Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Herramientas
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Economía Personal
Economía Personal

Usemos la apariencia adecuada a lo que hacemos

La voz se adecua a la vestimenta. Tenemos que entender que es una consecuencia; lo que se relaja es el pensamiento

Expandir imagen
Usemos la apariencia adecuada a lo que hacemos
Cada situación lleva su formalidad. (ILUSTRACIÓN: LUIGGY MORALES)

Ver un programa de radio por televisión puede ser interesante, aunque la moda me lleva a entender muchas actuaciones que antes solo escuchaba. El Dr. Aaron Kay les pidió a voluntarios jugar un juego de mesa financiero. Colocó sobre cada mesa un objeto, en algunas una mochila, en otras un maletín. Entre los resultados pudieron observar que los que les tocó el maletín jugaron más centrados en conseguir objetivos y de forma más agresiva. Al preguntarles por el maletín o la mochila, los voluntarios no sintieron que le dieron alguna importancia.

Los locutores de radio de la BBC han tenido como norma ir en ropa formal a trabajar. En muchas pruebas quedó demostrado que la voz se adecua a la vestimenta. Tenemos que entender que es una consecuencia, lo que se relaja es el pensamiento.

Con pavor veo cómo personas hacen programas formales de radio en la mayor informalidad y hasta los transmiten por televisión. Sus poses y vestimenta se pueden notar en sus voces. Ningún tipo de cuidado al pronunciar, ni qué decir de la estructuración de frases ni de la elección del contenido.

Lo mismo nos puede pasar con algún cliente; hoy andamos con la oficina en el bolsillo. Estar en pijamas y recibir una llamada nos puede jugar una mala pasada si no adecuamos nuestra mente a lo que realmente está sucediendo: estamos hablando con un cliente, con la razón de nuestra existencia mercantil.

No soy partícipe de los viernes casuales si se atienden clientes externos; sea presencial o al teléfono. Aunque relaja el ambiente laboral, dando vida a algunos robots, también le quitan la formalidad que merece el negocio que tratamos.

Algunos se sientan en una oficina muy informal y redactan un correo de la misma forma. Es más, mientras el gerente del banco me trata de usted, quien me envía una comunicación sin conocerme me tutea.

Cada situación lleva su formalidad. No me gusta el usted, o mejor dicho, prefiero el tú. Pero debe llegar el momento, no debe ser la regla. Y no es cuestión de respeto ni superioridad, sino de formalidad.

Vestir y hablar adecuadamente para lo que uno hace es lo que considero correcto. No puedo presentarme en pantalones cortos y sandalias a dictar una conferencia de inversiones en bolsa de valores o de motivación laboral. Mi voz no resultaría convincente, aunque quiera demostrar que vivo feliz como cualquier lombriz.

TEMAS -

Conferencista, consultor, coach y escritor con 20 libros publicados. Dirigió por 10 años una de las empresas del Grupo Siemens en Argentina, Brasil y Alemania.