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Pertenecer a la manada

“Hacer lo que hacen los otros por no ir en contra no es elegir, es seguir”

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Pertenecer a la manada

Para muchos es tan importante ser aceptados en un grupo que terminan quitándole prioridad a muchas cosas de su vida.

El humano siempre ha vivido en manadas. Pertenecer a una era prioritario en la vida, de lo contrario no hubiéramos vivido por mucho tiempo. Hoy son muchas las manadas a las que podemos (y debemos) pertenecer, lo que hace muy complejo manejarnos. Familia, amigos, compañeros del colegio, los del trabajo, los vecinos, el deporte, el club social, etc.

Bailar en diferentes bailes es casi prioridad. Ahora también en lo digital, ya sea en grupos de salas de conversación a través del teléfono, o en varias redes sociales, siempre debemos estar a la vanguardia.

El experimento hecho por el psicólogo social Salomon Asch en 1951 nos da una orientación de cómo muchas personas actúan.

Mezclaban a un voluntario con siete asistentes de Asch (sin que el voluntario supiera que eran del equipo del psicólogo) y les preguntaban cuál de las líneas de la derecha era igual a las de la izquierda. El 1% de los voluntarios se equivocaron.

Luego eligieron otro grupo de voluntarios y les hicieron la misma pregunta, pero antes los siete asistentes eligieron una línea errónea antes de que el voluntario respondiera. Los resultados fueron interesantes. En las diferentes ocasiones que realizaron el experimento, entre el 30 y el 75% eligieron la línea que el grupo eligió.

De los que escogieron la línea falsa: un pequeño grupo dijo que estaba convencido de que era la respuesta correcta. Otro pequeño grupo expresó que se dejó convencer por la seguridad de los demás. Y la gran mayoría dijo que no quería dar la nota discordante.

Parecería una tontería elegir una línea u otra, lo malo es que no es solo en la elección de la línea que lo vemos. Estamos viviendo en una sociedad que siempre me expresa que la sociedad nos lleva a una cosa u otra. O sea, hacemos muchas cosas solo por no separarnos de la manada.

La pregunta que le hago, ¿quién dirige la manada?, es muy importante para mí que se la haga para que pueda decidir.

Cuando recibí mi primer reloj pregunté la razón por la que se usaba en la mano izquierda y no me convencieron ninguna de las respuestas. La más común era porque se usa más la mano derecha y así se protege. Al preguntar en cuál mano lo usan los zurdos los adultos buscaban teorías... no me podían convencer. ¿Qué hizo este rebelde sin causa? Así mismo, usé por muchos años el reloj en la mano derecha, hasta que la corona (ruedita de cambiar la hora) comenzó a dañarme las mangas de las camisas de manga larga.

Hoy la sociedad no está comandada por un macho alfa, ni siquiera las pequeñas manadas lo están. Los intereses comerciales nos comandan. El que tenga mucho dinero para influenciar hace anuncios y paga a personas que tienen cierta influencia y terminamos creyendo que la línea que es igual no lo es. O peor, elegimos la línea errada solo por no estar fuera de lo que la mayoría opina.

Ser rebelde trae dificultades, pertenecer a la manada puede costar libertades. Decida en cada caso lo que prefiere y críe para que cada cual pueda decidir solo y no por influencia externa como enseño en mi libro “Migomismo II”.