¡Felices sueños bebé!
Mitri Jiménez
Deborah y Maité Hernández capitalizaron una necesidad materna. El Happy Dreamers surgió de una necesidad propia que, con inteligencia y mucho tesón, ha cobrado vida para colarse en la lista de ventas de Amazon y así salvar el sueño y la felicidad de muchas madres.
Paciencia. Mucha, de hecho, es lo que necesitas cuando decides desarrollar un proyecto de emprendimiento. De esto pueden dar testimonio Deborah y Maité Hernández, quienes no pueden ocultar su emoción al recibir una notificación de Amazon de que una unidad más de su producto Happy D se ha vendido.
Cuatro años de tocar puertas, dar explicaciones, esperar respuestas, investigar, probar... le dan un valor indescriptible a esa idea que han materializado y que garantiza a muchas madres y padres, con bebés menores de cuatro meses, unos cuantos minutos más de sueño. Diríamos que se trata de un cálido abrazo extra para dormir, cómodo y seguro.
Su producto, ni más ni menos que un pijama tradicional combinado con una famosa mantita que envuelve a los bebés para que puedan dormir por más tiempo (el Swaddle Pajama), surgió de una necesidad propia.
Ambas son madres, por lo que saben –de primera mano– lo que significa no pegar un ojo durante la noche porque el bebé no puede dormir. De ahí que reconocieran que la luz de ese bombillito sobre sus cabezas no debía apagarse.
Con el producto vendiéndose actualmente en Estados Unidos, a través de Amazon, y teniendo un acercamiento con algunos hospitales del país norteamericano, Maité y Deborah no dudan en compartir lo que debes tomar en cuenta a la hora de emprender y que, por supuesto, a ellas les funcionó muy bien.
1 Crea una solución para una necesidad y conceptualízala bien. “Cuando miras a los ojos a las madres con la solución que estás llevándole, el producto trasciende a otra cosa. Tú entras a la vida de otra persona, te identificas y ahí es cuando eso cobra sentido”, dicen emocionadas las socias mientras explican que su primer paso fue adquirir estudios que analizaran las tendencias de crecimiento de los productos para dormir de bebés. De esta manera se percataron de que representan el 47% del mercado.
2 Haz un prototipo y llévalo contigo; siempre lo vas a necesitar. “Si la gente cree en tu idea, desarróllala y pruébala. Después todo va cayendo sobre su propio peso. Las puertas se van a abrir”, afirman las emprendedoras, quienes para probar que su producto funcionaba procedieron a contactar a pediatras para presentar su Happy D. “Ellos nos aseguraron que el producto era excelente y debíamos hacer las pruebas con las madres, porque ellas son las que deciden”, aseguran ambas. Ante el hecho de que algunas madres no conocían la técnica o les daba miedo intentarlo, debieron presentar pruebas científicas de que envolver al bebé (swaddling, en inglés) le da la idea al infante de estar en el vientre de su madre. Tan pronto las madres consultadas dieron su visto bueno, el feedback recibido fue muy positivo.
3 Busca ayuda para armar la estrategia, el financiamiento y el plan de negocio. Ambas explican que en el mercado hay soluciones que ayudan desde la concepción de la idea. En ese sentido mencionan “Enlaces, Red de Inversionistas Ángeles”, que analizan una idea y, si es muy buena, te acompañan hasta presentarla a los inversionistas.
Respecto al financiamiento, aseguran que hay instituciones o productos como Cree Banreservas, que en su caso les ha funcionado. “No se trata de un préstamo sino de un fideicomiso que se ha constituido. Ellos invierten a nivel moral y monetario”, aseguran Deborah y Maité.
Lo más importante que ambas destacan es que una buena idea es el impulso para buscar el dinero: “Atrévete a intentarlo todo, aun cuando las cosas no salgan como tú quieres. Todo toma tiempo”.
Mitri Jiménez
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