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Cuando gastamos por adelantado...

“Cuando es más barato esperar me queda más para gastar en el tiempo correcto”

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Cuando gastamos por adelantado...

Disfrutamos sin tener que esperar... sin duda una de las grandes bondades de nuestra era. La pregunta es: ¿cuánto nos cuesta a la larga?

Un préstamo es como un martillo: podemos crear o destruir. Mi generación ha sido muy beneficiada por contar con dinero que puede utilizar para adelantar nuestras compras, sean para consumo o inversión.

Mirar al pasado me enseña que de haber continuado como era no hubiésemos crecido tanto ni creado tanto capital. Los emprendedores y empresarios han encontrado posibilidad de crecer tomando dinero prestado. Mientras, otros no pueden esperar y adquieren lujos por adelantado.

Utilizar el dinero de otros tiene su precio, y no utilizarlo también. Veamos qué puede pasar con algunas compras:

Vivienda. En muchos países es muy importante tener un techo propio, más al llegar a una edad donde los ingresos fijos y aumentos pueden peligrar, como a la edad de retiro o cuando podemos ser sustituidos por personas más jóvenes, ya sea por ser menos costosas o por otros tantos motivos que hacen que un trabajador de más de 50 años pueda motivar un cambio. Seguir pagando alquiler toda la vida es una “inversión” cara. Utilizar un préstamo para adquirir un techo y amortizarlo lo más rápido posible lo considero una excelente decisión. Es una forma inteligente de usar el dinero de otros para adelantar nuestro futuro. Claro, el cálculo correcto debe estar en nuestra mente: Nunca el préstamo debe ser a más de 20 años (para pagarlo en menos de 15 con amortizaciones especiales) y la cuota no debe sobrepasar por mucho lo que pagaríamos de alquiler (eso se logra llevando el inicial adecuado y eligiendo la vivienda conveniente).

Vehículo. Soy de la escuela del ahorro. Un buen inicial y un automóvil de no muy alto costo puede llevarnos a tener que utilizar un préstamo moderado. Dos o tres años suele ser un plazo acorde. Subirnos a una gran carroza por la facilidad que nos ofrecen no lo considero la mejor decisión. Créame, siempre habrá un vehículo de mayor precio que con un financiamiento se pone a nuestra mano. Un préstamo a 5 años nos hace pagar demasiado en intereses, saliendo demasiado caro tener el vehículo. Adelantar el futuro de esa forma no lo considero muy sabio que digamos.

Viajes. Apresurar la ida a algún lugar soñado no es una decisión que me gusta tomar. La paciencia ayuda a guardar para gastar más tarde, pagando menos de lo que suman las cuotas de un préstamo de consumo. Prefiero el ahorro y la planificación.

Lujos. Artículos no prioritarios para el hogar, vestimenta y demás elementos que no cubren necesidades básicas deben esperar su debido momento. Pagar de más nos quitará capital para adquirir más de ellos.

Imprevistos previsibles. Si tenemos que cambiar el refrigerador no lo considero un imprevisto que no deba prever. Así hay muchos artículos más que juegan papeles prioritarios en nuestro diario vivir. Recomiendo no gastar todo lo que ingresamos y reservar una parte para los gastos que llegarán en un momento y que no podemos adivinar. Un capital acumulado es mi recomendación, no como fondo de emergencias, sino como prevención.

Gastos irregulares. El pago del colegio o los útiles escolares pueden ser un ejemplo. Para no endeudarse puede guardar una proporción cada mes.

En conclusión. Recomiendo créditos que nos quitan un costo futuro o cubren una real necesidad.