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Body Neutrality: aprende a aceptar tu cuerpo sin obligarte a amarlo

Ya no se trata de hacer juicios, ni buenos ni malos, sobre nuestro físico, sino de verlo como algo neutral; aceptar lo que nos confirió la naturaleza sin obligarnos a amarlo

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Body Neutrality: aprende a aceptar tu cuerpo sin obligarte a amarlo
Esta tendencia nos dice que es normal no siempre sentirnos a gusto con lo que vemos en el espejo. (Shutterstock)

Amar y celebrar tu cuerpo tal cual es ha sido el lema principal del movimiento ‘body positive’ durante los últimos años. A él se han sumado importantes firmas como Victoria's Secret y Calvin Klein con propuestas en las que reina la diversidad, a modo de mostrar que sin importar tu talla debes sentirte segura en tu propia piel.

Sin embargo, ahora el discurso ha cambiado: ya no se trata de hacer juicios, ni buenos ni malos, sobre nuestro físico, sino de verlo como algo neutral; conformarnos lo que nos confirió la naturaleza sin obligarnos a amarlo. Es ahí donde surge el ‘body neutrality’, una corriente que viene cobrando fuerza desde el 2017, cuando la entrenadora personal Anne Poirier empezó a integrarlo en sus programas.

Lo que sucede con el positivismo corporal es que, muchas veces, en lugar de tener un efecto favorecedor, resulta ser todo lo contrario. “Está de moda el positivismo a toda costa, ver solo las ganancias y lo bonito, es una extensión del culto de estar felices todo el tiempo. Es simplemente más atractivo y comercial, aunque no sea real ni sostenible”, comenta la psicóloga Karem González, al tiempo que dice que el amor propio se ha convertido en una exigencia, lo que ha hecho que se pierda el verdadero sentido de aceptarnos y ser comprensivos con nuestra naturaleza humana, limitada e imperfecta.

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El body neutrality nos dice que es normal no siempre sentirnos a gusto con lo que vemos en el espejo y, hasta cierto punto, ser críticos con nuestra apariencia, un pensamiento que González aprueba desde su posición como experta en conducta humana. “La paradoja del cambio es que solo puedo cambiar lo que acepto; es decir, solo puedo transformar lo que existe. Para ser mejor persona debo reconocer mis faltas. Si soy perfecto, no tengo nada para qué trabajar, y esto incluye lo físico”, explica.

A eso agrega que la idea de la aprobación no significa estar a gusto, sino ver la realidad. Es totalmente válido que no te gusten ciertas partes de tu cuerpo o que las hayas asociado a un significado negativo, quizá producto de bullying o del rechazo, pero solo a través de la aceptación de esa parte de ti como algo tuyo, lo podrás cambiar.

El papel de la autoestima

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La autoestima, de acuerdo con González, se define como el grado de valoración personal. Esta puede ser positiva o negativa, en relación a lo que conoces de ti y lo que has vivido. Una autoestima saludable se basa en el autoconcepto y la autopercepción; en la medida que te ames, te cuidarás o te acusarás.

Quienes se identifican bajo la ideología del body positive, según comenta, por lo general, son personas con menor nivel de autoestima. Y es que, como tienen mayor ego, se relacionan fácilmente con temas más exigentes y perfeccionistas como esta corriente. “¿Te imaginas lo difícil que es convivir con una persona que no puede ver tus fallas, tu vulnerabilidad ni tu lado humano?, ¿que cansarse, estar aburrido, o perder el interés requiera un castigo? Pues así es tu relación con tu cuerpo cuando tus necesidades las ves como defectos”, asegura.

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Exigirnos ser perfectos para amarnos es una utopía, sobre todo en una sociedad en la que somos juzgados por no aceptarnos, pero también por hacerlo, más aún cuando se es mujer. “La sociedad le exige a la mujer ser perfecta en todas sus dimensiones, dándole mensajes contradictorios entre sí, que hacen muy difícil definir su rol. Escuchamos expresiones como ‘la mujer debe ser delicada’, pero también ‘la mujer debe ser fuerte y autoritaria’. Por otro lado, también nos dicen ‘no te puedes descuidar y siempre estar arreglada’, y ‘que plástica, debes ser más natural’”, explica González.

Si algo quiere resaltar esta corriente corporal es que no debemos enfocarnos en nuestras diferencias e imperfecciones para verlas como algo que debemos amar u odiar. “Es válido no sentirnos a gusto con nuestro cuerpo, pero el tema no es ese, sino qué hacemos con eso”, concluye la especialista.

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Periodista de Revista. Me apasiona escribir sobre salud mental y relaciones de pareja. De no ser periodista, sería psicóloga con un blog.