SARS-Cov-2 es un virus endémico

“Este virus puede convertirse en otro virus endémico en nuestras comunidades y puede ser que nunca se vaya. El VIH por ejemplo no ha desaparecido, pero hemos llegado a un acuerdo con este virus, hemos encontrado las terapias y los métodos de prevención, y la gente no se siente tan asustada como antes y estamos ofreciendo vidas saludables a las personas con VIH” (Michael Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, mayo, 2020).
Un virus se hace endémico, cuando no desaparece y convive con los humanos como ha sucedido con el VIH y la influenza, y como parece estar sucediendo con el SARS-Cov-2 responsable de la enfermedad denominada COVID-19 por la OMS en el año 2020.
Cuando eso sucede, el deber de la comunidad científica mundial es buscar la manera de prevenirlo como se está haciendo con la creación de las vacunas, y aportar la información necesaria para que los profesionales de la salud y la población en general sepan qué hacer.
“Cada día avanzamos al fin de la pandemia COVID-19, pero ese final no significa hacer desaparecer los contagios. Porque existen muchos animales que son reservorios del virus, porque personas vacunadas siguen siendo susceptibles de infectarse y, aunque existen millones de personas en el mundo que ya están vacunadas, el SARS-C0v-2 tiene un comportamiento de virus endémico con el que debemos aprender a convivir”.
En el futuro todo individuo, independientemente de haberse cuidado y vacunado, tendrá una cita personal con este virus. Todos habremos estado expuestos, y en algún momento el virus se habrá alojado en alguna de nuestras mucosas para enfermarnos leve, moderada o severamente. Y lo correcto es, que en esa cita con este nuevo coronavirus nos encuentre vacunados.
¿Debemos encerrarnos? ¿No enviar nuestros hijos a la escuela? ¿Dejar de producir? ¿Dejarnos dominar por la enfermedad y sus secuelas? Definitivamente no.
La actitud más sensata es, mantener todas las medidas de protección para evitar enfermarnos y seguir las instrucciones de la ciencia. Porque el SARS-Cov-2 seguirá entre nosotros, como lo ha hecho el virus de la influenza del año 1918 que provocó una pandemia en la que murieron más de 50 millones de personas, y que más de cien años después hemos aprendido a convivir con él.