“La moderación”, un término inespecífico

Podría incluirme como parte del grupo que al hablar de recomendaciones saludables incluye el término “moderación”. Pero analizando esta conjetura, ¿Qué significa moderación?, ¿Qué cantidad podría ser moderada?, ¿Cómo saber si estoy siendo moderada/o?

Cuando de alimentación se trata, mientras más específicos seamos, más resultados podríamos obtener a corto y a largo plazo. Esto tiene que ver, con la gran variabilidad de personas, que tanto por preferencia, estatus socio-económico, accesibilidad, cultura y muchos otros factores no limitan al generalizar en una recomendación.

Buscando definir la moderación, en sus distintos contextos, encontraremos ideas que se repiten como “evitar el exceso”, “buscar el equilibrio”, “ser prudente”, lo cual sigue colocando a la moderación como un término ambiguo con intenciones muy positivas desde el punto de vista de alimentación saludable y prevención de enfermedades.

Para dar pautas más concretas, desde el punto de vista nutricional, se utiliza el término ración, para describir una cantidad recomendada en función del tipo de alimento o bebida. Un ejemplo lo podemos ver en las etiquetas de alimentos donde se colocan valores nutricionales en función de una “ración” recomendada (en los cereales se colocan porciones sugeridas).

Por otro lado, se utilizan ilustraciones como la conocida pirámide alimentaria, ahora denominada Mi Plato (My Plate en inglés) en la que se sugiere una distribución equilibrada de alimentos donde el tamaño del plato también condiciona las cantidades límites que debemos consumir.

Así también, en las bebidas alcohólicas se sugieren raciones recomendadas como moderadas, utilizando la copa, el vaso corto, onzas y gramos para especificar la idea de moderación. Esto se ha descrito como de 1 a 2 copas o tragos, de 12 a 18 gramos por día, tomando en cuenta si es hombre o mujer o alguna condición clínica (Touis y cols., 2018). No existe una cantidad de alcohol recomendada, pues los beneficios de un consumo moderado resultan hoy controversiales.

La precisión en cuanto a las necesidades energéticas, las limitaciones específicas o algunas recomendaciones especiales serán realizadas en función a una evaluación médica, pero podemos utilizar las herramientas antes mencionadas para adoptar hábitos saludables, así como, entender la moderación más responsable y consciente.

En este período festivo, podríamos aplicar la moderación, tomando en cuenta las ideas antes mencionadas, sin dejar atrás que en las demostraciones de afecto, agradecimiento y prudencia debemos aumentar nuestras raciones.

¡Felices fiestas!

Erika Pérez Lara