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Black friday: preparación mental y económica

“Un especial es solo bueno cuando adquiero por menos de lo que costaba un bien o servicio que realmente necesitaba”.

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Black friday: preparación mental y económica

Se ha convertido en costumbre la temporada de compras en rebaja del mes de noviembre. ¿Necesitamos una preparación especial?

Ya hasta tenemos “Black Month”. Sí, entre pre y post podemos llegar a meses de tan especial tiempo de especiales. Imagino que la gente en octubre ya no quería comprar nada esperando las ofertas de final de noviembre.

No sé en realidad qué tan altos son los descuentos; entre numeraciones distintas de los equipos y tanta publicidad no tengo idea de los montos a economizar. Tampoco sé si la gente compra por cubrir necesidad o si es por ahorrarse en la compra... lo que en realidad sería desperdiciar recursos por la compra de un bien que no necesitaban.

Veamos algunas recomendaciones para entrar y salir de esta época con la mejor sanidad mental que podamos:

ANTES:

Económicamente: Si queremos aprovechar los ahorros por la temporada lo más sano es ahorrar lo que vamos a gastar. Si no lo hacemos debemos utilizar dinero de nuestro presupuesto mensual y por lo regular no existe un sobrante tan grande que podemos destinar a esas compras. De no tener el dinero guardado y asignado, tendremos que hacer uso de las tarjetas de crédito o de algún préstamo. Si pagaremos el siguiente mes sin intereses es posible que el presupuesto de diciembre se reduzca demasiado, sufriendo las consecuencias en el corte de enero. Al final de cuentas, si pagamos intereses quizá los descuentos recibidos no sean en realidad aprovechados.

Mentalmente: Es el momento de hacer una lista de lo que necesitamos en realidad. Colocar el orden de prioridades será el siguiente paso. Una vez depurada debemos asignarle el presupuesto a cada adquisición. Dos columnas deben ayudarnos, una con el precio normal y otra con el que quisiéramos adquirirlo.

DURANTE

Económicamente: Sacar una lista del dinero realmente disponible; tanto el que hemos ahorrado, como el que podemos disponer en las tarjetas de crédito sin correr el riesgo de no poder pagarlas al corte o de tener que restringir nuestra vida por pasarnos en las compras. No pensaría en utilizar dinero ajeno, eso cuesta.

Mentalmente: Con nuestra lista de prioridades podemos dedicarnos a conseguir el máximo de adquisiciones. Saber que no podemos pasarnos del monto asignado es lo prioritario para nuestra mente. Estar conscientes de que el porcentaje de ahorro que nos ofrecen no es lo importante para una adquisición, sino el orden del listado de prioridades. Hacer compras racionales es el dogma asertivo.

DESPUÉS:

Económicamente: Una vez pasó la cosecha es hora de pagar. Quizá nos pasamos o no calculamos bien. Reunamos el dinero para no tener que financiarnos. Al corte de la tarjeta de crédito debe saberse de dónde saldrá el dinero del pago. Si tendremos que buscar financiamientos será el momento de hacerlo de la manera más económica posible; las tarjetas no lo son. Es preferible un préstamo de consumo para saldar las deudas plásticas que no serán posibles de pagar de otra manera.

Mentalmente: Debemos estar dispuestos a restringirnos de placeres y excesos si no podemos hacer frente a lo gastado en el tiempo de los descuentos.

Si nos preparamos en estas dos variables para los tres períodos es posible que aprovechemos de manera real la época de descuentos... aquella en la que los comerciantes más beneficios obtienen.

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