La mermelada más deliciosa que jamás probaste, la puedes hacer en la cuarentena
Hacer tu propia mermelada en casa es una aventura deliciosa y divertida
Mayra Pérez Castillo
A partir de ahora las mermeladas se hacen en casa porque son más deliciosas y entretenidas, porque se pueden hacer entre todos los miembros, mientras te las anotas entre las cosas productivas que lograste en la cuarentena.
Las mermeladas les dan un sabor alegre a unas crujientes rodajas de cualquier pan, unas bruschettas, unas galletas para media tarde o, por qué no, una tabla de quesos... En fin, para que cuando quieras un dulcito en la boca solo tengas que abrir la nevera, ya que tienen la ventaja de perdurar por buen tiempo si las conservas en el envase correcto, siendo el vidrio el material ideal para lograr su textura y sabor como el primer día.
Otra ganancia que podemos tener al hacerlas es no desperdiciar esas frutas que amenazan con podrirse si no se consumen a tiempo; más ahora que compramos por montones para no tener que ir en períodos cortos a los supermercados, que simbolizan largas filas, horas de espera y el aumento de la posibilidad de contagiarnos por salir de casa.
En fin, hay recetas de mermeladas que no abundan y por tanto, pocos las han degustado ni tampoco saben que existen, como la que hoy te traemos ¡Dulce de tomates! No abras los ojos, es exóticamente delicioso, la acidez, sabor y color de esta fruta propia del Nuevo Mundo es perfecta para llenar de vitalidad una experiencia gastronómica. Hacerla es una tarea fácil que requiere de pocos ingredientes que a continuación te damos para hacer la receta de la abuela.
Cómo hacer mermelada de lechosa, paso a paso
Dulce de tomate
Ingredientes:
Tomates bien maduros
Azúcar
Canela
Pizca de sal
Preparación. En una olla poner agua a hervir, echa los tomates y cierra el fuego. Déjalos reposar por unos cinco minutos para que la piel sea más fácil de desprender, pélalos, retira las semillas y córtalos en forma de gajos. En una cacerola pon a hervir agua, canela y una cantidad de azúcar similar al peso del que tienes de tomate, tapa por dos minutos y agrega los gajos de tomates reservados y vuelve a tapar hasta que reduzca el líquido y los tomates se hayan cocido lo suficiente, es decir se vean tiernos, agrega la pizca de sal para que se asienten los sabores, remueve y prueba para validar consistencia y sabor. Retira del fuego y saca las astillas de canela, deja enfriar y sirve. ¡A disfrutar!
Hay quienes licúan antes de que se reduzca el líquido y vuelven a ponerlo al fuego para completar el proceso; puedes experimentar ambas formas para que te quedes con la que más te guste.
Mayra Pérez CastilloApasionada del contenido sobre la salud, la belleza, el buen vivir y la cultura.
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