“No olvides que comer es un placer”

En un año tan complejo, lleno de tantas razones para alterar nuestras emociones, es completamente entendible que busquemos algún mecanismo para lidiar con tantos problemas. Que ese mecanismo o herramienta de soporte sea dañina o no es nuestra responsabilidad. En ese orden, algunos han iniciado alguna rutina de ejercicios en la casa, otros han incursionado en la meditación o yoga, otros han fortalecido su espiritualidad pero en el grupo que ha buscado otras estrategias, muchos han abusado de las drogas, otros del alcohol o el cigarrillo y otros han descuidado su alimentación.

Sin duda alguna, en todos los casos, estamos buscando una forma de complacer nuestra mente, de reducir los niveles de ansiedad, depresión, anhelo, desesperación y muchas otras emociones que podrían afectarnos. Una de las principales razones por las que existe una alta tasa de rechazo a las dietas y el control de peso tiene relación con el diseño de pautas nutricionales poco placenteras, que no aportan al manejo de nuestras emociones.

Si la alimentación es muy repetitiva, tiene poco sabor, los alimentos son de difícil acceso o simplemente no se apegan a las preferencias del paciente, es muy probable que se abandonen las recomendaciones y que no se adopte un estilo de vida saludable.

Para lograr el apego a una dieta o alimentación sugerida, es obligatorio que se encuentre disfrute y placer al desarrollarla. Sabemos que las frutas y los vegetales son recomendables, pero no podemos olvidar, que la variedad de alimentos que tenemos disponible tiene la intención de complacer las preferencias del paciente. También existen alimentos que, aunque no formen parte de una lista de opciones recomendables, deben considerarse en su justa medida y frecuencia para aportar ese balance y equilibrio que permite que la rutina sea placentera y sostenible.

Tal es el caso de bebidas como ponche, del turrón de almendras o maní o de las partes “no magras” del cerdo que forman parte del manjar gastronómico en esta época navideña. Disfrutar de los alimentos en moderación es una recomendación saludable, lo que se escapa de nuestras buenas intenciones, es ese punto de equilibrio que usted debe mantener para evitar los excesos y los consiguientes desequilibrios en el peso y control de enfermedades.

En este festivo y en todo el año, recuerde que comer es un placer. Disfrutar de la oferta de alimentos forma parte de la idea de un estilo de vida saludable, aprendamos a encontrar el balance.

Erika Pérez Lara

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Dra. Erika Pérez-Lara Doctora en Medicina. Especialidad en Nutriología Clínica en INTEC. Master en Nutrición y Alimentación en Universidad de Barcelona (UB).