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Aprende a callar para desconectar

Adoptar una rutina de meditación y momentos de silencio puede resultar un remedio efectivo para lidiar con el estrés

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Aprende a callar para desconectar

Adoptar una rutina de meditación y momentos de silencio puede resultar un remedio efectivo para lidiar con el estrés y la ansiedad que surgen del constante flujo de información al que estamos expuestos a diario en nuestras vidas.

Asimismo, la constante conectividad del mundo moderno puede ser el punto de partida de miles de pequeñas fuentes de estrés que causan numerosos trastornos en la rutina diaria de una persona común que no está al tanto de las formas para manejar y calmar estos males. Al conversar con Phillip Fraser, instructor senior de la Fundación El Arte De Vivir, que recientemente impartió el curso residencial “El arte del silencio”, vemos algunos ejemplos de cómo el estilo de vida de todos ha cambiado y las ventajas de desconectarse, meditar y guardar silencio.

El peso de las cosas pequeñas

La realidad es que actualmente vivimos un momento único en la historia de la Humanidad, en el que se tiene acceso inmediato a todo tipo de información. Por ejemplo, antes cuando una persona subía en un carro, solo tenía que manejar y quizás prender la radio, pero ahora puede hablar por teléfono, acceder a internet y las redes sociales, hacer una llamada de conferencia y estar –literalmente– en el trabajo mientras conduce. En otras palabras, aun manejando, las personas nunca dejan sus teléfonos a un lado y la conectividad tiene una presencia constante en sus vidas.

“Esto es algo muy interesante”, comenta Fraser, “porque toda la naturaleza funciona en base a ciclos de actividad y descanso, día y noche y estaciones, es algo muy natural para nosotros”. Los problemas surgen gracias a que, debido al estilo de vida moderno, aunque una persona duerma su mente no llega a un estado en el que puede tranquilizarse y luego se ven las repercusiones cuando aumentan los niveles de depresión, ansiedad o los trastornos del sueño, entre otros males, porque no tienen una manera de calmarse y relajar la mente”, agrega Fraser. “Realmente la mente es el tema y esto se traduce también en el cuerpo físico en algún momento”.

La fuerza de la meditación

La forma en la que usualmente muchas personas se enfrentan al estrés y otros problemas es buscando distracciones y esto es un error. Una forma ideal para lidiar con los detonantes del estrés es la meditación diaria, es decir, tomar 20 minutos cada día para meditar y en ese estado de silencio se reducen todas esas distracciones, la mente se calma y la persona tiene una idea más clara de lo que siente y de la situación por la que está pasando. Esto es importante porque ignorar un problema es una receta para empeorar.

El momento tradicional o ideal para meditar sería al amanecer o al atardecer. Lo que sucede es que, al ser momentos entre el día y la noche, son una especie de tiempo de transición. Cuando la persona está meditando se encuentra en un estado entre la meditación y el sueño, su cuerpo está en reposo, pero aún consciente. Así está imitando lo que está en el medioambiente. Dicho esto, se puede meditar en cualquier momento que se pueda, una vez que la persona sepa cómo hacerlo.

Por otro lado, la forma común de tratar de lidiar con la vida es estando en control y, cuando se trata de la mente, las personas tratan de crear un estado de ánimo perfecto. En opinión de Fraser, ese es el enfoque equivocado. Él aconseja que lo que se debe hacer es ser más como los niños porque ellos están dispuestos a pasar por todos los estados de ánimo y esto no los molesta.

“Todos llevamos esa habilidad, pero luego la perdemos porque nuestro nivel de estrés aumenta, luego intentamos perfeccionar nuestro estado de ánimo y tratamos de crear un mundo cada vez más pequeño y una vida entera sin diversidad. Si dejamos que todos los estados de ánimo continúen nos daremos cuenta de que hay otra dimensión en nuestra mente y conciencia más allá de nuestros pensamientos”.

Uno de los beneficios de meditar es que la persona obtiene una autoreferencia y puede estar consciente de la exploración interna. En otras palabras, si la persona está quieta notará lo que está pasando en su interior. Por ejemplo, si alguien tiene el hábito de correr todos los días y se rompe una pierna o se tuerce un tobillo de repente, no podrá seguir haciéndolo porque tiene que esperar a que su herida se cure. Las emociones también son así y, de hecho, tardan más en curarse que las lesiones físicas.

“Esta falta de comprensión de lo que está pasando nos hace muy impacientes”, expresa Fraser. “Es como un período de luto. Cualquier meditación, cualquier práctica que te haga salir de los patrones de tu mente te ayudará. Lo que la meditación hace es ayudar de una manera muy eficiente porque estás ganando energía sin consumir energía. Si vas al gimnasio, tu mente se calma, pero también estás gastando energía y es bueno, es necesario, pero cuando meditas respiras sin gastar nada de tu energía y estás calmando la mente. Es un formato único”.

5 posiciones para lidiar con el estrés

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Fotos: Shutterstock y Danelis Sena

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