, ha sido muchas veces mi compañero cuando la frustración amenaza con asomar a mi ventada emocional, uso el zoom para mis entrevistas y escribo en mi laptop, la cual la tengo adherida a mi piel como si fuera ya parte de mi cuerpo, sin ella estoy perdido. Uso el celular como un jevito, mando wasaps a diestra y siniestra, me grabo mensajes, contesto correos, tomo fotos que subo a la red, hablo de la nube con propiedad y hasta aparento ser un joven viejo algunas noches en que decido celebrar la vida con doble intensidad y para mi sorpresa hasta amanezco sin resaca.

Algunos me creen el hombre feliz, yo sé lo que me cuesta esa felicidad, lo aprendí desde muy temprano. Me acepto como soy, no quiero ser otro sino siempre el mismo y con el mismo nombre, con mis carencias y debilidades, vivir sabiendo que soy un aprendiz de todo, incompleto, a veces torpe e ingenuo. Amo sin pedir detalles y no quiero nada a cambio, he decidido hacer mi camino al andar e ir dejando a la vida que me vaya sorprendiendo. Solo veo el lado bueno de quienes me rodean, no tiene sentido hurgar en el oscuro que solo lleva a morbosidad y tristeza. Dios ha sido más que una respuesta una necesidad, si no hubiera existido lo hubiera inventado, vivir sin Él hace muy absurda esta vida, sé que como me gustan las sorpresas me recibirá con la más inesperada de todas.

De la muerte confieso que no le temo, sin embargo cuando le ocurre a quienes amo quedo devastado, tardo en recuperarme, lloro permanentemente y me cuesta adaptarme a vivir sin ellos.

Hace un tiempo inventé los diálogos con los que se han ido y los convoco en mi pensamiento y hasta converso con ellos, es una manera de tenerlos cerca, de decirles que tanto amor no puede ser vencido por la separación momentánea, entonces subo a mi nube de emociones todo ese amor y recupero la sonrisa.

En fin, hoy me dio por confesarme, ahora me siento mas tranquilo, feliz sábado.

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Freddy Ginebra Giudicelli es un contador de anécdotas cuyo mayor deseo es contagiar su alegría y llenar de esperanza a todos aquellos que leen sus entrañables historias.