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Construyendo relaciones saludables

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Construyendo relaciones saludables
(Fotos: Shutterstock)

Reconocer que tienes una adicción es el primer paso para superarla. De la misma forma, conocer los límites en una relación afectiva es la clave para no caer en vínculos tóxicos, incluso bajo la “justificación” del amor.

Si frases como “me moriría sin ti” o “me falta el aire si no estás” te suenan familiares, es porque lo son. Haz memoria y de seguro que llegará a tu mente más de una canción que lleva estampada una de estas consideradas expresiones vestidas de “declaración de amor”. Se han repetido constantemente durante tantos años que podría decirse que se han convertido en verdad. Pero lo cierto es que no lo son.

Aun cuando signifique sacrificios, renuncias (porque no es un cuento de hadas ni una novela de Televisa), no puede suceder bajo la premisa de la manipulación, la violación a la propia libertad ni la aniquilación de una sana valoración personal. Si sucede es porque, tal como lo explica la terapeuta y conferencista Claudia Simó, se ha construido una visión distorsionada del amor.

Simó explica que las relaciones con los demás se forman “desde la creencia de que no estamos completos hasta no tener o estar con esa persona que nos va a rescatar y complementar, siendo esta la única opción para ser realmente felices”, y cuando “se une esta creencia con una gran carencia emocional se busca un sujeto que pueda suplir de alguna manera esta necesidad, aunque implique que la persona tenga que someterse a maltratos”.

Primer paso: identifícala

La educación es la puerta hacia la libertad. No te sientas apenado/a si crees que te encuentras ante una situación de dependencia emocional o si sencillamente no sabes de qué se trata. Siempre hay tiempo para aprender y para volver a empezar. Reconócelo y empieza la aventura. Con estos fines, el psicólogo Walter Riso, en su libro “Guía práctica para vencer la dependencia emocional”, pone en perspectiva de qué se trata la dependencia emocional, como un principio para evitarla o superarla: “El apego afectivo es una vinculación mental y emocional (generalmente obsesiva) a ciertas personas, originada en la creencia irracional de que ese vínculo proveerá de manera única y permanente placer, seguridad o autorrealización. En consecuencia, la persona apegada estará convencida de que sin esa relación estrecha sentimental (adherente, dependiente) le será imposible ser feliz, alcanzar sus metas vitales o tener una vida normal y satisfactoria”.

Según Riso, el apego no se define por el deseo sino por la incapacidad de renunciar a ese deseo,“la incapacidad de renunciar a él cuando debe hacerse”, resultando dañino para la salud mental, el bienestar propio y de los demás que te rodean.

De su lado, Simó explica que la dependencia se origina en personas que tienen una baja autoestima y grandes carencias afectivas. Afirma que, de hecho, existen patrones “muy claros” que evidencian esas necesidades emocionales insatisfechas: la sumisión, el afán por agradar y ganarse el amor de la otra persona, la necesidad constante de contacto y niveles altos de ansiedad y miedo de perder a esa persona.

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Infografía

No te aferres

Los apegos o dependencias emocionales tienen cura. Reconocerlo, insistimos, es el punto de partida. Pero no es un camino que puedas recorrer solo. La ayuda de un especialista es clave y puede servirte de apoyo durante el proceso.

Aprende a establecer límites

Establecer límites en las relaciones es un eslabón en la cadena que une las relaciones sanas. Claudia Simó afirma que, gracias a los límites, se conserva la identidad propia, se vive de manera autónoma y se establecen acuerdos claros con quienes se establecen lazos afectivos.

Y, ¿qué significa? La especialista responde: “Es la capacidad de autoregularnos, decir y hacer lo que entendemos es lo mejor de acuerdo a nuestros valores y criterios siendo capaces de establecer claramente qué es negociable y qué no. Saber relacionarnos con la pareja disfrutando los espacios personales de la misma manera que los compartidos sin sentir culpa”.

¿Por qué se considera saludable establecer dichos límites en las relaciones?

Para conservar la propia identidad y evitar la fusión con la otra persona. Porque nos permite vivir de manera autónoma y establecer acuerdos claros con quienes nos relacionamos.

Afecta tanto a mujeres como a hombres

Por lo general se cree que las víctimas de apego son las mujeres, pero desde su experiencia cómo psicólogo, Walter Riso entiende que no hay distinción, ya que los hombres también pueden ser dependientes emocionales.

8 pasos para vencer la dependencia emocional

[Por Walter Riso]

1 Tener claro qué es apego y desapego afectivo.

2 Reconocer la dependencia en uno mismo.

3 Revisa tu historia.

4 Determina tu madurez emocional.

5 Identifica tu ilusión
de permanencia.

6 Separa enamoramiento de amor.

7 Identifica y ataca tus autoesquemas.

8 Identifica y ataca aquellas creencias irracionales que te mantienen anclado a la dependencia.

El “peso” de las emociones

Lo dicen las propias parejas: cuando se encuentran en una relación estable tienden a subir de peso, ambos, por eso de que “el amor entra por la boca”. Esto no significa que él único factor para ganar unas libras sea la felicidad. El libro “Fitness Emocional” asegura que las personas emocionalmente dependientes suelen subir de peso, siendo más propenso a suceder en el caso de las mujeres. “Un exceso de entrega, generado por ese inconsciente colectivo que nos lleva a ocuparnos de los demás, antes que a nosotros mismos, genera un vacío que tiende a llenarse con la comida”, señala el texto.

Algunos síntomas de las personas con dependencia emocional

[Por Claudia Simó]

1- Poco amor propio. Suelen criticarse, atacarse y menospreciarse.

2- Necesidad excesiva de afecto de manera consistente.

3- Se vuelven obsesivos con la otra persona sintiendo la necesidad urgente de estar en contacto todo el tiempo con ella. Ej: llamando por teléfono a la pareja de manera insistente.

4- No soporta la soledad y solo se imagina su vida al lado de esa persona que idealizan.

5- Dificultad para reconocer y satisfacer sus propias necesidades.

6- Tiende a elegir parejas con carácter fuerte, egoístas y dominantes.

7- Vive por y para esta persona, sometiéndose incluso a maltratos fungiendo un rol de sumisión.

8- Se somete a todo (humillaciones, infidelidades, críticas, menosprecio) con tal de permanecer en la relación.

9- Se regala a la otra persona, siendo incapaz de poner límites y llenándola de atenciones y detalles para mantener a esa persona contenta.

10- Cuando la relación se da por terminada siempre buscará la manera de volver y en caso de no lograr reanudar la relación tiende a caer en una profunda depresión llegando a fantasear con desaparecer, quitarse la vida e incluso intentarlo.

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