El triste relato de cómo Meghan Markle perdió a su segundo hijo
En una columna para The New York Times, la duquesa de Sussex confiesa que sufrió un aborto, pérdida que definió como un dolor insoportable, que muchos experimentan, pero del que pocos hablan
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“Era una mañana de julio que comenzaba tan ordinariamente como cualquier otro día: preparar el desayuno, alimentar a los perros, tomar vitaminas, encontrar ese calcetín perdido, recoger el crayón rebelde que rodó debajo de la mesa, atar mi cabello en una cola de caballo antes de sacar a mi hijo de su cuna”. Así inicia el relato de Meghan Markle en la columna ‘The losses we share’ (Las pérdidas que compartimos), para el diario The New York Times, que probablemente pocos imaginaron que terminaría con la confesión de uno de los momentos más tristes de su vida.
“Después de cambiarle el pañal (a Archie), sentí un fuerte calambre. Me dejé caer al suelo con él en mis brazos, tarareando una canción de cuna para mantenernos a los dos tranquilos. La alegre melodía contrastaba con mi sensación de que algo no estaba bien”, revela la esposa de Harry en el escrito, al tiempo que desvela que justo en ese momento, mientras abrazaba a su primogénito, sabía que estaba perdiendo a su segundo.
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Horas más tarde del suceso, Meghan cuenta haber estado en la cama de un hospital, sosteniendo la mano de Harry. “Sentí la humedad de su palma y besé sus nudillos, mojados por nuestras lágrimas. Mirando las frías paredes blancas, mis ojos se pusieron vidriosos. Traté de imaginarme de qué manera nos curaríamos”, relata.
La tristeza que la invadía en ese momento, dice, la llevó a recordar un acontecimiento: una vez, durante una gira por Sudáfrica junto a su esposo, en la que se sentía agotada por todo lo que implicaba ser madre primeriza, un reportero le preguntó “¿estás bien?”. “Le respondí con sinceridad... Mi respuesta improvisada pareció autorizar a la gente a poder decir su propia verdad. Pero responder honestamente no fue lo que más me ayudó, sino que fue la pregunta en sí. ‘Gracias por preguntar’, dije. ‘No hay mucha gente que me haya preguntado si estoy bien’”, relata en el extenso artículo.
Fue entonces cuando, según escribe, se dio cuenta de que la única forma de comenzar a curarse es cuestionar primero: “¿Estás bien?”, una pregunta que pocos hacemos al ver a alguien atravesar un momento difícil, solo por suponer que no es relevante o que no quiere hablar de ello, cuando la verdad es que ese simple gesto puede llevarlos a sentirse mejor.
Meghan aprovechó para reflexionar sobre este 2020, un año en el que el mundo entero ha sido víctima de una pandemia que ha segado la vida de muchas personas, dejando familias destrozadas. “¿Estamos bien? Este año ha llevado a muchos de nosotros a nuestros puntos más críticos. La pérdida y el dolor nos han afectado a todos en este 2020, en momentos tensos y debilitantes...”.
En la columna, la actriz define la trágica pérdida de su segundo hijo como un dolor casi insoportable, que muchos experimentan, pero del que pocos hablan. Es por ello que la duquesa de Sussex criticó el hecho de que la sociedad condene abordar ese tipo de temas. “La conversación sigue siendo un tabú, plagada de vergüenza injustificada y perpetuando un ciclo de duelo solitario”, escribe.
Meghan concluyó recordando la importancia de preguntar a los demás cómo se sienten y de no esconder sus sentimientos. “Comprometámonos a preguntarle a los demás: ‘¿Estas bien?’ Por mucho que estemos en desacuerdo. Por más distanciados físicamente que estemos, la verdad es que estamos más conectados que nunca debido a todo lo que hemos soportado individual y colectivamente este año”.
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