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No te pongas una meta si quieres llegar al máximo

La realidad es que dar el máximo cada día, con disciplina (que no es obediencia) y persistencia nos lleva al máximo que podemos lograr... tengamos una meta o no

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No te pongas una meta si quieres llegar al máximo
¿Te da felicidad perseguir la meta o solo alcanzarla? (ILUSTRACIÓN: LUIGGY MORALES)

Muchos se desaniman en el camino por no alcanzar las altas metas que se, o le, ponen. Otros se sientan si llegan a ellas. ¿Eres de este tipo de personas? Entonces no deberías ponerte metas, sino dar el máximo cada día. Ya sé, una meta me ayuda a tener un norte y a esforzarme. Pero ella pasa más tiempo estresándome que el que me deja disfrutar lo alcanzado. Algunos hasta utilizan un tiempo precioso en medirlas constantemente. Tiempo, esfuerzo y energía que podrían utilizar para algo más útil, como progresar en el camino.

No quiero que confundamos objetivos con metas. Ni a las personas que sí se motivan por tenerlas con las que viven estresadas para llegar a ellas. O desilusionadas por no alcanzarlas. Si eres de las que se sienten felices persiguiéndolas y no desperdicias tiempo midiéndolas; no es a ti que me refiero.

Ya sé, “medirla me sirve para motivarme, etc”: mira, las estadísticas productivas no son las que se usan para medir el resultado, sino para crearlo. Los que solo ven para estar contentos por dónde van no le sacan provecho. Sí los que las usan para cambiar algo que los haga modificar lo que crearán. Insisto, el tiempo viendo lo que pasó no es tan productivo como utilizarlo haciendo.

Yo me pongo objetivos y les pongo fecha. Pero solo para tener una disciplina y calcular lo que debo hacer cada día para alcanzar eso que planifiqué. Y ni no lo alcanzo no tengo desmotivación, sé que cada día hago lo que decido y si no se pudo, no se pudo.

“Conformista” me habrán gritado algunos. Pues te cuento que casi siempre entrego antes de lo que me propongo. Si quieres mi sistema puedes encontrarlo en mi libro: ¿No tienes tiempo? Y en mi curso virtual de Productividad.

Veo como muchos viven llenos de cortisol, la hormona del estrés, y no logran soltar adrenalina, la hormona que nos prepara para la pelea o la huida. Cuando ambas se activan puede ser que logremos también mover las endorfinas, llamadas hormonas de la felicidad.

¿Te da felicidad perseguir la meta o solo alcanzarla?

A los que solo llegar a la meta los pone felices, ¿deberían poner una meta fácil de alcanzar? Entramos en una paradoja, porque poner una meta fácilmente alcanzable no nos hace llegar al máximo.

Mientras que ser feliz persiguiendo una meta demasiado alta nos puede llevar a vivir con alegría, pero sin la felicidad final.

¿Dónde está el equilibrio? Quizá debemos acostumbrarnos a dar el máximo cada día. Pero esto no es tan fácil como decirlo.

Hemos sido criados de manera diferente, nos han programado para lo uno o lo otro. O nos motivamos por recompensas, o por el placer. Sin dejar de lado los que hacen las cosas, o no las hacen, por miedos o por el castigo.

La realidad es que dar el máximo cada día, con disciplina (que no es obediencia) y persistencia nos lleva al máximo que podemos lograr... tengamos una meta o no.

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Conferencista, consultor, coach y escritor con 20 libros publicados. Dirigió por 10 años una de las empresas del Grupo Siemens en Argentina, Brasil y Alemania.