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Carnaval
Carnaval

El artista detrás del traje

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El artista detrás del traje
(Foto: Ricardo Hernández)

Parte de nuestra tradición cultural, el carnaval se corona por la vistosidad de sus trajes, por lo pintoresco de sus personajes y la ocurrencia de sus asistentes. El carnaval es fiesta y color, una celebración icónica que sorprende en la creatividad de sus trajes. ¿Cuáles son los nombres detrás de estos disfraces?

Orlando Lora, Carnaval de Punta Cana

Su disfraz emblema: Las Tres Caras

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A los 14 años confeccionó su primer disfraz “en una máquina de pedales” y a los 15 se había graduado de Artes Plásticas en Bellas Artes de la provincia de La Vega. En el año 1983 se licenció de arquitectura en la PUCMM de Santiago y a principios de los 90 de sus estudios de Moda. Desde que se ‘enroló’ en el negocio de la confección de trajes para el carnaval llegaron las innovaciones al diseño: introdujo materiales como el lamé, las lentejuelas, el corcho, las plumas y las telas preciosas, entre otros. Cada año realizaba entre 200 y 250 disfraces, incluyendo el suyo. Para Francisco: “El carnaval es un pasatiempo que, sin proponérmelo, se convirtió en industria”.

En la actualidad, sus manos están detrás de “Las Tres Caras”, los guardianes de Las Musas de Punta Cana, la comparsa icónica de este carnaval. “Para Las Tres Caras, cada año mezclo elementos para estar acorde con los carnavales del mundo”. En el caso de ‘Las Musas’, un grupo de alrededor de 25 mujeres elaboran ellas mismas sus propios trajes inspirados en un tema representativo de la región.

Mercedes Fernández, Carnaval Marino María Trinidad Sánchez

Su disfraz emblema: Fantasía Marina

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Desde que inició el Carnaval en Río San Juan, municipio de la provincia María Trinidad Sánchez, Mercedes se encuentra frente a una máquina de coser, ideando los trajes del carnaval de su pueblo natal. De profesión es administradora de empresas, y técnica en contabilidad. Y, aunque cosía desde que era una niña, nunca lo hizo para nadie más. Hasta que llegó el carnaval: “Era muy difícil interpretar lo que las personas querían. Pero a mí me lo describían, yo hacía el boceto en un papel y listo. A partir de ese momento me empezaron a buscar”, cuenta Mercedes, que tiene 21 años, de sus 62, poniendo su esfuerzo en el diseño de los trajes.

Cuando empieza a tomar carácter estudia Patronista Industrial en Infotep de Santiago. En lo adelante, cada vez que la fecha del carnaval toca la puerta, se dedica a él 24/7.

Y es que, según afirma, las preparaciones de esta fiesta comienzan algo tarde. Solo disponen de un mes (a veces un poco menos) para confeccionar todos los trajes y eso significa amanecer.

Los materiales que utiliza son: telas de brillo, en licra, tafeta, lentejuelas, perlas, lencería, encaje, bisutería en general. Los abanicos del mar (Las Gorgonias) los pintan y también los usan, así como las pencas de las hojas de palma. El tiempo de confección depende de la complejidad del traje. Algunos se pueden hacer en un día. Otros pueden tomarle hasta tres. Y colocar las pedrerías, que es otra cosa, podría tardar semanas. De cada comparsa pueden ser 15 o 16 trajes. Pretende seguir trabajando en el carnaval mientras vida tenga.

Juan Gustavo Ramos Lucas (Félix) / Carnaval de Santo Domingo

Su disfraz emblema: Diablos Cojuelos del Distrito (Los Diabólicos de Villa Consuelo, Los Incomparables)

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Para el carnaval se disfraza desde hace 55 años (desde que tenía 8). Él mismo hace los trajes desde hace 32. Félix Juan, como es conocido, es toda una leyenda en su sector de Villa Consuelo por sus aportes al Carnaval de Santo Domingo. Nació en la conocida “Tunti Cáceres”, en el año 1953, y heredó esto de la costura de su madre, Carmen: “Ella era la que hacía los diseños y me enseñó a mí a coser. Yo lo hago porque me gusta el carnaval”.

El tiempo de la confección de un disfraz va a depender de cómo lo quiera el cliente: si es normal, que es el más simple y al que le llaman “Chapulín”, tardaría 1 hora aproximadamente. Los que son forrados o con rucha, se toman más tiempo. Estas últimas son unas arandelas que se colocan en las mangas, un estilo que él introdujo en los años 70. Para eso tiene que picar la tela de cebolla en todos los pedazos que se pueda en tamaños de 15 centímetros. Luego, quemar las orillas de lado y lado con una vela. “Imagínate cuando son 20 yardas de tela”. Esto le toma casi tres horas. Luego debe empezar a ruchar y pegarlo en las mangas, hasta que se vea bien tupido, “eso es un trabajazo”, dice a forma de desahogo. Puede tomarse hasta 4 horas pegarlo. En total podría tomarse un día hacer 3 o 4 trajes en su versión más compleja.

¿El precio? Oscila el “Chapulín” entre RD$1,000 el de adultos y RD$800 los pequeños, RD$1,500 los forrados y RD$2,000 con rucha.

Fernanda Alberto / Carnaval de Santiago

Su disfraz emblema: Los Lechones

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El Carnaval de Santiago de los Caballeros ocupa uno de los lugares más importantes en República Dominicana, rico en colores, historia y creatividad. Cada año cuenta con respetados profesionales que se dedican por entero a la tarea de confeccionar los atuendos que tanto deleitan al exigente público que asiste a los desfiles o los aprecia en los medios.

Para Fernanda Alberto el carnaval es alegría, belleza y cultura. Se confiesa una fanática; razón por la que al terminar sus estudios en la Escuela de Diseño Altos de Chavón, en 1992, decidió dedicarse a los vestuarios de fantasía, con marcada especialidad en personajes del carnaval en Santiago de los Caballeros, donde reside y tiene su tienda.

A lo largo de su carrera ha creado muchísimos trajes, tantos que su memoria no da abasto para recordar la cantidad, solo que han sido muchos y en este 2018, con una mayor demanda, con relación a años anteriores, “el pueblo se ha involucrado mucho más y con mayor apego”. De esta manera ella vive esta manifestación folclórica que ha disfrutado desde niña.

Evidentemente hacer este tipo de creación es toda una obra de arte que le toma desde una semana hasta un año, atendiendo a la complejidad que requiera el ejemplar; entre los populares grupos que figuran en su lista de clientes están Los Lechones y Los Cocheros.

En el caso de Los Lechones, hay hechuras del traje que pueden requerir hasta todo un año, pues posee características especiales que recrean una sonrisa amable y de mirada tranquila. En otras palabras, muy diferente a la proyección de los Diablos Cojuelos, la careta es muy semejante al rostro de un cerdo, con un hocico. Mientras que para el resto de la caracterización resaltan las mangas largas con ajustes en la cintura y pantalones anchos con ajustes en el tobillo. Ricos en materiales y texturas, llevan bordados y detalles que toman su tiempo.

Maestro Fillo / Carnaval de La Vega

Su disfraz emblema: Los Escorpiones

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El Carnaval de La Vega no requiere de muchas referencias, allá donde se nombra está de más dar explicaciones. En él trabajan profesionales de pasión y entrega como el Maestro Fillo.

Con aproximadamente 40 años trabajando, sin interrupción, en el carnaval, esta manifestación cultural es sustancialmente parte de la vida de don Ángel Fidelio Jorge, mejor conocido como el Maestro Fillo. “Es que el vegano tiene el carnaval en la sangre y yo soy vegano de pura cepa”, responde mientras cuenta que aprendió a confeccionar en el patio, empíricamente, con una máquina de mano porque simplemente le gustaba, no porque ningún familiar lo animara o hiciera este oficio.

Actualmente sí, sus sobrinos e hijos trabajan junto a él, a ellos les ha transmitido el concepto de crear belleza, el movimiento, identidad y una cultura de 500 años.

Su loable trayectoria cuenta con una historia en las principales agrupaciones como Los Broncos, Los Caminantes, Los Vengadores, Las Hormigas, Los Escorpiones (grupo actual), entre otros muchos... A diferencia de otros muchos confeccionistas, para el maestro Fillo no es un problema la complejidad del traje porque él trabaja en equipo y con máquina industrial, por lo que “podemos hacer un grupo de 10 de un día para otro”.

El traje con el que se ha sentido más identificado es el de Los Escorpiones, el único que ha tenido una carroza permanente por más de 20 años. “Ahora por los 30 años tenemos un traje blanco con un escorpión dorado en la capa y en la careta que parece vivo, que seguro que al público le encantará”.

Textos por: Nazaret Espinal y Mayra Pérez Castillo

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