El arte de preparar un delicioso morir soñando sin que se ‘corte’
Aunque parezca una bebida bastante fácil de preparar, elaborarla tiene su arte; hay que saber el orden preciso en el que se debe agregar cada ingrediente o de lo contrario se ‘cortará’
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Si hablamos de bebidas refrescantes, deliciosas y que representen la dominicanidad, posiblemente la primera que nos llegue a la mente sea el morir soñando. Este cóctel hecho a base de juego de naranja, leche y hielo es tan parte de la idiosincrasia criolla como placentero para el paladar, y justo por eso su nombre, pues al momento de tomarlo es casi seguro que te hará delirar e, inevitable, experimentar una sensación de relajación total.
Tal y como cuenta Bolívar Troncoso, presidente de la Fundación Sabores Dominicanos, en uno de los episodios del podcast “Recaíto, antología culinaria”, no se sabe con exactitud cuándo y dónde surgió esta bebida. Sin embargo, es un hecho que su preparación es común en todas partes del territorio dominicano desde hace muchos años, e incluso se ha extendido hasta otros países del mundo.
Así debes prepararlo
Aunque parezca una bebida bastante fácil de preparar, pues solo se necesita jugo de naranja, leche y hielo, elaborarla tiene su arte; hay que saber el orden preciso en el que se debe agregar cada ingrediente o de lo contrario la leche se ‘cortará’.
Para preparar el morir soñando, Bolívar explica que hay que seguir los siguientes pasos: lo primero es hacer el jugo de naranja y endulzarlo al gusto. En un envase aparte, viertes la leche, agregas hielo y bates bien hasta que la leche esté bien fría. El truco para que no se ‘corte’ es ir agregando el jugo de naranja sin dejar de batir la leche con el hielo.
Aunque la receta tradicional se prepara con jugo de naranja y leche entera, Bolívar señala que se puede jugar con su versatilidad; el cítrico de naranja se puede sustituir por zumo de limón o chinola, y también se puede potenciar su sabor usando leche evaporada y condensada. Eso sí, en el caso de usar leche condensada hay que tener pendiente no agregar demasiada azúcar para que se mantenga la armonía característica de esta bebida entre lo cítrico y lo dulce.
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