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Destino: Un bosque sumergido

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Destino: Un bosque sumergido

Suena a fantástico, lo es y ni siquiera hay que salir de la ciudad de Santo Domingo para verlo. Hablamos de Los tres ojos, una gran cueva que alberga un lago de aguas cristalinas y que alguna vez funcionó como balneario para los residentes locales.

Según vestigios, los primeros habitantes de la isla usaban la cueva como refugio para protegerse de los fenómenos atmosféricos. Su acceso, hasta unas décadas atrás, solo era posible descendiendo a través de los bejucos que colgaban desde los árboles superiores y que forman parte de su vegetación.

Hoy es un área protegida. Un parque natural y atractivo turístico para los miles de visitantes de todo el mundo que acuden a observarlo durante todo el año. Como en los cuentos, un agujero se presenta a pocos metros de la puerta que protege el parque. Al asomarse aparecen unas empinadas escaleras; algo de luz se ve al fondo pero solo a mitad del descenso es cuando la primera de las divisiones del lago – el del “Azufre”- saluda con un azul destellante y cristalino; tanto como para ver los peces y las pequeñas tortugas que habitan en su interior.

Los grupos van y vienen, las fotos y las expresiones de maravilla también son un constante. Este primer “ojo de agua” es llamado Azufre por las manchas blancas de calcio y otros minerales en su fondo, que en aquel entonces fueron confundidas con el mencionado elemento químico. Pero estas aguas de cuatro metros de profundidad son tan dulces y puras como las de los nacimientos de los ríos.

A pocos minutos de inmersión, la humedad se deja sentir. Haciendo un giro despacio de 360 grados, tratando de mirar hacia arriba y a los lados, se asume de inmediato la belleza natural de la enormidad de la cueva, su estructura, y las plantas y árboles internos que se alzan hacia el techo de cielo abierto.

Del lago izquierdo, el segundo ojo: el de “Las Damas”. De menor longitud y profundidad. Perfecto en su época de balneario para las mujeres y los niños; de ahí proviene su nombre.

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Infografía

El espectáculo y el tesoro escondido

A la derecha y descendiendo un poco más, la vista se van adaptando a la oscuridad de la caverna que fue descubierta en 1916 y se deja ver “La Nevera”, el tercer ojo y el de aguas más frías. La Nevera nunca recibe luz solar y por esto alcanza hasta 15 grados celcius de temperatura.

Llegado a este punto, se ven dos cosas: la barca de madera que lleva a los turistas hacia lo más impresionante del trayecto y a don Bienvenido Cabrera, el llamado “El tarzán dominicano”. Bienvenido es un residente de la zona que desde los siete años visita a Los tres ojos, su destreza para treparse por la pared subterránea para luego lanzarse al agua lo han convertido en el único con permiso de las autoridades para ingresar a las aguas de Los Tres Ojos, aún luego de que fuera clausurado para los bañistas. El show man hace su espectáculo si los turistas así lo desean y están dispuestos a darle una propina por ello.

Los tres ojos en realidad alberga cuatro fuentes de agua, alimentadas entre sí por el río subterráneo Las brujuelas, solo que al cuarto no se le conoce como ojo sino que se le llama lago por estar al aire libre. Es el de “Zaramagullones”, que debe su nombre a los extintos patos nativos del lugar y es al que solo se accede con ayuda de la barca dispuesta sobre “La nevera”.

Por veinticinco pesos (RD$25.00) los guías te llevarán hasta el otro lado, donde luego de unos pasos, como si fuera una ventana natural, el paisaje se va descubriendo poco a poco. Unas aguas color esmeralda se contienen en lo que parece una circunferencia perfecta de poco más de 220 metros, y a su alrededor; una verdísima vegetación hace juego con el entorno. De pie, mirando hacia abajo, un estanque de peces de varios tamaños se amontonan para una vista increíble.

Este es el fin del paseo. Los muros construidos por el hombre que evitan el acceso a las aguas sirven de asiento para el deleite de unos minutos y para sentir la suave brisa que sopla en este único punto de la cueva de los tres ojos. Y luego hay que devolverse, repasar el camino y ascender.

Pensar en la importancia de las áreas protegidas por el bien de los recursos naturales. Y en lo maravillosa y curiosa que es nuestra República Dominicana que aún tiene muchos tesoros por descubrir.

Desde arriba

+El Parque Nacional de los Tres Ojos forma parte del Parque Mirador del Este, en el municipio de Santo Domingo Este, y en su parte superior cuenta con dos miradores desde donde se ve el Lago Zaramagullones.

+El costo de entrada es de RD$100.00

+Una asociación de guías funciona en el lugar y éstos tiene tarifa independiente que puede llegar hasta los mil pesos (atendiendo a la cantidad de personas en el grupo).

+En la entrada podrás comprar alguna réplica de artesanía taína en los pequeños puestos de gift shop.

+Según las autoridades, el parque recibe unos 15 mil visitantes mensuales. Está abierto de lunes a lunes de 8:00 a.m. a 5:00 p.m

Fotos: Pedro Bazil

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