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Reciprocidad o recompensa

Enseñar a los jóvenes a hacer cosas esperando algo a cambio los convierte en egoístas, luego no harán nada si no esperan recibir algo a cambio

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Reciprocidad o recompensa (SHUTTERSTOCK)

Una amiga me contó hace unos días que su hijo la acompañó con mucho placer a hacer diligencias. Al principio estaba muy feliz, luego comenzó a sospechar de tanta amabilidad. “Ese huevo quiere sal”, dice el adagio.

Al terminar la jornada llegó la solicitud de permiso para una salida al cumpleaños de un amiguito. Mi pregunta es si su accionar fue con la intención de conseguir el permiso a cambio o en cambio de.

Buscar una recompensa es algo muy típico. Una de las tendencias de la crianza está basada en la opción del “gánatelo”. Si quieres algo, haz algo. En ese sentido, el joven a quien me refiero no estaba haciendo nada que la sociedad no le haya enseñado; aprendió un método y lo puso en práctica. Quieres dinero, trabaja; quieres buenas notas, estudia; quieres un permiso...

La segunda opción es también interesante, utilizada más por los mayores para conseguir algo de sus semejantes. “Si te doy algo, recibo algo en cambio”. Para mí no pasa de ser un sistema manipulativo. Algunos lo llaman: “Tengo una a mi favor”. Lo peor es que elegimos a nuestro favor: si me conviene hacerlo, voy ganando, porque luego me dan algo que quizá ni merezco o la otra persona no quiere hacer. Es un sistema también muy establecido en la sociedad.

Si sigue mis escritos, o ha leído mis libros, en especial en el que trato por extenso el tema, “Migomismo II – Su Inteligencia Interpersonal”, sabrá que no soy defensor de ninguno de estos sistemas. Prefiero tomar decisiones racionales y hacer por los demás por gusto propio y no por esperar algo a cambio.

A mis hijos siempre les otorgué permisos porque la situación lo ameritaba y no por un buen comportamiento anterior. Y ellos casi siempre han ayudado por razones internas y no por obligación o por buscar algo a cambio. Por ejemplo, por motu proprio no aceptan dinero de los abuelos por cortarles la grama y arreglarles el jardín. Aunque se lo reciban cuando ellos se lo dan sin motivo ni razón.

Enseñar a los jóvenes a hacer cosas esperando algo a cambio los convierte en egoístas, luego no harán nada si no esperan recibir algo a cambio. De la misma forma, perpetran acciones solo por interés. ¿Se atreve a ayudar a alguien sin esperar que algo le llegue a o en cambio?

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Conferencista, consultor, coach y escritor con 20 libros publicados. Dirigió por 10 años una de las empresas del Grupo Siemens en Argentina, Brasil y Alemania.