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Nutrición
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?Asma y obesidad, una mala combinación

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?Asma y obesidad, una mala combinación

La obesidad es un factor de riesgo y predictor de complicaciones por el asma ¿Es posible obtener asma por estar obeso? Las estadísticas sugieren que desde el embarazo, las madres que se encuentran en sobrepeso u obesidad tienen un riesgo aumentado (aproximadamente un 15-30%) de que sus hijos desarrollen asma. (Forno, 2014)

También hemos encontrado que los pacientes con asma van a tener más posibilidad de desarrollar obesidad en la mayoría de los casos. Esto habla de su relación bidireccional.

Tanto los adultos como los niños van a tender a tener más hospitalizaciones por exacerbaciones de asma cuando son obesos. ¿Por qué ocurre esto? Dentro de los mecanismos asociados, está la pobre respuesta a las altas dosis de los esteroides inhalados, que se relacionan con citoquinas inflamatorias en la obesidad.

Algunos factores nutricionales que se relacionan con el asma:

-Deficiencia de vitamina D. Los pacientes con obesidad tienen niveles más bajos de vitamina D y esto se correlaciona con una mayor tasa de enfermedades respiratorias.

-La dieta occidental. El consumo de grasas saturadas (frituras, alimentos procesados, carnes procesadas) tendrá una relación directa con la obesidad, así como una alimentación que promueve la inflamación se correlaciona con el asma.

-Alteración en la microbiota intestinal. Una dieta alta en grasa y baja en fibras reduce la cantidad de bacterias y microorganismos disponibles en nuestra flora intestinal. Sabemos que una microbiota poco variada y poblada se asocia con un sistema inmunológico vulnerable. Además, de que el uso de antibióticos de manera prolongada (que ocurre en el asma complicado) podría también relacionarse a la alteración de nuestra microbiota.

Contamos con evidencia científica, cada vez más contundente, sobre la importancia del abordaje nutricional y realizar cambios en el estilo de vida como parte del tratamiento. También nos queda claro lo complejo de la relación asma-obesidad, pues aun no nos queda claro si su relación es causal o de consecuencia.

Mientras tanto, trabajemos de forma importante en nuestra alimentación para reducir las complicaciones asociadas a esta afección, a propósito de la conmemoración del día mundial del asma el pasado 4 de mayo.

TEMAS -

Dra. Erika Pérez-Lara Doctora en Medicina. Especialidad en Nutriología Clínica en INTEC. Master en Nutrición y Alimentación en Universidad de Barcelona (UB).