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Cuando toca esperar

En la misma medida que progresan los avances científicos, aumentan los casos de parejas que no pueden tener hijos de modo natural.

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Cuando toca esperar
(Foto: Shutterstock)

Lo intentaron muchas veces: tener relaciones en los días fértiles, tomar los medicamentos... Pasaron uno, dos años. Ambos se habían sometido a pruebas para tratar la infertilidad, pero nada funcionaba. Su doctor no encontraba las razones por las que no podían concebir. Aparentemente todo estaba bien así que les recomendó una última cosa: relajarse.

Con un poco de esfuerzo lograron olvidarse del mundo y disfrutar. Entonces, sucedió: la espera había terminado y Cynthia quedó embarazada de su primer bebé.

Como ellos, muchas parejas en su edad fértil libran la batalla por tener hijos. Según datos ofrecidos por la Sociedad Dominicana de Ginecología y Obstetricia, cerca de un 20% se somete a tratamientos para tratar la infertilidad.

Las causas son muy diversas y no puede considerarse como un caso individual. El doctor Alexis Martínez, especialista en infertilidad y reproducción asistida, aclara que por lo general se suele señalar únicamente a la mujer y no es lo correcto: “las causas que provocan infertilidad pueden ser tanto masculinas como femeninas. Por tanto, se trata de un problema de la pareja”.

Esta postura la confirma un estudio realizado por Luis María Llavona Uribelarrea, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid: “el ‘problema clínico’ resulta ser todavía más atípico si se tiene en cuenta que en la mayoría de los casos están implicadas dos personas y que, independientemente de en quién resida la disfuncionalidad orgánica (en uno de los dos o en ambos), la situación de infertilidad se extenderá a la pareja, dando lugar a ‘parejas infértiles’. Por tanto, el problema de la infertilidad pasa a sustanciarse como un problema de “parejas con incapacidad de procrear”, o como “parejas con frustración de un deseo importante o meta de la vida”.

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Infografía

Una enfermedad

A pesar de que los seguros no cubren los gastos de los procedimientos para tratarla, la infertilidad es considerada una enfermedad: “No poder tener hijos es algo que perturba la estabilidad social y emocional de la pareja, independientemente de que, muchas veces, junto a esta subyacen reales enfermedades orgánicas (síndrome de ovarios poliquísticos, endometriosis, obesidad, diabetes, etc.)”.

Esa parte emocional de la que pocas veces se hace eco y que agrava la condición del paciente ha comenzado a ser un punto de atención en los países desarrollados. Un estudio publicado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos de Madrid, hace referencia al tema de esa toma de conciencia social: “dado los rumbos que ha tomado nuestra civilización respecto a los patrones de vida, irá teniendo cada vez mayores repercusiones en la sociedad (la infertilidad), pudiendo llegar a convertirse en un problema social de primera magnitud”.

El documento escrito por Luis María Llavona Uribelarrea, Catedrático de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, hace una observación más profunda sobre por qué los casos de infertilidad son cada vez más progresivos: el retraso en la edad de procrear de la mujer y la disminución en la calidad del semen en los hombres (menor concentración de espermatozoides, menor porcentaje de movilidad y mayor porcentaje de morfología anómala). El doctor Martínez, de su lado, señala los trastornos ovulatorios en la mujer (anovulación y/o algún otro disturbio hormonal), los problemas anatómicos (en útero o trompas), y trastornos a nivel del esperma masculino. Por eso será cada vez menos extraño que: “se contemple un futuro en el que el proceso de reproducción humana pase cada vez más por la ayuda de procedimientos de reproducción asistida: Fertilización In Vitro (FIV), donación de esperma, óvulos o embriones, etcétera”, explica el estudio psicológico.

El autor también señala algo que no debe escapar a la vista y que es posiblemente el común de los casos en nuestro país, y es que muchas parejas no buscan ayuda: algunas no saben las razones de su infertilidad y sobre otras “se cubren con un velo de silencio”.

Un cambio de vida

Vives o te casas con tu pareja. La relación es estable y quieren llevarla a otro nivel. Toman la decisión de tener hijos. Al dejar a un lado todas las precauciones antes tomadas y notar que no hay ninguna respuesta que llamamos embarazo, empiezan las interrogantes. De pronto, algo que “se supone” es natural y debe funcionar correctamente, no da señales. Los planes se caen y ahí viene la frustración: “La sorpresa proviene de estar ante una situación inesperada, puesto que existe en los humanos la creencia arraigada de que la procreación es un proceso voluntario que cualquier persona puede alcanzar con la sola condición de realizar frecuentes interacciones coitales”, revela el estudio sobre “El impacto psicológico de la infertilidad”.

Que el plan de vida trazado, el deseo de tener un hijo y las expectativas de ser padres cambien, genera una sensación de fracaso, confusión y hasta desconcierto. Les toca ahora asimilar su problema, replantearse su proyecto de vida y buscar otras alternativas que solucionen la situación: “seguir intentándolo por sus propios medios, renunciar a tener hijos, intentar la ayuda de la reproducción asistida, adoptar, acoger...”, concluye el especialista.

Nada es imposible

Existen realmente en la actualidad pocas causas que se puedan llamar imposibles de tratar. Hoy día, para cada problema, si no existe una solución específica, por lo menos existe alguna alternativa de tratamiento. Casos como ausencia o no funcionalidad de ovarios o testículos, esterilización quirúrgica, ausencia de útero, trastornos genéticos y la menopausia, entre otras causas, podrían ser manejadas con diferentes alternativas de tratamiento.

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Infografía

Mitos en torno a la infertilidad

El doctor Alexis Martínez advierte sobre cuáles son los principales:

A. Es un problema solo de la mujer. Nada más lejos de la realidad: el hombre es responsable del 50% del problema.

B. La posición del útero, la posición del coito o quedarse en reposo luego del mismo interfiere a favor o en contra de la fertilidad. Totalmente falso.

C. Los anticonceptivos hormonales producen infertilidad. Falso. Sin importar el tiempo de uso, el retorno a la fertilidad inicial ocurre normalmente a los tres meses de abandonado el método, a no ser que haya alguna otra causa de infertilidad.

D. El hecho de haber tenido uno o más hijos garantiza la fertilidad futura. Esto es falso. Existe la infertilidad llamada secundaria, tanto de origen masculino como femenino.

E. Tener una mayor frecuencia de relaciones sexuales aumenta la probabilidad de embarazo. Esto no es cierto, pues lo que importa es que se tengan una o dos veces relaciones sexuales en el momento apropiado de fertilidad femenina, llamado periodo periovulatorio.

F. Mientras la mujer siga observando mensual-mente su menstruación es fértil. Esto no es cierto pues la menstruación regular no garantiza ni ovulación ni calidad del óvulo. Las mujeres pierden, por ejemplo, su capacidad reproductiva en la pre-menopausia, varios años antes de ver su menstruación por última vez. Estas mujeres pueden lograr el embarazo solo por métodos de reproducción asistida.

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