¿Eres perfeccionista? Ocho características para identificarlo
Un perfeccionista es una persona que esconde sentimientos de inferioridad y se autoexige
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Hay personas que tienen claro que son perfeccionistas, otras, en cambio, viven una vida buscando la perfección y no son conscientes de ello. Actualmente, el perfeccionismo es uno de los defectos mejor vistos en el mundo, incluso muchos presumen de ser una persona que persigue la excelencia cuando se describen en un ambiente laboral, pero ¿qué hay detrás de esta conducta?
Según un artículo publicado en El País, “al hablar de perfeccionismo solemos quedarnos con los atributos positivos que se encuentran en la superficie, sin vislumbrar la parte inconsciente que queda escondida”.
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Los expertos aseguran que esta parte escondida puede estar relacionada con el sentimiento de insuficiencia y con la autoexigencia. Aunque resulte incómodo para algunos perfeccionistas, el motor de sus acciones está relacionado a la permanente sensación de insuficiencia que sienten en su interior. Por esto nada para ellos está perfecto.
Además, estas personas se exigen mucho. Entienden que algo en ellos está mal y que deben trabajarlo, aunque no saben exactamente el qué, pero esta sensación de imperfección interna les mueve a querer cambiar y les fuerza a comprometerse con mejorar. Esto los hace crear un ideal subjetivo que determina cómo deberían ser.
Los perfeccionistas suelen mirar el mundo a través de una lupa, mediante la cual ponen el énfasis en todo aquello imperfecto que debería ser mejor y debido a la autoexigencia, la rigidez y a su susceptibilidad se ocultan bajo la superficie del perfeccionismo.
Ocho características de un perfeccionista
Para identificar si tú o una persona cercana a ti es un perfeccionista aquí te compartimos un listado con las características más comunes de las personas que tienen esta actitud, según la revista de salud y bienestar Web Consultas.
1. Buscan hacerlo perfecto: deciden y actúan bajo la creencia de que las cosas pueden hacerse sin ningún margen de error, y por ello son muy exigentes consigo mismos y con los demás.
2. No aceptan opiniones: suelen rechazar las opiniones o formas de hacer de otros porque consideran que las suyas son mejores.
3. Les resulta difícil tomar decisiones: incluso llegan a bloquearse y a caer en la inacción por miedo a equivocarse en su elección.
4. Aman tener todo en control: son personas con un elevado nivel de competitividad y a las que les gusta tener todo bajo control.
5. No saben delegar: les cuesta delegar en otras personas porque están seguros de que ellos hacen las cosas mejor.
6. No saben abandonar: les cuesta desistir cuando no saben hacer algo, y cualquier fracaso les afecta especialmente.
7. No toleran el error: muestran una baja tolerancia a la frustración ante el error, y por ello intentan anticiparse al mismo dedicando demasiado tiempo a la realización de cualquier tarea.
8. Nunca están satisfechos: con frecuencia se encuentran insatisfechos consigo mismos, con los demás y con la sociedad en general, porque no son tan perfectos como ellos consideran necesario.
Pero, ¿cómo se manifiestan estas emociones? La emoción que controla su estado es la ira, esta sale a flote cuando las cosas no salen como el perfeccionista quiere o esperaba. En algunos casos reprimen su ira hacia adentro y esto les genere estrés, rabia, frustración y tensión.
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