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Cambios
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¿Me cambio o no me cambio?

Si no cambio paulatinamente, o de ser necesario bruscamente, puedo estar seguro de que me cambiarán

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¿Me cambio o no me cambio?
No soy de la filosofía de cambiar solo por el hecho de que hay cambiar. (ILUSTRACIÓN: LUIGGY MORALES)

El dilema del cambio no es si se cambia, sino saber si cambio por decisión propia o espero que me hagan cambiar, de lo contrario me cambiarán. Sentado un día en el café de la librería me abordó un caballero. “Después de leer su libro ¿Forastero yo? sobre los cambios, estoy convencido de que me até hace muchos años a mi empleo y no quiero salir de la zona de mi confort”. En pocos minutos me explicó que ya pasa de los 40 años y ahora sabe que si no cambia lo cambiarán.

Las empresas evolucionan y el que no lo hace con ellas tiende a convertirse en un estorbo. Depende la posición que tenga tardará más o quizá menos en pasar el calvario. Podrá luego decir que cambió, pero la realidad es que lo cambiaron.

El que está alto en la jerarquía y no cambia tiende a desmotivar a los que debajo se han subido al tren, los que se encuentran en un dilema terrible. Un jefe que no subió y desde abajo los hala. Este tema lo trataré en otro escrito, seguiré con el caso de mi lector.

La zona de confort es preciosa, aunque si no la extendemos se convierte en nuestra propia cárcel. No pienso que siempre sea necesario salir de ella; no soy de la filosofía de cambiar solo por el hecho de que hay cambiar. Cuando estoy bien lo que trato es de agrandar mi territorio, sin arriesgar el terreno adquirido. Es como comprar el terreno junto a la casa. Aunque siempre intento prepararme para cambios que puedan venir, así puedo estar prevenido.

Si no cambio paulatinamente, o de ser necesario bruscamente, puedo estar seguro de que me cambiarán.

El caballero que me abordó en el café estaba peor de lo que él había notado. Su posición de dirección en la empresa lo había superado. Nuevos sistemas de liderazgo eran exigidos y él seguía en el método de jefatura. Sus compromisos financieros eran totalmente dependientes de su salario y no había pensado en una variación en su vida.

Salir de la zona de confort era obligatorio. Necesitaba un plan. En pocos minutos le hice entender que su mejor opción era adaptarse al sistema que la empresa le exigía. Si quería después probar suerte fuera ya tendría tiempo para accionar en ese sentido. ¿Se atreve a revisar en qué puede cambiar para mejorar su calidad de vida, y en qué debe cambiar para que no lo cambien?

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Conferencista, consultor, coach y escritor con 20 libros publicados. Dirigió por 10 años una de las empresas del Grupo Siemens en Argentina, Brasil y Alemania.