¿Cómo llevar estas fiestas extrañando a un ser querido?
Para Ana Simó es necesario que quien haya perdido a alguien viva su dolor con lo que su interior le indique
Cada fin de año la mayoría de las personas tiene a alguien a quien extrañar. Unos con más dolor e intensidad que otros. Éste tiene la particularidad de que atravesamos una pandemia que ha cobrado muchas vidas; padres que deben enfrentar la muerte de hijos; parejas que se quedan sin compañeros de vida, hermanos, abuelos, padres, amigos... y la vida continúa con el triste pesar de no tener a ese ser amado.
El cómo llevarlo, tiene muchas respuestas, ya que las cuestiones de duelo son muy particulares, por lo que cada quien debe llevar su proceso como le sea más conveniente. “El duelo es un dolor indescriptible, no es físico que se resuelva con un medicamento; el emocional quiebra el alma y el corazón, dice. Todo cuanto se haga debe nacer de la decisión particular del individuo, incluyendo la Navidad”, explica la sicóloga especializada en manejo de duelo, dependencia emocional y autoestima, Ana Simó.
Recomienda que aquel que esté superando una pérdida deberá ser paciente y nunca intentar siquiera presionar a los demás, enunciando frases como “tú tienes que poner de tu parte” o “ahora es un ángel que te cuida”... que solo empeorarán el estado emocional, mientras al que más le ha afectado, debe entender que el fallecido ya no va a volver; duele mucho aceptar la realidad de que ya no le podrás hablar, ni abrazar, ni en los momentos difíciles y tampoco en los de alegría. “Lo único que te queda es su legado, recuerdo y el amor, a veces con buen sabor, a veces no”.
Ella sugiere que busques la respuesta de lo que necesites en tu interior. Al afectado le corresponde autocuidarse y saber en qué espacio puede estar y con quién, porque en medio del festejo puede romper a llorar y desatarse malestares físicos como taquicardia, náuseas y dolor de cabeza.
¡Prudencia! Ana la exclama porque uno de los problemas que presentan los terapeutas es que la mayoría de la gente no es prudente, se convierten en “sicólogos”, compran libros sobre temas de duelo y lo regalan a las personas, si son creyentes citan versículos bíblicos y atosigan hasta la frustración a los que están pasando por la triste situación. Con buena intención y con imprudencia, tu ayuda lo hundirá. “Lo que menos se quiere en el dolor es una larga lista de consejos, porque no mejora el malestar.
La mejor forma de ser prudentes en situaciones como esta es quedar en silencio, dar un abrazo, un te quiero mucho, aunque hay que recordar que en tiempos de COVID-19, las visitas entran en la categoría de conductas insensatas, porque aumenta el riesgo de contagio.