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Me pasé en el Black Friday: ¿ahora qué hago?

“Duele menos un pequeño dolor por ser precavido que uno grande por no hacernos cargo de lo que evidentemente llegará”

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Me pasé en el Black Friday: ¿ahora qué hago?

No solo en este día uno se pasa, también puede haberle ocurrido en otras situaciones. Lo importante ahora es hacer un plan para tomar las precauciones necesarias antes de comenzar a pagar intereses.

Más de un mes de pre Black Friday, una semana con el nombre famoso (que debería ser solo un viernes), seguido todo esto de muchos días de Cyber Monday y culminado por ofertas de post Black Friday pueden haber llevado a algunas personas a gastar más de lo que tenían planificado o disponible.

Aprovechamos para adquirir bienes y servicios que necesitábamos, ¡qué bueno! También vimos algunos productos que no estaban en nuestra lista de prioridades y no pudimos resistirnos a la ganga. Tantas ofertas y por un tiempo tan prolongado pueden habernos descuadrado el presupuesto. Ya todo pasó, tenemos lo que queremos y también lo que no debimos comprar en esta ocasión... o nunca, la pregunta ahora es ¿cómo me hago para no pagar intereses?, o el menor posible.

¿Podemos tener inconvenientes para pagar? En tiempos del dinero plástico es muy fácil salirse del control y adelantarnos dinero, el que de no pagar costará... y bastante. Recordemos que si financiamos parte del monto adelantado estaremos pagando intereses por todo el que usamos por adelantado de la institución financiera... no solo por lo que queda en el saldo: es que usamos por un tiempo todo ese dinero, es la justificación que nos dan. Esta información solo para que estemos conscientes de lo que estaríamos haciendo de financiar la tarjeta, aunque sea una pequeña porción. Vamos ahora al plan:

Calculemos el número. Son muchas las razones por las que no queremos sacar las cuentas; desde el golpe emocional, hasta el estrés que generará. No queremos cambiar el disfrute psicodélico del día sin color por el colorido abanico de posibles deudas. Revise sus tarjetas de crédito y sume todo lo que tendrá que pagar. Saque sus comprobantes, muchas veces no están aún en el sistema, pero entrarán. Vea el balance de su cuenta y analice si tendrá suficiente dinero para llegar al próximo día de cobro. Reste todos los compromisos fijos que tiene antes del siguiente ingreso (como pago de la energía, préstamos, etc.). Si hay algún otro consumidor en su sistema atmosférico (como la pareja o hijos que puedan haber hecho gastos que dependen de usted) solicítele que también transparente sus gastos. Ahora tendrá el número final.

Si el número está por encima de lo que puede pagar tiene dos principales opciones:

1. Si no es tan grande: reducir gastos al máximo. Nada de comer fuera, de gustos pequeños, salidas al cine... nada. Lo mejor es esconder las tarjetas y no andar con dinero más allá del que necesitará para lo básico.

2. Si no podrá pagar la tarjeta completa: haga lo anterior y busque un crédito más barato. Las mismas tarjetas de crédito tienen planes menos costosos. Quizá un préstamo de consumo será la solución. No podemos dejar que la tarjeta comience a cobrar intereses.

Los especiales no deben convertirse en costos extra. Pagar intereses es desperdiciar dinero porque no adquirimos nada con él. Como siempre digo, y explico por extenso en mi libro “Arco Iris Financiero”, los dogmas asertivos de vida y la precaución es lo que nos lleva a hacer más adquisiciones y tener menos estrés con el mismo dinero que ingresamos.