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El mundo a través de una postal

Enviar postales se ha convertido en el pasatiempo favorito de muchos alrededor del mundo

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El mundo a través de una postal

Al parecer la moda no es la única que se recicla. Enviar postales se ha convertido en el pasatiempo favorito de muchos alrededor del mundo, incluyendo jóvenes, muy jóvenes, que a pesar de nacer en la “era digital” sienten una gran pasión por enviar y recibir una postal. Definitivamente, hay tradiciones que regresan... ¿o será que nunca se fueron?

Un compañero de trabajo me envía un correo. Casi puedo sentir su emoción cuando lo leo. Se trata de postales. Hay personas intercambiándolas a destinos de los que probablemente nunca he escuchado antes ni tengo la menor idea de que existen. Esto se ha convertido en un movimiento gracias a un portugués llamado Paulo Magalhães, que creó una plataforma para poder recibir más postales, llamada postcrossing.

Según me cuenta, este suceso que parece sacado, al menos, del siglo pasado, está ganando muchos adeptos en todo el mundo, incluyendo nuestra media isla (él, un tipo de redes y algoritmos informáticos, es uno de ellos). Al final del mensaje me pasa un número telefónico y una cuenta de Instagram. Se trata de la chica que, según él, tiene la colección de postales más grande en el país. Su nombre es Valery Baré Marte, tiene 25 años, estudió medicina y vive en la ciudad corazón.

La contacto y, efectivamente, es una apasionada del postcrossing. Hicimos la entrevista y me pareció tan genuina y bien específica acerca de todo lo referente a esta práctica, que hemos decidido dejarla tal cual, para que ustedes, los lectores que no lo conocen, se inicien en este viaje que a todo el que se involucra, le resulta fascinante.

¿Cómo funciona el postcrossing?

El intercambio de postales se da de varias formas. La más popular es utilizando la página postcrossing.com donde te afilias y a través de un algoritmo te asignan direcciones a las cuales debes enviar. De una en una vas recibiendo y cada una tiene un código específico que debes anotar a un lado de la postal. Quien recibe debe registrar la postal una vez recibida y así vas creando confianza en la plataforma. De igual forma vas recibiendo y debes de registrarlas. Otra forma similar es utilizando interpals.com. Por último, a través de grupos en Facebook de “Postcrossing” e Instagram usando hashtags y descubriendo comunidades de intercambio.

¿De qué manera te enteras de este proyecto y qué te mueve a participar de él?

Realmente fue pura coincidencia. Un día revisando el Facebook me salió una publicidad de la página de postcrossing.com. Me llamó bastante la atención pero no me registré al momento. Primero salí a La Sirena a comprar unas cinco o seis postales. Me metí de nuevo al Facebook y en la sección de grupos busqué “postcrossing” y solicité a un grupo donde había unas 18,000 personas. Por ahí fui conociendo más de todos lados. Me interesó tanto que entré de lleno y busqué contactos vía Google. Tenía bastantes ganas de conseguir una postal de cada rincón y me lo propuse como objetivo. Ha sido algo increíble, y a veces hasta me asusta, de tantos lugares que he recibido cartas. Incluso gente que vive en sitios remotos como la Antártida o países en conflicto, como Siria y Libia, me han mandando postales. Es algo cómico y triste a la vez porque mucho se debe a que no hay más de 10 personas que envíen postales desde aquí. Por lo que muchos coleccionistas me ayudaban a recibir de “X” lugar a cambio de una de aquí.

He notado que el postcrossing, creado por Paulo Magalhães, tiene sus propias reglas. ¿Las sigues o vas a tu propio ritmo?

Sinceramente a mí no me gusta la plataforma. La usé por un tiempo y solo envié a través de ella unas 10-15 postales. El problema para mí es que siempre recibía de los mismos países (Alemania o USA) porque estos países tienen más cantidad de gente enviando. Como tenía esa meta de conseguir postales de todo el mundo, se me habría hecho difícil lograrlo por esa vía. Yo creo que para el que desea intercambiar como pasatiempo puede beneficiarse muchísimo de esta página. Incluso tienen forums donde la gente permuta otros coleccionables como cigarros o sellos filatélicos.

El correo local no tiene muy buena fama. ¿Das crédito de que funciona bien?

¡A mí me encanta! Ojalá pudiera escribirlo en mayúscula y resaltarlo en negrita. Para ser un país como el nuestro, con tanta desorganización en muchas oficinas gubernamentales, me he encontrado el correo bastante eficiente. Sobre todo una vez que uno entiende el proceso de envío. Me refiero a que, antes de llegar a su destino, los paquetes que uno envía van pasando de país en país por oficinas de reenvío. Se hacen revisiones de seguridad y a eso hay que sumarle eventualidades que son propias del país donde se encuentre en ese momento, como fechas festivas o asuntos del clima. Pero realmente a mí me funciona muy bien. Yo creo que de miles de postales quizás tres no me han llegado. Yo envío muchos paquetes a mis amigos por correspondencia y llega todo bien. Algunos se tardan más que otros. De igual forma, todo me llega a la casa. Muy poco se ha perdido comparando con todo lo que me llega a la puerta de mi casa. Le tengo muchísimo cariño a esas mujeres que trabajan en la sucursal calle El Sol aquí en Santiago. Ellas hasta me llaman cuando me llega algo. Igual mi cartero. Allá en el correo ya todos me conocen (jeje) y es que envío mucho todas las semanas.

¿En qué te inspiras al momento de elegir una postal? ¿Es algo que puedes hacer manualmente o las compras?

Siempre pienso en la playa. Mi ID de Instagram es @seasaltedpaper. Por lo que trato siempre de que sean alegóricas a la playa. A veces no se me hace tan fácil encontrar postales y las pido a Santo Domingo con el señor que las distribuye a los supermercados. Yo creo que en cualquier momento puede que dejen de hacerlas, pues es algo a lo que prácticamente nadie da importancia. Los turistas sí las envían. Me los topo a cada rato cuando voy al correo.

¿Cuáles son los pasos que hay que seguir para enviar una postal?

En mi caso siempre iniciar una con una conversación respetuosa, pero a la vez amable. Le escribo a una persona de X país si desea intercambiar una postal. A veces uno pregunta sobre los gustos o la persona te dice que por favor le escribas la fecha o el clima, o hasta que le mandes una mini receta. En algunos casos te pueden enviar fotos para que escojas cuál te gusta y uno hace lo mismo. Otras veces es al azar. Al final nos intercambiamos la dirección y la enviamos. Al inicio me pedían foto de la postal con la estampilla como forma de “prueba” porque, como en todo en la vida, hasta aquí hay mañosos (risas). En el caso de postcrossing.com solo pides que te manden una dirección haciendo click en un botón y listo. Es totalmente al azar. Aunque algunas personas en sus perfiles tienen uno que otro detalle sobre qué les gustaría recibir.

¿Cómo las conservas? ¿Nos compartes tus consejos para evitar que se deterioren?

Las tengo todas en unas dos gavetas. Tengo como 2,000 creo. O más. Yo las pongo paraditas una detrás de otra. Las organizo por región. Estoy pensando ponerlas en una caja plástica. Me han recomendando usar una carpeta con bolsillos transparentes que se vea de lado a lado y que vienen tamaño postal.

¿Cuál dirías tú que es la magia que tiene enviar postales en un mundo prácticamente digitalizado?

Contacto. Cercanía. Viajar es un privilegio que cuesta bastante. Al recibir una postal uno se siente conectado. Es como si se abrieran ciertas puertas al pensar que hay gente que te escribe desde tan lejos. Y, por ese instante, mientras lees, te sientes tan bien. Hasta quizás podría hacerte el día. He recibido postales de organizaciones sin fines de lucro, dibujos hechos por niños con enfermedades terminales y he enviado postales a señores muy muy mayores que viven en hospicios. Realmente uno se llena de sentimientos muy bonitos. A mí me encanta que me escriban (a mano). A veces, cuando no me siento muy bien, abro una gaveta, tomo cualquier postal y me distraigo. También siento orgullo, satisfacción, porque he logrado conseguir una postal de casi todo el mundo. ¡Algunas me costaron muchos mensajes y llamadas! (risas).

¿Qué cantidad de postales has enviado y cuántas has recibido? ¿De cuáles países?

He enviado como unas 3,000 o 3,200. Perdí la cuenta como por la 2,800 y algo. He recibido 3,000 más o menos. Con mucha modestia y humildad digo que es más fácil decir los países que me faltan: Islas Salomón, Sudán del Sur, Nigeria, Guinea Bissau y Liberia. ¡Tengo postales hasta de Corea del Norte!

Por lo que he podido ver en tu Instagram eres muy manual. Tienes un bullet journal o llevas un diario, no sé bien. ¿Nos cuentas un poco sobre esta otra pasión tuya “con el lápiz y el papel”?

Mi derriengue es crear detallitos en papel para mis amigas por correspondencia y mi diario. Uso el famoso “Traveler’s Notebook”, un cuaderno de leather teñido a mano donde guardas unos cuadernos. Allí escribo sobre el día día, temas que necesito desarrollar y mucho sobre mi crecimiento personal. También para descargar el día, recuerdos de días especiales, hasta un pedacito de una canción que me gusta. La otra parte es el “snail mail” o intercambio de cartas. Hago mis sobres a mano y los decoro. Soy adicta a los “artículos de oficina” como los lapiceros y los cuadernos, a los que recurren mucho en mi página.

¿Cuál ha sido la experiencia más interesante que has tenido durante esta “excursión postal”? ¿Y alguna lección?

Haber entrado en contacto con científicos de bases de investigación en regiones como el Ártico en el Atlántico norte y la Antártida (polo sur). Esto lo menciono porque son personas que están encargadas de llevar a cabo expediciones allí, pues no todo el año vive gente en estas zonas tan remotas. Ellos me ayudaron a recibir postales, me enviaron hasta pins y sellos de allá. ¿El gesto? Quizás un pedazo de papel no signifique mucho para la mayoría de la gente, pero el hecho de que alguien que no te conoce te ayude, para mí tiene un valor muy grande. Otros son trabajadores de las Naciones Unidas que viajan a través del mundo por cuestiones laborales y me tienen pendiente. Lo más bonito es cuando me llegan de países africanos donde hay mucha pobreza o con muchos problemas sociales (en guerra), pues te deja ver que, a pesar de su situación, ellos buscan ese espacio para repartir un poco de luz. Quién sabe cuán difícil debe ser para ellos enviarla, o cuánto tienen que viajar para llevar a la oficina, los gastos, entre otras cosas.

¿Tienes propuesta alguna meta con esta práctica del postcrossing?

Una postal de cada rincón. Tengo una de cada estado de los Estados Unidos enviada desde dicho estado. De bases navales, de oficinas postales especiales como “la más pequeña” o la primera oficina del correo. Hasta de unas oficinas en Asia que están debajo del agua. Casi casi logro mi meta. La última postal que me llegó fue de Niue. ¿A ver quién sabe dónde queda?

El pescador de postcrossers

Darío Martínez Batlle es uno con la tecnología. Por eso, cuando me habló acerca del postcrossing me pareció muy curioso. Porque no fue un simple compartir de información. Darío es un promotor desinteresado de esta práctica de repartir postales. Tanto, que la mayor de sus dos hijas ya es postcrosser y la más pequeña ya lo confunde con el Señor Zebra, el cartero de Peppa (los que tienen hijos entenderán).

Así que dejar la pantalla y la rapidez de un correo por el papel, el lápiz y largos períodos de espera, de alguna manera me parecía como regresar a la época de las cavernas. Sin embargo, fue precisamente hacerle el contra a la rapidez del día a día lo que le motivó: “La tecnología ha enraizado en nosotros la inmediatez. Esperar no está de moda. Soy un amante de la tecnología, pero pienso que el postcrossing ofrece una alternativa muy enriquecedora, amigable y económica de experimentar un poco de lo que en el pasado era la única manera de recibir mensajes de lugares lejanos. El correo físico ha estado con la humanidad desde sus inicios, y el postcrossing devuelve la magia de sonreír al recibir una postal desde un lugar que jamás habías visto”.

Darío, al igual que Valery, habla de su buena experiencia con el correo dominicano INPOSDOM (Instituto Postal Dominicano), del cual dice que “todo llega”, aunque se tome su tiempo.

Sí reconoce que “al principio también tenía reservas”, pero su experiencia la define como “altamente positiva y satisfactoria”. Su opinión al respecto, porque también lo bueno hay que reconocerlo, es: “El INPOSDOM recibe mucho menos crédito de lo que merece, es un servicio gubernamental que bien pudiera tener una mejor imagen. A nivel de eficiencia es excelente, la gente no lo usa porque no confía ‘en algo del gobierno’, y porque hace años no tenemos cultura de usar el correo”.

Cuando le hice saber que me parecía algo extraño su afán por atraer militantes a las filas del postcrossing, me respondió con toda naturalidad: “Es fácil de explicar. A través del postcrossing he aprendido un poquito sobre la vida de decenas de personas; he visto imágenes de montones de lugares que nunca hubiera sospechado que existían y he cultivado algunas buenas amistades con usuarios del sistema. Al mismo tiempo, he contribuido a que muchas personas conozcan un poco de mi vida y mi entorno, y he enviado docenas de ‘ventanitas dominicanas’ a cientos de personas que, en la mayoría de los casos, no sabían nada de nuestro país. Es un hobby que no tiene perdedera, pues el costo es absolutamente asequible para casi cualquiera. Estas razones me han dado suficiente motivación para entusiasmar a otras personas, y actualmente tenemos un pequeño grupo (en Whatsapp que se llama Postaleando) donde compartimos experiencias y nos damos apoyo”.

Si quieres unirte a la fiebre del postcrossing tienes a dos personas que con mucho gusto te van a ayudar. El Instagram de Darío es: @dariomartinezb

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