Comet: Un ensayo sobre la ansiedad y ver un filme varias veces

La ansiedad es ese constantemente sentimiento de no tener control de nada, de que algo terrible pasará, de no poder estar tranquilo, de sufrir. Esta no es una definición ni técnica, ni cientifica, ni médica; es lo más breve que puedo describir mi experiencia personal con ella sin revelar más de lo necesario para ustedes.
¿Porqué hablar de ansiedad en una reseña de “Comet”?, porque si dicha emoción es parte de tu vida, probablemente odiaste u odiarás el primer tercio de la opera prima del guionista/director Sam Esmail. En el filme de Esmail, Dell [el personaje interpretado de Justin Long] y su teoría de ser una persona que piensa “en los próximos 5 minutos” en vez de pensar en el ahora, y su pesimismo sobre la vida, son un reflejo de la ansiedad capaz de detonar una de las más incómoda crisis de la emoción, logrando así iniciar una de las peores experiencias cinematográficas para quiénes lidiar con la ansiedad es una situación cotidiana.
Mientras que existen otras películas que narran mejor que “Comet” lo que este filme quiere contar [“Eternal Sunshine of the Spotless Mind” y “500 days of summer” llegan a la mente] existe algo en el, un tanto esnob, guión de Esmail y las interpretaciones de Long y Kayla Servi que eventualmente hacen de este drama romántico una experiencia simpática y hasta catártica. Pero esto puede apreciarlo ya en un segundo vistazo de la película.
“Comet” va y viene durante 6 de años de una relación entre Dell [Long] y Stephanie [Servi]. Desde la inseguridad ansiosa que llevó a Dell atreverse a pedir el telefono de Stephanie en frente de quién era su cita en el momento, hasta los momentos más personales de la relación que retratan el miedo al “próximo paso” que se sufre cuando se conoce una persona o se tiene una relación de cierto tiempo. Esmail confía fielmente en la química de sus actores y la película funciona perfectamente cuando se trata sólo de ellos. Y realmente, el guión es lo interesante, la fotografía “instagramera” y el posicionamiento de la cámara distrae un poco de la historia que está sucediendo frente a nosotros. También cuando se quiere crear una empatía extra con la muerte de la madre de Dell que muy poco aporta a la historia.

¿Cómo cambia la interpretación de una película en tan poco tiempo?
Claramente la ansiedad ha sido mejor tratada en muchas otras, superiores películas. Filmes como “Punch Drunk Love” de Paul Thomas Anderson; “Adaptation” de Spike Jonze; “Napoleon Dynamite” de Jared Hess; “Anomalisa” de Charlie Kaufman y la ya mencionada “Eternal Sunshine of the Spotless Mind” de Michel Gondry [que al igual que “Adaptation” es un guión de Charlie Kaufman, el mismo que dirige “Anomalisa”]. Estas películas superan a “Comet” por la sutileza de la emoción y también por la más honesta y desgarradora narración de su historia e impecable desarrollo de sus personajes. Empero, hay algo con lo directo y casi estereotipado de la condición de Dell que te hace inmediatamente sentir rencor por la representación en pantalla y bueno, nubla cualquier capacidad de tener un juicio sensato sobre la historia. En una segunda oportunidad, la apreciación cambia.
La grandeza del cine recae ahí, sea mala o buena la película; si amerita conversación existe un valor que no se puede ignorar. “Comet” de Sam Esmail no es una gran película, pero es uno de esos simpáticos filmes independientes con los que uno se topa tiempo después de su estreno [el filme es de finales del 2014] y del cual hay bastantes cosas que debatir: desde la ansiedad, la química entre los personajes, hasta el retrato del amor que se hace. “Comet” es un perfecto ejemplo, desde el punto de vista de un ansioso, de que las películas merecen ser vista en más de una ocasión porque aunque ellas no cambian, uno si lo hace y así también sucede con la interpretación que uno tenga de ellas.

Orlando Santos
Orlando Santos