Enamorarse de un holograma

Akihiko Kondo se casó en Tokio... con un holograma. La novia es una cantante de realidad virtual llamada Hatsune Miku, de 16 años y presente en forma de peluche.

Unos 40 invitados lo acompañaron cuando dio el “sí quiero”. Aunque su madre y el resto de sus familiares rechazaron la invitación.

Kondo vive desde marzo con un holograma de Miku que se mueve y habla desde un dispositivo de escritorio que vale 2.800 dólares.

Él se considera un hombre casado como cualquier otro. Su esposa-holograma lo despierta por las mañanas y le dice “adiós” cuando se va a su trabajo de administrador en una escuela.

Por las tardes, cuando él le avisa que está regresando a casa, ella enciende las luces. Después, le avisa cuando es la hora de ir a dormir. Él duerme junto a la versión de peluche de Miku, que luego de la boda luce la alianza de matrimonio en la muñeca izquierda.

A Kondo no le importa que su matrimonio no tenga bases legales. Además, Gatebox, la empresa que produce el dispositivo del holograma, expidió un “certificado de matrimonio” en el que consta que un humano y un personaje virtual se casaron “más allá de las dimensiones”.

De hecho, no es el único. Según él, Gatebox ha emitido más de 3.700 certificados de matrimonio “interdimensionales”.

AFP