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Tecnología, políticas públicas y voluntad universal para salvar el planeta

Datos demuestran lentitud en adopción de nuevas fuentes de energía

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Tecnología, políticas públicas y voluntad universal para salvar el planeta

A lo largo del tiempo escribiendo esta columna he puesto en perspectiva el poder y los beneficios que ofrecen los avances tecnológicos en la solución de problemas relacionados al cambio climático; pero para lograr hacer los ajustes y evitar la peor crisis de la humanidad, la ciencia y tecnología, la política y la voluntad de todos será necesaria para salvar el planeta.

Bill Gates en su libro “Cómo evitar un desastre climático” pone en perspectiva la relación de trabajo en conjunto que debe existir entre los diferentes sectores de las sociedades que incluye a la comunidad científica, tecnológica, política y los ciudadanos mismos.

El estimado anual de gases de efecto invernadero que se produce en el planeta es de unos 51 mil millones de toneladas, un número que se ha alcanzado debido al desarrollo de múltiples sectores; y para enfrentar dicha situación se tiene que lograr una meta y es la de “emisión cero”. Sin embargo, este nombre no los debe confundir, pues no se refiere a no emitir ningún tipo de gas, pues esto es prácticamente imposible, sino a la disminución de producción de gases hasta el punto de que el mismo planeta sea lo suficientemente capaz de filtrar los gases que produce.

Para lograr dicha disminución la utilización de tecnologías existentes y el desarrollo continuo de estas e innovación en los principales sectores de contaminación, serán vitales para lograr la emisión cero.

Los combustibles fósiles han sido, en gran medida, responsables del vertiginoso desarrollo que ha logrado la humanidad en los últimos cien años. Sin embargo, el uso continuo y dependiente de los derivados del petróleo ha llevado a que estos sean de los mayores contribuyentes en la emisión de gases de efecto invernadero.

Ante esta situación el uso de energías renovables y limpias es la respuesta para minimizar la emisión en dicho sector. Actualmente existen diversas fuentes de energía, pero datos históricos han demostrado que la adopción de fuentes energéticas toma mucho tiempo. Por ejemplo, en un periodo de 60 años (1840-1900) la energía producida a carbón logró una adopción de cerca de un 50 por ciento; en el mismo rango de tiempo (1910-1970) los combustibles fósiles solo lograron una adopción de cerca del 40 por ciento; y el gas natural (1930-1990) solo logró un 20 por ciento, de acuerdo con datos de Vaclav Smil en Energy Transitions.

Ante esta realidad, la adopción de energía renovable debe de ser rápida y a gran escala; la innovación en eficiencia y el desarrollo de políticas públicas que impulsen la implementación de dichas fuentes, será importante para lograr la meta de emisión cero.

Aunque mucho creemos conocer las fuentes de producción de gases invernadero, Gates en su libro pone en perspectiva el porcentaje de producción por las actividades humanas que se realizan cada día. La construcción de cosas en base a cemento, acero y plástico representa el 31 por ciento del total de gases producidos; a esto le sigue la producción y uso de electricidad con un 27 por ciento. El crecimiento de las cosas como plantas que utilizan fertilizantes y de animales que producen gases como el metano, que calienta el planeta. Por su parte la movilidad de autos, camiones, barcos y aviones genera el 16 por ciento; y los sistemas para cambiar el clima de frio a caliente y viceversa como aires acondicionados, calefacción y refrigeradores generan un 7 por ciento.

Para lograr la disminución en la producción de gases en varias de dichas aristas existen soluciones actuales que se pueden aplicar. Mientras que para otras se necesitará de innovación y ayuda de diversos sectores.

Los datos expuestos anteriormente demuestran como la construcción es uno de los mayores productores de gases. De acuerdo con Gates, la utilización de cemento es uno de los grandes problemas. Países como China, en el período de 2001 hasta el 2016 utilizó unos 25.8 mil millones de toneladas de cemento y concreto; esto representa más de lo que utilizó los Estados Unidos en todo el siglo 20 (4.3 mil millones de toneladas), según datos de la investigación geológica de los Estados Unidos.

En términos de producción de energía se han desarrollado múltiples tecnologías, siendo la solar y de viento las más utilizadas, aunque la energía hidroeléctrica y nuclear son las que generan más watts por metros cuadrados, según datos expuestos por el cofundador de la fundación Bill y Melinda Gates.

Gates destaca que la producción de energía nuclear es la más eficiente en cuanto a la producción de la infraestructura como tal. Sin embargo, el temor por los desastres nucleares ocurridos disminuyó la inversión en investigación y desarrollo en el área, lo que a su vez mermó la mejora en producción energética y la disminución de los costos de producción.

En el caso de la producción de energía, la inversión en investigación y desarrollo en el área de almacenamiento será vital para lograr la eficiencia y asegurar que usuarios se mantengan recibiendo energía de forma continua, incluso en momentos en los que sistemas solares y de vientos no generen a toda capacidad.

Al referirnos al tema de producción de manufactura, Gates propone la electrificación de todos los procesos posibles y que la energía utilizada sea de fuentes no productoras de dióxido de carbón; además, que las empresas inicien la implementación de sistemas de captura de carbono en los escapes, y la utilización eficiente de materiales.

Por otro lado, la utilización de vehículos eléctricos sigue siendo una de las soluciones para disminuir la producción de gases de los vehículos de combustión. Pero como ya he explicado en entregas anteriores, ciertos avances y el desarrollo de políticas públicas son necesarias para lograr una mayor adopción de estos y convertir a la movilidad eléctrica en el estándar de las ciudades.

En la siguiente entrega abordaré el tema de la participación de los gobiernos, el desarrollo de las políticas públicas, la inversión en investigación y desarrollo, la sinergia entre sector público y privado, y el aporte de cada uno para lograr evitar una crisis ambiental.

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Comunicador y mercadólogo, especialista en desarrollo de proyectos y marcas, manejo de nuevas tecnologías y analista de deportes y tecnología de consumo.