“Dejemos las restricciones innecesarias en la diverticulosis”

Hasta un 60% de los pacientes por encima de los 60 años tiene divertículos (Nallapeta, 2020). Son unas herniaciones de la mucosa del intestino (parecido a unas pequeñas bolsas) cuya causa sigue siendo incierta. Algunos se lo atribuyen a debilidad de la pared intestinal, otros a una dieta baja en fibras. Hasta un 80% de los pacientes que tienen divertículos no presenta ningún síntoma, pero los que padecen las molestias (ej. dolor abdominal, sangre en las heces, etc.) deben apegarse a algunas recomendaciones nutricionales para reducir los síntomas y las complicaciones.

Estas sugerencias van a depender del estado inflamatorio de la condición, pues en el caso agudo (llamado diverticulitis, por inflamación de los divertículos), se sugiere una dieta líquida o muy baja en fibras o también llamada ‘astringente’ mientras el paciente se trata con antibióticos y otros fármacos. Esto significa, que se preferirán frutas sin cáscara o previamente cocidas, vegetales cocidos, cereales refinados (no integrales), además de evitar las leguminosas y granos.

Ahora bien, la diverticulosis (o presencia de divertículos en el intestino) sugiere una recomendación nutricional opuesta. Hasta el momento, todos los estudios apuntan a que una dieta “alta en fibras” podría beneficiar al paciente, pues se produce un bolo fecal de mayor tamaño que reduce la cantidad de espasmos intestinales y por tanto, la sintomatología de dolor abdominal y complicaciones asociadas.

Es posible, que su médico hace años le haya sugerido que no consuma semillas de tomate, berenjena, nueces, que evitara los granos, el maíz y cáscaras de alimentos (ej. de las frutas) porque se ‘alojan’ en el divertículo y pueden obstruirlo. Esto ya no es una recomendación, porque en ningún estudio se ha encontrado asociación entre estos alimentos y la mayor tasa de diverticulitis. Lo que sí hemos encontrado, es que cada paciente puede presentar los síntomas de forma distinta, y por eso, los invitamos a monitorear si algún alimento le produce las molestias para evitarlo.

Sin embargo, han encontrado asociación entre el consumo de carnes rojas y el alcohol, aunque la evidencia no es contundente, son elementos que debemos considerar moderar en la dieta para reducir la tasa de eventos.

Finalmente la idea es evitar las restricciones innecesarias de alimentos que aportan nutrientes y variedad en la dieta y romper estas recomendaciones antiguas que no tienen base científica para orientar el tratamiento de una forma adecuada.

Erika Pérez Lara

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Dra. Erika Pérez-Lara Doctora en Medicina. Especialidad en Nutriología Clínica en INTEC. Master en Nutrición y Alimentación en Universidad de Barcelona (UB).