Así es la mansión “minimalista” de Kim Kardashian West y Kanye West
La pareja transformó la propiedad californiana (de USD$20 millones) de la mano del diseñador Axel Vervoordt en un oasis prístino y muy, muy neutral
Laura Yépez
En el verano de 2013, Kim Kardashian West y Kanye West descubrieron una propiedad que acabaría convirtiéndose en su hogar y el de sus cuatro hijos (en aquel tiempo solo tenían a su primogénita, North). Adquirieron la casa en 2014 por USD$20 millones, pero su valor ha incrementado con la remodelación intensiva que han llevado a cabo.
Según la revista Architectural Digest, que tiene en portada el “monasterio minimalista” (como la define Kim) de la familia West, “la metamorfosis de la casa desde los suburbios de McMansion hasta el futurista monasterio belga, como Kanye mismo la describe alegremente, es una historia de sondeo y pasión, un testimonio de la mente iconoclasta del músico que desafía los límites y la intrepidez de la reality star y emprendedora”.
La pasión de West por el diseño internacional lo llevó a encontrarse con el trabajo del diseñador y creador belga, Axel Vervoordt, a quien inmediatamente fichó como la persona correcta para diseñar “la casa de Batman” y, por ende, su “McMansion”.
La reacción inicial de Vervoordt fue distinta: “No soy del mundo del pop, del mundo del rapero. Pero descubrí a Kim y Kanye como seres humanos maravillosos. Tenemos valores comunes en la vida, valores humanos importantes, como el respeto por la belleza y la espiritualidad del arte. Puedes llamarlo religión, pero esto quizás esté más allá de la religión, una búsqueda de valores cósmicos de paz y energía positiva. Tuvimos conversaciones muy profundas sobre el espacio de la mente y la importancia del silencio”.
“Kanye y Kim querían algo totalmente nuevo. No hablamos de decoración, sino de un tipo de filosofía sobre cómo vivimos ahora y cómo viviremos en el futuro. Cambiamos la casa purificándola, y seguimos presionando para hacerla cada vez más pura”, explicó el diseñador en una entrevista para AD.
Esa búsqueda de valores trascendentales se tradujo a espacios limpios, con pocos statement pieces y una paleta de colores muy neutral (tan blanca, que causa preocupación con cuatro niños pequeños corriendo por la casa). En un diseño centrado en el minimalismo, West asegura que “las proporciones son la decoración”. Los muebles consisten principalmente en los diseños sutiles de Vervoordt, acompañados de piezas de artistas como Royère y Pierre Jeanneret.
En ese sentido, Kardashian comentó: “Lo único que Kanye y yo teníamos en común era nuestra preferencia por una paleta neutral. Amo la simplicidad del diseño. Todo en el mundo exterior es tan caótico. Me gusta venir a un lugar e inmediatamente sentir la calma”. En cuanto al minimalismo del diseño, se denomina “la voz de la funcionalidad” en contraste con “las ideas más lejanas” de West.
A pesar de que la mayor parte del diseño pertenece a Vervoordt (Kanye diría que el 90%), otros diseñadores se unieron al proyecto. El arquitecto minimalista Claudio Silvestrin, quien trabajó en el loft de Manhattan de Kanye y continúa colaborando con él en distintos proyectos, diseñó el voluminoso baño principal; Vincent Van Duysen ayudó a amueblar la sala de estar y las habitaciones de los niños; y Peter Wirtz, de Wirtz International Landscape Architects, supervisó el diseño de los florecientes jardines muy, muy verdes.
En cuanto a los niños pequeños en una casa prístina de paredes blancas, muebles que en realidad son piezas de arte, y minimalismo por todas partes, Kim y Kanye aseguran que la casa es amigable para los niños, y no solo en los espacios de juego más tradicionalmente desordenados y en las habitaciones de los niños escondidas más allá de las principales zonas sociales.
“Los niños andan en sus scooters por los pasillos y saltan sobre las mesas bajas de Axel, que usan como una especie de escenario. Esta casa puede ser un caso de estudio, pero nuestra visión se construyó alrededor de nuestra familia”, insistió Kanye, mientras que Kim indicó: “Al final, no nos lo tomamos demasiado en serio. No vamos a ser fanáticos”.
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Fotos: Jackie Nickerson
Laura Yépez
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