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Redes Sociales
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El inmediatismo contemporáneo

“Lo que en 24 horas no me será de utilidad, no cabe en mis preciados minutos”

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El inmediatismo contemporáneo

La vida de hoy lleva tanta velocidad que muchos se preocupan por no estar al día en lo que pasa... Hoy se sabe todo más rápido que nunca antes.

El inmediatismo en que vivimos no nos permite ver más allá de unas pocas semanas. Veo cómo la tendencia de las redes sociales es que todo esté un máximo de 24 horas vigente. ¿Es en verdad tan importante para mi vida algo que en 24 horas ya no lo será?

Una queja frecuente que escucho es la de veces que se repite un mensaje, ya sea en video, foto o texto. Sus móviles se llenan de la misma “noticia”, y a todas horas. Muchos, por no decir una gran mayoría, de los que se quejan, desde que reciben una “noticia” la reenvían a todo el que se les ocurre. Lo importante es ser de los primeros.

El diluvio de información de la primera década del siglo ha quedado opacado por las nuevas tendencias. La pregunta que me hago es: ¿soy víctima o protagonista del sistema?

Las redes “sociales” han encontrado una ‘bella’ tendencia. Las primeras 24 horas hacen aparecer nuestros mensajes, a partir de ahí se convierten en letra agonizante. ¿Nos quieren manipular o se llevan de nuestra forma de ser?

Creo que nos manipulan con la tendencia del cerebro contemporáneo. Siempre hemos querido enterarnos de los acontecimientos. En mi tierra, ser el que llevaba la noticia primero era bien visto. Recuerdo siendo mozalbete escuchar de madrugada el teléfono de la casa. Era alguna tía avisando que alguien había muerto. Le aclaro, en mi hogar no vivía ningún médico, ningún sepulturero, ni nada que tuviera que ver con el negocio de las últimas horas en el terruño.

Pensará usted que era alguien cercano que había muerto: le cuento que cualquiera que muriera en el campo donde nacieron mis padres y sus alrededores, era motivo para algunas tías pasarse la madrugada llevando una noticia que a las ocho de la mañana del siguiente día era de la misma utilidad.

Los negocios digitales que constituyen las redes “sociales” han encontrado una forma de aumentar lo que le llaman tráfico, que es la cantidad de horas que pasamos viendo lo que la gente publica. Su negocio es que veamos los anuncios. ¿Está claro? Si A=B y B=C entonces C y A son idénticos. En otras palabras. Mientras más tiempo nos pasamos en la red, más anuncios vemos, por ende, más ganancias les generamos.

¿Necesito saber todo? Si no me entero de lo que ayer pusieron en las redes: ¿qué podría pasarme? Le aseguro que nunca me ha pasado nada. Y si una noticia era tan relevante para mí, le aseguro que la veo porque la veo y, lamentablemente, no solo una vez.

¿Por qué la gente que se entera de todas las noticias se queja de que el tiempo no le da para cosas que quiere hacer? No es que las 24 horas son insuficientes, ni es que no debe ver las “noticias” y repartirlas, sino que esté feliz con la vida que decide cada día vivir.

La vida no es tan inmediata como nos la pintan. ¿Cree usted que el que le envía lo que recibe es útil? ¿O sería mejor que solo le pasara lo que es realmente de utilidad puntual para usted? Decida su protagonismo.

Conferencista, consultor, coach y escritor con 20 libros publicados. Dirigió por 10 años una de las empresas del Grupo Siemens en Argentina, Brasil y Alemania.